La Endometriosis es una enfermedad que según la Organización Mundial de la Salud afecta a cerca del 10% de mujeres y niñas en edad reproductiva a nivel mundial. En la actualidad, no se dispone de un tratamiento que la cure, por lo que el objetivo suele ser aliviar los síntomas. Por eso, el diagnóstico temprano es clave para un tratamiento eficaz.
“La endometriosis es una enfermedad inflamatoria benigna, dependiente de estrógeno, que se caracteriza por la presencia de glándulas y estroma endometrial en un sitio distinto a la cavidad uterina”, explica la Dra. María Laura Martínez, especialista en Ginecología, de DIM Centros de Salud. Puede afectar a las mujeres de cualquier edad y tiene un impacto significativo en la vida de quien lo padece, ya que podría causar infertilidad o dificultad para quedar embarazada.
Los síntomas de esta enfermedad pueden incluir: cólicos menstruales excesivos, flujo menstrual abundante o anormal y dolor durante las relaciones sexuales. “Ocasiona un cuadro clínico variado que involucra dismenorrea, dispareunia, dolor pélvico e infertilidad”, agrega la especialista.
Esta patología se confunde, en ocasiones, con otras afecciones que pueden causar dolor pélvico, como la enfermedad inflamatoria pélvica o los quistes ováricos. Incluso también con el síndrome de colon irritable, una afección que causa episodios de diarrea, estreñimiento y cólicos abdominales.
El diagnóstico comienza con un ginecólogo que evalúa el historial médico del paciente y completa un examen físico, incluido un examen pélvico. “Una ecografía con doppler y una resonancia magnética pueden poner en evidencia tanto endometriomas como focos endometriales más profundos. También se solicita el CA 125 en laboratorio, que si bien no es específico, se presenta con baja sensibilidad para detectar estadios, severidad de la enfermedad o fenotipos clínicos”, señala la Dra.
Los sitios más comunes de endometriosis incluyen: los ovarios, las trompas de Falopio, ligamentos que sostienen el útero; el fondo de saco posterior, es decir, el espacio entre el útero y el recto; el fondo de saco anterior (el espacio entre el útero y la vejiga), la superficie exterior del útero y el revestimiento de la cavidad pélvica. Ocasionalmente, el tejido endometrial se encuentra en otros lugares, como los intestinos, el recto, la vejiga, la vagina, el cuello uterino y la vulva.
La especialista indicó que, en general, el tratamiento para la endometriosis puede incluir observación de los síntomas para ver el curso de la enfermedad; medicamentos para el dolor como antiinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno); terapia hormonal que incluye anticonceptivos orales, con hormonas combinadas de estrógeno y progestina y técnicas quirúrgicas como Laparoscopia, Laparotomía o Histerectomía.
“El tratamiento médico es sólo sintomático y no curativo, pero ofrece alivio, mientras que el quirúrgico pese a ser curativo, presenta variables tasas de recurrencia. Por lo que se recomienda priorizar el tratamiento y dejar el quirúrgico para casos especiales. Las técnicas de reproducción asistida mejoran significativamente las tasas de nacimientos en caso de infertilidad asociada a la enfermedad”, concluye.
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