El 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud. El lema que se eligió este año es “Mi salud, mi derecho” con el objetivo de defender el derecho de todas las personas, dondequiera que estén, a tener acceso a servicios de salud, educación e información de calidad, así como a agua potable, aire limpio, buena alimentación, vivienda de calidad, entre otros.
En el marco de esta fecha, distintos especialistas de DIM Centros de Salud promueven un concepto preventivo de salud sostenido en cinco hábitos fundamentales.
1) Una buena y sana alimentación:
Lo más recomendable es diseñar un programa de alimentación saludable de la mano de un profesional de la salud. Pero existen algunas recomendaciones aplicables a todos los casos. La nutricionista Mariela Cecilia Pacho (MP 3372// MN8021) afirma que consumir verduras de estación tiene varios beneficios. Las verduras de invierno son ricas en vitamina c, ayudan a fortalecer el sistema inmunológico en climas más fríos, y por el contrario las verduras de verano tienen alto contenido de agua, por lo que se convierten en opciones refrescantes y adecuadas para mantenerse hidratado en estaciones más cálidas. Por otro lado, las legumbres son un alimento popular y súper saludable. Son altas en proteínas lo que las convierte en un buen sustituto de la carne, son bajas en grasas, ayudan a reducir el colesterol, ricas en fibra soluble, ricas en potasio, libre de gluten por lo tanto son aptas para el consumo de personas celíacas, ricas en folatos y son económicas, fácil de transportar, conservar y almacenar. La hidratación es el complemento de toda alimentación sana, beber agua durante todo el día y acompañar las comidas con infusiones ayuda a mantener el cuerpo hidratado.
2) Ejercitarse regularmente:
Realizar actividad física por lo menos 30 minutos por día. No necesariamente deben ser ejercicios de alto impacto: sesiones de caminatas simples pero cotidianas pueden ser suficiente para evitar el sedentarismo que tanto daño hace a la salud.
Para la Dra. Liliana González, especialista en Cardiología (MP 445679 // MN 84219), la actividad física es todo movimiento corporal que genere gasto de energía. Según distintos estudios tiene efecto protector frente a la incidencia de las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, el infarto, la obesidad, la diabetes, la osteoporosis y algunos cánceres. Además, mejora la capacidad funcional, el estado anímico y psicológico, y disminuye o retrasa las enfermedades e incapacidades relacionadas con la edad avanzada, incluso el deterioro cognitivo.
3) Descansar:
El Dr. Miguel Sangiovanni, Médico Clínico, Magister en Hipertensión Arterial y Mecánica Vascular (M.P. 222789), recomienda tomar un tiempo para desenchufarse de las preocupaciones laborales, marcar un límite mental entre los períodos de descanso a los de cumplimiento de las obligaciones. Además es clave dosificar el consumo de noticias limitándolo a estar informado, pero no saturado.
Procurar dormir bien es otro punto importantísimo. Según la Organización Mundial de la Salud, los trastornos del sueño pueden alterar el estado de salud general, la seguridad y la calidad de vida de las personas. Para María Celia Daraio, especialista en Medicina del Sueño (MP 444369 // MN 77713) una buena noche de sueño es tan importante como el ejercicio regular y una dieta saludable. Algunas consecuencias de dormir mal son la irritabilidad, síntomas similares al desorden de déficit de atención, bostezo severo, deterioro cognitivo, lapsus o pérdida de memoria, juicio moral deteriorado, temblores, dolores, etc.
4) Tiempo Libre:
Tomar un tiempo para realizar actividades que le agraden, como realizar un hobby que le atraiga o alguna actividad pendiente pero que “no genere otra nueva obligación”, por ejemplo: ejercicios de meditación, yoga o lectura, señala el Dr. Sangiovanni. Establecer más contacto con la naturaleza, reunirse con amistades y familiares, dar espacio a diálogos con la familia e hijos que mejoren las relaciones diarias.
5) Chequeo médico anual:
Sin importar la edad de la persona, siempre es recomendable acudir anualmente al chequeo médico, ya que es la mejor manera para prevenir cualquier tipo de enfermedad, así como para tratarla a tiempo. La medicina preventiva es muy importante porque el chequeo médico anual arrojará si existe o no la necesidad de que el paciente sea derivado a algún especialista. Solo la detección temprana de las alteraciones de salud permite el incremento del éxito en los tratamientos terapéuticos.
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