Roberto Burle Marx – Jardines con reminiscencias del Paraíso – Por: @odaalverde
Diseño, densidad, coherencia con el entorno y fluido diálogo entre los elementos vivos y constructivos del jardín. Estas fueron las características que primero llamaron mi atención en la visita tan deseada al Sitio Burle Marx, la hacienda que fuera propiedad del notable paisajista brasilero, ubicada en Barra de Guaratiba, a unos 60 km de Rio de Janeiro.
Estar allí te invade de ganas de quedarse perderse y recorrer con minuciosidad cada espacio para luego detener el tiempo y así permanecer en ese entorno que invita a soñar con el paraiso.
La hacienda cuenta con un área de 405.000 m2 que Roberto, apasionado paisajista y Guilherme Burle Marx compraron a fines de la década del 40 con el objetivo de instalar ahí la colección de plantas que él venía armando desde joven.
La intervención incluyó la restauración de una pequeña capilla del siglo XVII, la reforma de la casa existente, la construcción de un pabellón nuevo, atelier – sala de música y sobre todo, el manejo de toda esa gran superficie de tierra en desnivel, transformándola en un vergel, con una de las más importantes colecciones de plantas tropicales y subtropicales del mundo.
Funcionando aún como su hogar, Roberto donó la propiedad al estado brasilero, con el objetivo de que su diseño paisajístico y su importante colección botánica pudieran conservarse como un legado a las futuras generaciones.
Un visionario artista y ecologista
Consideramos a Roberto Burle Marx (1909-1994), el paisajista más importante de Brasil y el creador del paisajismo moderno.
Polifacético: pintor, ceramista, diseñador de joyas, artista sobresaliente en grabado y tapiz, cantante barítono, escultor, escenógrafo, ecologista, botánico y cocinero entusiasta y exigente, algunos lo definirían como un renacentista del siglo XX.
Prolífero: En 60 años de carrera, diseñó más de 2.000 jardines dentro y fuera de Brasil. Llevan su firma la famosa Avenida Atlántica de Copacabana – con su diseño que replica las olas del mar en mosaicos blancos y negros -, numerosos jardines públicos en Brasilia, y también el jardín de la Unesco en París y Biscayne Boulevard de Miami.
El Arte, su inspiración: recurriendo a la abstracción como su principio rector, Burle Marx ideó una nueva forma de expresión paisajística, revolucionando el diseño de jardines.
Ecologista pionero: eligió valorizar la inmensa y rica vegetación autóctona, olvidada en su propia tierra. Recuperó variedades como las bromelias y los filodendros para el nuevo jardín modernista. Fue uno de los primeros en denunciar la destrucción de la selva tropical del Amazonas.
En sus propias palabras:
“Un jardín es naturaleza organizada por el hombre para el hombre».
» Los jardines devuelven a las personas el verde que la ciudad les robó». Él aplicó con intensidad su regla verde a Río de Janeiro.
“Un jardín esta hecho de luz y sonido, las plantas juegan un papel secundario”
En palabras de sus colegas
«Roberto Burle Marx es un músico del cual los acentos se perciben por otro sentido: la vista», dijo quien lo descubrió y promovió, el arquitecto y urbanista franco brasilero Lucio Costa.
«Organizando plantas nativas según los principios estéticos de las vanguardias artísticas, especialmente el cubismo y el arte abstracto, creó una nueva gramática para el diseño de paisajes». Con estas palabras, Lauro Cavalcanti, arquitecto, antropólogo y escritor inauguró una muestra de Burle Marx en 2009.
En 1961, el arquitecto argentino Amancio Williams (autor de la famosa casa del arroyo en Mar del Plata) expresaba: “En la nueva época que surge abriendo un mundo de nuevas posibilidades estéticas en todos los campos, Roberto Burle Marx representa la primera y la más importante manifestación en el arte del paisajismo y la jardinería de hoy (…) Sabe como nadie oponer las formas, las texturas, los colores (…) Este doble conocimiento botánico y plástico le permite crear con libertad y seguridad el jardín de su época.”
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