Por Florencia Sabra
Llegar a niveles de élite como lo es la NASA es el sueño de muchos. Para Malena, este sueño fue una realidad en junio de este año. Egresada del Colegio Northlands de Nordelta, y actual estudiante del ITBA, Malena, de 20 años, fue elegida junto con su grupo para viajar a las finales del concurso CanSat, concurso financiado por la NASA.
Malena se graduó del colegio Northlands de Nordelta en el año 2017. Luego de realizar un año de ingreso en el ITBA, comenzó a cursar la carrera de Ingeniería Informática en el año 2019. “Siempre lo espacial fue algo que me gustó mucho. Apenas tuve la oportunidad de meterme en algo relacionado a eso, me metí.”, cuenta Malena.
Recientemente, Malena participó como representante nacional, junto con sus compañeros de la universidad, de la prestigiosa competencia CanSat Competition, la cual está sponsoreada por la NASA. Se presentaron 100 equipos de todas partes del mundo, y el grupo de argentinos obtuvo un lugar en el top 10. En una charla muy entusiasta, Malena comparte con LOCALLY detalles de su experiencia en el prestigioso concurso.
¿De qué manera sentis que el colegio Northlands te dio las herramientas que necesitaste para avanzar tu carrera hasta el día de hoy?
“La verdad que el colegio Northlands me dio muchísimas herramientas. Por un lado, ellos promueven muchísimo el concepto de una ‘mente abierta’, lo que me vino bien en el sentido de que me abrió a un montón de oportunidades y conocimientos. Por otro lado, me dieron las herramientas de trabajo en equipo, y la posibilidad de explorar.
El interés por mi carrera surgió a partir de física, materia que cursé en mis últimos dos años de secundaria y me permitió especializarme en el rubro de astrofísica. Eso también me permitió empezar a interiorizarme en este mundo, y me empezó a gustar cada vez más. En general, diría que el Northlands me ayudó en los aspectos de trabajo en equipo, compañerismo, apertura de mente. Todo eso me sirvió muchísimo.”
¿Nos podés contar un poco acerca de la competencia, y cómo se desarrolló? ¿Cómo fue el proceso?
“La competencia arrancó el año pasado, aproximadamente en noviembre. Se inscribieron 100 equipos de todo el mundo. Lo que se llevó a cabo entre noviembre y marzo fue lo llamado la ‘etapa clasificatoria’, que consistió de varias rondas virtuales, obviamente, porque todo el jurado estaba en Estados Unidos. El objetivo era armar un satélite. Tenías que montar un diseño que cumpliera ciertos requisitos.”, relata Malena.
“Hicimos distintas rondas en las cuales vos diseñabas, presentabas al jurado, hacías preguntas, etc, y a partir de eso fueron dando un puntaje. Fueron dos instancias en las cuales presentabas y te puntuaban.
En marzo, los 20 mejores puntajes del mundo fueron seleccionados como finalistas para ir a Estados Unidos. Ahí se iban a encontrar con los 20 mejores de Estados Unidos. Nos seleccionaron en marzo; ahí empezamos a construir el satélite, contando con todos los recursos de la facultad para empezar a usar los laboratorios, comprar todas las cosas. En junio, volamos a Virginia, Estados Unidos, a participar de la final. Ahí, la idea era meter el satélite en un cohete especial que te daba la NASA. Hacía un vuelo completo, volaba, subía, tomaba datos, y bajaba. Una vez completado eso, los jurados ponían un puntaje y, en base a eso, se decidieron a los ganadores.”
¿Cómo fue la preparación para el concurso? ¿Cómo reaccionaron cuando se enteraron que iban a viajar como finalistas?
“La verdad que fue una locura. Nosotros arrancamos el concurso y siempre fue por diversión. En nuestro grupo no había nadie especializado en cohetes.”, revela Malena. “Todos éramos de carreras diferentes. Así que, la verdad, no teníamos muchas expectativas. Lo hacíamos para divertirnos y aprender. Obviamente cuando, en marzo, llegó la noticia de haber llegado a la final, fue una locura. Un sueño cumplido para todos.”, cuenta Malena, emocionada. “Ahí arrancamos con toda la preparación. Fue mucho tiempo, mucha dedicación, mucho de sentarse a leer, a investigar, y de prueba y error a full. Sacrificamos tiempo de clase, de cursada, y tiempo con amigos para poder lograrlo, pero creo que al final del día valió la pena. Los resultados fueron buenos, y tuvimos la posibilidad de viajar y cumplir nuestro sueño allá.”
Cuando llegaste al concurso, ¿qué fue lo que más te llamó la atención? ¿Qué era lo que esperabas, y con qué te encontraste?
“La verdad que, cuando llegamos, lo primero que vimos fue a todos los concursantes. Eso me impresionó. Había gente de todos los países. Yo me imaginé que iba a haber mucha variedad, pero verlos a todos en persona…”. Malena pausa. “Uno siempre cree en lo suyo, que está buenísimo, pero creo que cuando llegamos ahí, nos dimos cuenta que había tantas otras cosas, tantas otras ideas posibles y decís ‘¿cómo no se me ocurrió eso?’ Nos llamó la atención que la gente eran chicos como nosotros, chicos normales, que hicieron algo divertido y llegaron ahí, desde re lejos. Los recursos que tenían, y las cosas que habían armado también nos llamó la atención”
Junto con tus compañeros, representaron al país en un concurso mundial con un montón de participantes de distintos países. ¿Cómo dirías que fue su experiencia como equipo?
“La verdad que muy buena. La realidad es que nosotros no nos conocíamos desde antes; éramos desconocidos de distintas carreras y distintos años, y nos reunimos para este proyecto. Todos teníamos el mismo objetivo, que era viajar y representar al país y a la universidad de la mejor manera posible. Con ese objetivo en común, todo el funcionamiento anduvo muy bien. Fue una experiencia muy interesante poder conocer gente de otras carreras y convivir con gente de otros lados. Creo que fue súper enriquecedor. Nos acercó muchísimo.”
Por todo lo que contas, el periodo previo al viaje debe haber sido estresante. ¿Cómo conseguiste balancear tu carrera con tu vida personal?
“La verdad que eso fue bastante difícil, más que nada los últimos meses antes de viajar porque tampoco podíamos descuidar los estudios. Creo que lo más importante para lograr este balance fueron mis profesores y mis compañeros; todos ayudaron muchísimo y fueron muy comprensivos con la situación, tratando de ayudar de las formas que pudieran.
La verdad que todo lo que costó armar el satélite, y todo lo que aprendimos durante el proceso fueron cosas que no vemos en la clase, en una carrera o facultad tradicional, así que aprendí muchísimas cosas, tanto de lo que es el armado de satélites, a habilidades de trabajo en equipo, de trabajar con otras personas. Así que, la verdad que sí. Creo que eso es lo que más aprendimos, y lo que más nos llevamos de todo esto.”
Esta no es la primera vez que quedaron como finalistas…
“En la pandemia, hubo una versión virtual de esta competencia, en la que quedamos como finalistas también, pero la verdad que, en retrospectiva, fue súper distinta la experiencia. La idea era, también, armar un satélite, pero los requisitos eran mucho más simples porque era todo virtual, incluso la final. La exigencia era mucho menor. Llegar a la final de este año costó mucho más trabajo, fue mucho más exigente; los requisitos eran mil veces más difíciles. Pero el haber participado ya una vez virtualmente, nos dio cierta experiencia.”
Habiendo alcanzado el top 10 entre concursantes de todo el mundo, ¿Cuál es tu próximo objetivo?
“La verdad que no tengo ni idea. En principio, creo que va a ser tomarme un tiempo para enfocarme en la facultad, porque tuve que sacrificar un poco de eso. Me encantaría entrar a trabajar en algo relacionado a lo espacial eventualmente, o buscar algún otro proyecto similar a este. No lo mismo, para cambiar un poco, pero me encantaría poder seguir haciendo algo relacionado a eso.”
¿Dirías que aspiras a eso, a trabajar en lo espacial?
“Si. Es el sueño, al final del día, poder lograr algo así.”
Habiendo estado allá en la NASA, ¿qué es lo que pensas vos que se viene? ¿Qué pensás sobre lo que está pasando ahora con los posibles viajes comerciales?
“Estando ahí, lo que vimos mucho fue todos los cohetes que tienen, todas las tecnologías, y toda la evolución que demuestra un crecimiento enorme en muy pocos años. Yo digo que si pueden seguir creciendo a ese ritmo, evolucionando de la forma que van evolucionando… no hay nada imposible de lograr. Realmente, están haciendo un trabajo increíble. La verdad que está avanzando rapidísimo todo. No hay límite para lo que puedan lograr.
Creo que todo esto de los viajes comerciales se viene a full, y que en un futuro no muy lejano, se va a poder cumplir. No se que tan accesible va a poder ser, más que nada porque ya de por sí se requiere mucho para poder ir al espacio, pero creo que se van a poder lograr muchísimas cosas, tanto como viajes comerciales, como mejoras en el mundo en las tecnologías, en los recursos que tenemos. A nivel planeta, también van a poder lograr muchas mejoras, con todo lo que están haciendo. La verdad que vas ahí, y las cosas que ves… Creo que no tomás dimensión. Nosotros fuimos, y nos mostraban los cohetes que tenían, que eran los que nosotros conocíamos desde siempre, y te parás ahí, y son enormes. Uno no toma dimensión. Era como estar en Disney, para nosotros. Nos encantaba todo, y poder estar ahí era soñado.”, relata Malena.
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