El piloto y el copiloto del Challenger 300 fueron las únicas víctimas fatales del incidente, sin embargo, los vecinos tuvieron que ser contenidos por el shock generado y ser evacuados por precaución.
En medio de la conmoción que generó el accidente del avión privado que impactó contra una vivienda, luego de que se despistara cuando intentaba aterrizar en el aeropuerto de San Fernando, se confirmó que los cuerpos de las víctimas, el piloto Martín Fernández Loza y el copiloto Agustín Oforte, ya fueron retirados de la cabina. No obstante, las autoridades advirtieron sobre el peligro de derrumbe de la propiedad afectada y anticiparon que se iniciará un operativo de seguridad para demolerla este jueves por la mañana.
Los resultados de la autopsia serán claves para esclarecer si alguno de los fallecidos sufrió algún problema de salud antes del impacto. No obstante, la inspección inicial realizada por la Policía Federal sugiere que ambos podrían haber muerto por asfixia debido a la inhalación de monóxido de carbono que se acumuló dentro de la aeronave.
El caso será investigado por la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, titular del Juzgado Federal N°1 de San Isidro, quien ya ha ordenado las primeras acciones necesarias para determinar las causas que provocaron el accidente. Hasta ahora, se ha confirmado que el Challenger 300 despegó a las 11:12 horas desde Punta del Este, alcanzando su destino en Uruguay a las 11:44 horas. Una hora después, la aeronave despegó nuevamente hacia San Fernando y el accidente fue reportado a las 13:18 horas.
Fuentes del sector aeronáutico explicaron que el avión se salió de la pista y, por razones desconocidas, no pudo detenerse, terminando fuera de control e impactando algunas viviendas cercanas al aeropuerto. El avión habría chocado con varias casas y árboles, aunque no llegó a atravesar ninguna de las estructuras.
Cerca de las 23:30 horas del día de ayer, las autoridades extrajeron la caja negra de la aeronave, la cual será sometida a las pericias correspondientes en las próximas horas. Los resultados de los peritajes serán considerados claves para la investigación, debido a que el dispositivo brindará acceso a los últimos registros previos al choque y determinará si hubo algún tipo de desperfecto técnico que hubiera influido en el aterrizaje.
El piloto a cargo de la aeronave fue identificado como Martín Fernández Loza, de 46 años, contaba registros como ex empleado de Austral Líneas Aéreas, mientras que el copiloto, Agustín Oforte, de 35 años, se presentaba en la red social LinkedIn como piloto privado de avión de la Fuerza Aérea Argentina, de vuelos comerciales y habilitado para navegar en Challenger 300. Ambos compartían lazos familiares indirectos y provenían de familias vinculadas al mundo aeronáutico.
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