El 10 de septiembre es el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Está organizado por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP) y avalado por la OMS.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que anualmente se registran aproximadamente 800.000 suicidios en todo el mundo. Aunque a nivel global ocupa el puesto número 18 entre las principales causas de muerte, se convierte en la segunda causa de fallecimiento para las personas de entre 15 y 29 años.
El lema 2024-2026 es «Cambiar la narrativa» y tiene como objetivo derribar barreras, crear conciencia y promover una cultura de comprensión y apoyo. Todos, individuos, comunidades, organizaciones y gobiernos tienen un papel importante que desempeñar para cambiar la narrativa sobre el suicidio.
Para Malena Casasola, Psicóloga de DIM CENTROS DE SALUD, la prevención del suicidio es un área compleja que requiere de un enfoque multidisciplinario donde la colaboración entre diversos profesionales de la salud, incluidos psiquiatras, psicólogos, trabajadores sociales, médicos de atención primaria, etc., resultará fundamental. Se trata de un fenómeno multicausal atravesado por distintos factores interrelacionados de orden personal, comunitario y social, ya sea biológicos, psicológicos, socio-culturales, entre otros.
Malena comparte diferentes señales de alerta para reconocer conductas preocupante en las personas de nuestro alrededor:
- Hacer amenazas directas de hacerse daño o quitarse la vida.
- Buscar un modo de cometer suicidio (como por ejemplo comprar un arma o acumular comprimidos)
- Estar enfocado en la muerte, ya sea por medio de conversaciones, escritos, dibujos o publicaciones en línea acerca de la muerte o el suicidio; escuchar música o visitar sitios web relacionados con la muerte.
- Tener un plan para un intento de suicidio; usualmente, mientras más detallado sea el plan, mayor es el riesgo.
- Tener comportamientos y estados de ánimo asociados con la depresión, como los descritos.
- Tener cambios de personalidad o de humor, incluso ponerse feliz o tranquilo repentinamente después de estar triste.
- Descuidar la apariencia o la higiene.
- Hacer cosas arriesgadas o autodestructivas.
- Regalar pertenencias significativas.
- Atender asuntos del final de la vida, como crear un testamento o poner en orden el seguro de vida
- Despedirse de amigos y seres queridos.
El rol clave de la familia y amigos
El tiempo es esencial en este contexto. La familia y los amigos desempeñan un papel crucial al alentar y apoyar a la persona en crisis para que busque ayuda de profesionales especializados. Esta asistencia debe abarcar tanto a la persona afectada como a su sistema de apoyo, incluyendo a familiares y amigos cercanos.
«Los profesionales del campo de la salud mental, observamos que las personas que padecen problemas mentales/emocionales generalmente se sienten solas, excluidas e incomprendidas; esto puede conducirlas a esconder sus afecciones, su padecimiento y a no buscar la ayuda necesaria. Será fundamental entonces promover la empatía, sensibilidad y comprensión, educar a la sociedad en general y crear sistemas que puedan realizar detecciones tempranas y abordajes acorde a dichas necesidades. Se debe trabajar para derribar mitos y estereotipos promoviendo la idea de que la salud mental es parte integral de nuestra salud en general», agrega Casasola.
La importancia de la desestigmatización
La estigmatización se refiere a las actitudes y creencias negativas relacionadas con la salud mental, ya sea en general o hacia las personas con enfermedades mentales. Estas creencias suelen ser el resultado de ignorancia, información errónea y prejuicios, y llevan a la desacreditación, desvalorización, exclusión social y discriminación de quienes sufren estas condiciones.
«Recuperarse de las condiciones de salud mental es posible. Sin embargo, el estigma y la discriminación se interponen e impiden que las personas busquen y obtengan la ayuda y la atención que necesitan en el camino hacia su recuperación». Es la psicoeducación la forma principal para erradicar las barreras que el estigma y la discriminación crean para los diferentes individuos que atraviesan dichas situaciones.
«Sin duda, es a través de la educación, sensibilización y la promoción de un ambiente de apoyo y respeto que podemos crear una sociedad donde todos los individuos reciban la atención y el cuidado que merecen, fomentando así una comunidad más empática y compasiva hacía aquellos que padecen problemas de salud mental», concluye la Lic. Malena Casasola.
Líneas de atención telefónica en Argentina:
– Línea 135 CAS – Centro de atención al suicida.
– Salud mental responde – 0800 333 1665
Conocé más en:
– dim.com.ar
-Instagram @dimcentrosdesalud
– Facebook DIM Centros de Salud
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