Ozempic es el nombre comercial de semaglutide que actualmente en Argentina está aprobado y comercializado para el uso en pacientes con diabetes tipo 2, en dosis de 0.5 mg y 1 mg. El año pasado además, la ANMAT aprobó el uso de semaglutide en dosis de 2.4 mg para pacientes con obesidad. Cabe aclarar que el principio activo es el mismo, lo que sucede es que hay dos formulaciones con dosis distintas.
«Es importante entender que para diabetes se la utiliza para el control de la glucemia. Adicionalmente tiene un impacto en el peso corporal, pero, el uso para el cual está aprobado por la ANMAT y comercializado, es para diabetes de tipo 2, aún no está comercializado para obesidad, entonces se genera toda toda esta confusión que tenemos que tratar de aclarar», señala la Dra. Silvina Alba (MN 119.628 / MP 334.727), Investigadora en Obesidad y Síndrome Metabólico y Especialista en Nutrición de DIM CENTROS DE SALUD.
Además, responde 5 preguntas clave para profundizar sobre el tema:
1. ¿Qué es el semaglutide?
El semaglutide, lo que hace, es imitar la función de una hormona natural que se llama GLP 1 que se produce en el intestino.
Esta hormona tiene dos funciones claves, por un lado, regula el azúcar en la sangre porque estimula la secreción de insulina pancreática y, por el otro, tiene un efecto de control sobre el apetito. Entonces, cuando se aplica esta medicación se produce un aumento de la secreción de insulina, lo cual ayuda a controlar los niveles de glucosa. Pero, además, se produce lo que se llama un retardo en el vaciamiento del estómago y se genera sensación de saciedad porque el alimento se queda más tiempo en el tubo digestivo.
2. ¿Cuál es su uso?
El efecto logra la regulación de los niveles de glucosa y, el descenso de peso. Pero es importante entender que no está destinado a un uso estético sino que tiene una indicación precisa que es para pacientes con obesidad, diabetes tipo 2 y que tienen enfermedades asociadas (colesterol alto, apneas del sueño, hipertensión, etc.).
La doctora Alba sostiene que no es para tratar adiposidades localizadas, no es para tratar celulitis, no es para tratar flacidez, no es de uso estético. Se trata de un medicamento que debe ser evaluado y prescrito por un profesional capacitado.
3. ¿Cómo se administra?
La semaglutida se administra de forma subcutánea una vez a la semana, lo que resulta más conveniente para muchos pacientes en comparación con medicamentos como el Liraglutide, que se aplica a diario.
Esto hace que la semaglutida sea más cómoda en cuanto a frecuencia, aunque ambos medicamentos tienen el mismo efecto. Su acción prolongada permite la aplicación semanal, comenzando con una dosis baja que se aumenta según la tolerancia del paciente.
Es importante que esta evaluación la realice un médico, ya que los pacientes no deben ajustar la dosis por su cuenta. Sin embargo, algunos profesionales la prescriben «off label», usando la dosis aprobada para diabetes en pacientes con obesidad, lo cual no está permitido por la autoridad sanitaria de nuestro país.
4. ¿Tiene efectos colaterales?
Los efectos secundarios más comunes son náuseas y sensación de plenitud gástrica, donde el paciente se siente lleno con menos comida. Si intenta comer más, puede experimentar náuseas, que suelen ser pasajeras, pero en algunos casos pueden llevar a reducir o suspender la medicación.
También se puede sentir reflujo, y en ocasiones, diarrea o estreñimiento. Otros síntomas incluyen reacciones en el sitio de inyección, que pueden ser leves a severas y también limitar el uso del medicamento.
Aunque es menos frecuente, puede haber inflamación del páncreas y problemas con la vesícula biliar, como la formación de piedras debido a la rápida pérdida de peso. Aunque la pancreatitis no es común, es importante evaluar el historial del paciente para evitar administrar la medicación a alguien con antecedentes de pancreatitis.
5. ¿Para quiénes está contraindicado?
La semaglutida y todas las medicaciones que son de este grupo (que se llaman análogos de GLP 1, que es el grupo de medicamentos que nuclea el liraglutide, semaglutides y otras moléculas que tienen una acción similar) no pueden indicarse principalmente en:
– Personas embarazadas o en período de lactancia.
– Personas que tuvieron antecedentes de pancreatitis.
– Personas con antecedentes personales o familiares de un tipo específico de cáncer de tiroides.
– Personas con condición de gastroparesia (que es una alteración severa en el vaciamiento del estómago).
En conclusión, es fundamental que no sea un uso propio del paciente, que el paciente la consiga y se la aplique sin supervisión médica porque puede poner en riesgo su salud e incluso su vida.
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