La evolución humana por Lic. Constanza Bonelli
La evolución humana pensada desde el hombre primitivo al cyborg
El transhumanismo es una corriente de pensamiento que tiene como objetivo alterar la naturaleza humana mejorando sus condiciones de vida, extendiendola, e incluso llegando a la inmortalidad en la idea del cyborg (organismo cibernético, criatura compuesta de elementos orgánicos y dispositivos cibernéticos) o posthumano. Así la ciencia pasa a guiar el proceso evolutivo de la humanidad, que hasta ahora había sido natural. Las técnicas científicas actuales permiten eliminar aspectos que los transhumanistas consideran indeseables como el dolor, la enfermedad, el envejecimiento e incluso la muerte.
La evolución humana
Freud en 1930 ya consideraba cambios futuros que modificarían lo concerniente a la humanidad. “Épocas futuras traerán consigo nuevos progresos, acaso de magnitud inimaginable en este ámbito de la cultura y no harán sino aumentar la semejanza con un Dios” (S. Freud, El malestar en la cultura, 1930). Transformar la evolución natural en una artificial, manejada por la ciencia del hombre, es una manera de convertirse él mismo en su propio creador, emancipandose así de la idea de un Dios u ocupando su lugar en la evolución.
Ya se realizan distintas acciones con la ayuda de la tecnología en las que podemos observar la incidencia sobre la naturaleza. La manipulación genética para seleccionar el nacimiento de quienes tengan determinadas patologías; la eugenesia que es la filosofía que plantea el mejoramiento de la raza humana teniendo en cuenta los rasgos hereditarios, que hace un par de siglos se practicaba mediante la esterilización forzada o el genocidio, y que hoy los métodos son el diagnóstico prenatal, la exploración fetal, la fecundación in vitro y la ingeniería genética; el uso de farmacología para alterar las emociones a fin de mejorar las respuestas comportamentales alterando nuestro modo de vivir y nuestra personalidad; la utilización de bio-nano-tecnología aplicada al cerebro para mejorar capacidades cognitivas y psíquicas; las técnicas para detener el envejecimiento celular y la criogenización para resucitar dentro de muchos años.
El avance tecnológico también favorece notablemente a las personas con discapacidad, mitigando las dificultades en el movimiento, la audición y la visión reducida de modo altamente positivo, permitiendo a personas discapacitadas resolver de algún modo su minusvalía y tener una mejor calidad de vida. Niños que nacen sordos y pueden oír gracias a dispositivos tecnológicos que pasan a ser parte de sus cuerpos, o prótesis para la movilidad en general.
El transhumanismo como teoría puede producir en algunas personas gran entusiasmo y en otras rechazo. Todas estas cuestiones plantean problemas de orden ético y científico que es necesario pensar. Con alteraciones genéticas embrionarias voluntarias, por ejemplo, se crean nuevas estirpes y no se sabe aún qué consecuencias tendrá a largo plazo. Existe una nueva técnica de edición genética que tiene la finalidad de quitar un gen indeseable y poner otro en su lugar, que plantea cuestiones de orden científico y ético. No se conocen aún las posibles consecuencias a corto, mediano y largo plazo de dichas alteraciones para ese individuo y su descendencia. Es necesario pensar en los fines y en los medios que quiere utilizar la ciencia al buscar estas mejoras en la vida humana.
El transhumanismo tiene como base una idea reduccionista y cientificista del hombre, es decir, es entendido como un ser meramente biológico, dejando por fuera la consideración de este más allá de su biología. En el caso de la edición genética germinal el planteo debe ser principalmente ético, es decir, pensar si es lícito modificar la vida del embrión y sus consecuencias. Existen ya otras modificaciones genéticas que se utilizan hace tiempo, como el trasplante de médula, que tiene el objetivo de salvar la vida frente a una enfermedad que podría ser mortal. En este caso es claro el beneficio y no se observan consecuencias negativas. Es decir, es necesario pensar los fines y los medios de toda intervención de la ciencia en la vida humana. Y probablemente la intervención en el embrión también pueda ser positiva, pero es necesario evaluar adecuadamente la situación.
Los implantes nanotecnológicos en el cerebro mejoran seguramente la vida pero a la vez probablemente la condicionan de alguna manera.. Se utiliza hoy la nanotecnología, por ejemplo, para asegurar que ciertos fármacos lleguen adecuadamente al cerebro para curar la patología que se esté tratando como enfermedades neurodegenerativas u otras. Es evidente que el avance de la medicina junto a la tecnología mejora la calidad de la vida del hombre, y la creación de nanotecnología aporta muchísimo en el diagnóstico, en el tratamiento, en la prevención, en la mejora general de la vida humana.
Desarrollos de bioingeniería están próximos a la creación de nanorobots que recorrerán el cuerpo de los enfermos llevando medicación donde la necesiten de modo específico, por lo cual podrán atacar directamente células cancerosas con más efectividad que las técnicas actuales.
El avance es evidente, positivo, inevitable, pero es necesario pensar siempre la ciencia desde la ética, y en la búsqueda de la mejora de la calidad de la vida humana, no excedernos al punto de creer que podemos borrar todo posible sufrimiento. Si hay algo que nos hace humanos es justamente el padecimiento singular.
El psicoanálisis sostiene, más allá de los avances tecnológicos, que existe la singularidad humana, lo singular del sufrimiento del sujeto, de la experiencia del goce, que es justamente lo que lo hace humano, sujeto. Por más avanzada que sea la tecnología aplicada al cuerpo, la experiencia de satisfacción pulsional es la que indica que ahí hay un sujeto vivo, con su singularidad, sus síntomas, su sufrimiento, su goce.
Pensar en una evolución tecnológica del hombre convertido en cyborg, sin enfermedades, sin dolor, eterno, no sólo borra lo particular, sino que en esa perfección buscada no se consideran las ambigüedades, que el lenguaje, impreciso, equívoco, manifiesta mostrando así al sujeto. El concepto de sujeto es irreductible a la falta de error, a la perfección, a la completud. Ser sujeto es esa experiencia singular de goce y es la estructura del lenguaje la que permite simbolizar e interpretar esa experiencia.
Podemos pensar el avance tecnológico y la búsqueda de la perfección o completud del individuo como el intento de encontrar una respuesta absoluta, única, bajo la forma de certeza, desconociendo el inconsciente, pretendiendo que el sentido de la vida pudiera ser gobernado por la voluntad, sin considerar aquellas fuerzas que no dependen de ella. Desconocer la existencia del inconsciente es creernos amos de todas nuestras decisiones, lo que no puede ser otra cosa que una idea delirante, por su certeza y por su magnitud.
La sintomatología actual aparece bajo formas que pretenden llenar rápidamente el vacío que muestra eso que nos falta. Adicciones en todas sus versiones, consumo, como intentos de llenado sintomáticos, y consecuentes ataques de pánico, depresiones, soledad, por el estilo de la vida actual. La idea de llegar a la vida sin dolor, sin enfermedad, sin sufrimiento, eterna, se acerca a esta intención de completud que es inalcanzable si pensamos al individuo como sujeto con un singular modo de goce psíquico.
De alguna manera la idea del transhumanismo no escapa a las intenciones principales de la era actual de consumo, que persigue respuestas de un modo que parece anular las preguntas. Inmediatas, completas, ilusorias, que intentan tapar eso que nos falta que es justamente lo que nos hace sujetos, del inconsciente.
Más allá de los avances tecnológicos el sujeto pensado desde el psicoanálisis seguirá siendo aquel que es resultado del malentendido fundamental que el lenguaje manifiesta. El psicoanálisis tiene hoy mucho sentido, como lo tuvo siempre. Este intento de desconocer el inconsciente, de encontrar la respuesta única, absoluta, es la punta de un iceberg que es necesario analizar.
La evolución humana por Lic. Constanza Bonelli
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UBA matrícula 31906
Candidata de la Asociación Psicoanalítica Argentina
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