La dependencia enfermiza a las sectas
Por Lic. Constanza Bonelli
Las sectas son agrupaciones con características patológicas cuya estructura es jerárquica y piramidal, son lideradas por un gurú que siempre es muy carismático y que exige devoción, lo que significa que los adeptos tienen que brindar una dedicación de tipo explotadora y que, lamentablemente, produce diferentes tipos de daño, emocional, psicológico, social, económico y hasta físico, en ocasiones no poco frecuentes pueden incluir la muerte.
Características del líder
Tanto el gurú como sus seguidores tienen perfiles psicológicos muy delimitados. El gurú es una persona con altas capacidades de seducir y manipular a sus seguidores. Suelen ser caprichosos, déspotas, tiránicos y abusadores. No permiten que se cuestione su autoridad, son personas muy narcisistas que parasitan a los miembros que lo siguen.
Característica de los seguidores
En cuanto a los seguidores, son personas con problemas de autoestima y tendencia a la creación de vínculos de dependencia, que buscan encontrar respuestas rápidas y mágicas a sus padecimientos. Tienen escasa tolerancia a la incertidumbre y labilidad afectivo-emotiva. Necesidad de autoafirmación y baja tolerancia a la frustración. Por ello las personas adictas suelen caer en la pertenencia a sectas en el intento de curarse de su adicción.
Quienes están más propensos a ser seducidos por una secta, son las personas que estén atravesando momentos de vulnerabilidad emocional, adolescentes, personas deprimidas o en duelos patológicos. Personalidades con tendencia al apego o que se encuentren en extrema soledad.
Seducción
El ingreso a estos grupos se da generalmente de modo gradual y progresivo y mediante un proceso de seducción y promesas, quienes están debilitados emocionalmente, al estar “necesitados”, caen en dependencia, depositando en el gurú la ilusión de salvación. Vulnerabilidad absoluta de la que el líder saca todo su provecho.
La ideología impartida por el gurú es la única válida y cualquier atisbo de pensamiento diferente es reprimido mediante humillaciones, abusos, ridiculizaciones o vejaciones. De este modo el líder logra que todos los miembros acaten las indicaciones. Y por la modalidad jerárquica, existen escalafones que ayudan a que se sostenga la estructura piramidal.
Es característico de las sectas que las personas se afilien voluntariamente, que sean sometidos a exámenes de admisión, que haya una pretensión de exclusividad mientras se persigue una supuesta perfección personal. También se manejan con secretismo y suelen ser muy herméticas con el exterior.
Lamentablemente producen mucho daño. Los miembros quedan aislados del mundo exterior, pierden capacidad de crítica y autonomía. Se debilitan psicológica y emocionalmente. Existe daño económico, desestabilización emocional general y atentados contra la integridad física.
Adoctrinamiento
Existen algunos mecanismos de adoctrinamiento como el ataque al autoconcepto, que sobre sentimientos de inferioridad de los miembros y culpa por sus vidas anteriores, se crean temores por posibles consecuencias negativas si no continúan dentro de los grupos. Esto lleva a la ruptura de la identidad previa y la aceptación de una nueva identidad dirigida por el líder.
Suelen indicarse actividades sin descanso para evitar posibles momentos de reflexión en los cuales los miembros pudieran reaccionar e irse. Para ello también se produce el aislamiento del mundo exterior y se establecen conductas que llevan a la ignorancia del sufrimiento de los otros. A la vez se fomentan creencias de unanimidad y armonía que confunden a los adeptos. Se exigen conductas sexuales por obediencia al líder, incluso de menores de edad. Se hacen confesiones públicas sobre sus vidas pasadas a fin de hacer chantajes y castigos, entre otras aberraciones.
Más peligroso aún es lo que se conoce como “lavado de cerebro”, que es la instalación del pensamiento del líder como única opción, que lleva a una adaptación social inconsciente, basada en la desestabilización emocional, que altera la interpretación del pasado y del presente y crea fuertes sentimientos de dependencia.
El adepto siente un fuerte sentimiento de pertenencia y un sentido de familia al llegar a la secta. Y al ser personas vulnerables que muy probablemente no hayan tenido buenos vínculos familiares, convencerlos de que sus familiares no los quieren no será difícil.
Algunas de las técnicas utilizadas para seducir miembros son principalmente las de premios y castigos, la realización de largos discursos, los actos repetitivos y agotadores que no dan espacio a pensar, la obediencia al líder venerado como salvador, cambios en los códigos de vestimenta, cortes de pelo, inducción a estados de trance con utilización de técnicas de hipnosis, sugestión e hiperventilación, quita de la privacidad, imbuir culpa y miedo, hasta el “love bombing” o “bombardeo de amor”, que se refiere a la conducta excesiva e invasiva de halagos permanentes y muestras constantes de afecto con el fin de manipular.
Graves daños
Ser víctimas de una secta puede generar grandes daños, entre ellos extrema confusión de identidad, depresión, gran desilusión, estrés postraumático, sentimientos de culpa, miedo, ansiedad, síntomas psicosomáticos, entre otros trastornos psicológicos.
Lic. en Psicología UBA
Psicoanalista APA
Mat.: 31906
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