La consigna era clara en mi grupo de lectura “Las Ateneas”. Debíamos leer el libro Okasan de Mori Ponsowy y luego iríamos todas juntas a ver la obra al teatro Picadero protagonizada por Carola Reyna.
El libro
El libro tiene no más de 150 páginas. De lectura sencilla y delicada. La narradora viaja por primera vez a Japón para visitar a su único hijo, quien se ha ido a vivir a ese lejano país gracias a una beca de estudio.
El viaje no sólo es un recorrido hacia una cultura tan distinta y sorprendente como la japonesa de la que sabemos poco y deberíamos aprender mucho. Es un viaje interior de reconversión de una madre de niños a una madre de adultos. De reconección con uno mismo, con quien se es más allá de a quién se cría. Es además el descubrimiento de su propio hijo, ahora un adulto independiente que ha armado su vida en otro lugar, en otra dimensión.
Si estás en etapa de nido vacío o semi vació con hijos jóvenes aunque estén en tu casa es imposible no sentirse identificada. Si además te pasa como cada vez es más común que tienes un hijo viviendo en el exterior se te hace aún más carne la lectura.
El libro se puede comprar online en Mercado Libre y es un regalo ideal para cualquier madre en ese estadío.
El teatro
El programa era un «programón», 12 mujeres unidas por la pasión de la lectura y fascinadas por hacer programas que nos llenen el alma. El teatro Picadero al que al menos yo no iba hace décadas me sorprendió por su callecita peatonal y por su puesta en valor con ese edificio tan antiguo preservado y esa barra en el medio que invita a pasar desde que ingresas, un buen momento.
En el viaje de ida nos preguntábamos cómo sería la obra. Sin duda pensé que sería un monólogo, un unipersonal, no me lo imaginaba de otra forma.
Carola Reyna en el papel de la madre, sorprende sosteniendo una hora y media de obra, sola en el escenario con una gran capacidad artística. Con numerosos recursos que sólo una actriz de oficio puede aprovechar. Cada elemento, por sencillo que parezca, lo utiliza con maestría para darle ritmo y cambios de ritmo a la obra. Su voz, sus expresiones y su postura escénica nos permiten viajar, reír, emocionarnos y también llorar al compás del relato de Okasan.
La yapa de esta noche. En la platea está su hijo que vive en España y que por primera vez viene a ver la obra. Ella saluda al público. Pega dos saltitos cual niña emocionada y baja a la platea a fundirse en un abrazo eterno con él.
La obra está en cartel todos los viernes y las entradas se pueden comprar en https://www.teatropicadero.com.ar/
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