Haters, Trolls y Ciberbullying Por Lic. Constanza Bonelli
Tres palabras que como muchas otras en inglés terminan formando parte de nuestro vocabulario cotidiano. Las tres definen distintos modos de violencia en la redes sociales.
El ciberbullying es el acoso cibernético, un hostigamiento reiterado entre pares, más específicamente de uno o varios sobre otro, por medio de cargadas, insultos y/o fotos en las redes sociales. Es el representante del bullying escolar pero en la web, y por lo general se da en niños y adolescentes escolarizados.
Característico de este tipo de acoso es que las agresiones son planificadas y la meta es sentirse más poderoso que el acosado o víctima, y obtener de este modo mayor popularidad, infundir miedo o sentirse exitoso. Para ello el acosador cuenta con la mirada de los espectadores, que no agreden pero tampoco defienden. Este grupo que queda expectante de las agresiones, mientras no actúe deteniendo el hostigamiento, forma parte como si fuera «cómplice», lo que le da mayor fuerza al acosador. El grupo que observa suele no detener el acoso, principalmente, porque no quiere ser el nuevo objetivo de las agresiones.
Esta situación de acoso necesita de las tres partes, víctima, acosador y espectadores, y ser reiterada para ser considerada como ciberbullying y pierde efecto si alguno de los que observan o la víctima modifican la situación, por ejemplo denunciando lo que está sucediendo a algún mayor para que actúe deteniendo el acoso o recurrir a la justicia o a la denuncia en la red en la que se produzca la agresión. Aunque al tratarse de algo que sucede en las redes no suele ser tan simple de manejar.
Otro modo de observar agresión en las redes es la de los Haters que son los seguidores que se dedican a criticar cualquier contenido subido a internet. Suelen dedicar su odio a figuras famosas con las que pueden interactuar gracias a este modo de comunicación creado en las redes sociales. Antes era imposible tener un contacto directo con un famoso pero hoy eso es muy fácil porque se tiene la posibilidad de respuesta en la web a los contenidos que los famosos suban a la misma.
Teniendo en cuenta el impacto que que los haters tienen con sus comentarios agresivos, desde el marketing se creó esta idea de Trolls, que se refiere a perfiles falsos que siendo pagos se dedican a hacer campañas en contra de alguna persona o grupo. Aquí no sería tanto una cuestión personal de afectos violentos y agresivos que buscan descarga, sino que desde el conocimiento sobre el impacto negativo que la agresión en las redes puede provocar en quien la recibe, transformaron esta situación en una cuestión de marketing y campañas.
Tres modos diferentes pero que comparten la característica hostil. “Haters gonna hate” (los que odian van a odiar) es un meme conocido con el que se plantea la situación de agresión como inevitable.
La agresión es parte del ser humano, es una pulsión, lo que significa que es universal y existe en todos nosotros. En el desarrollo vamos encontrando modos para calmar esta agresión y así adaptarnos a vivir en sociedad. Desarrollamos mecanismos por los cuales cierta agresividad seguirá siendo necesaria para actuar en la vida, otra parte será reprimida por resultar innecesaria y otra será dirigida hacia metas aceptables culturalmente.
Lo que sucede en las redes sociales es que con las características de comunicación tan distintas al contacto directo, se levantan ciertas represiones y de ese modo hay menos cuidados, menos reparos, al relacionarnos con los demás. Incluso muchas veces se disfraza la identidad del agresor tanto en el acoso, como los haters o los trolls (sobretodo en este modo).
La agresión entre pares, cualquiera sea su forma, puede ser muy destructiva. Cuando se da en las redes aún más porque se convierte en un hecho masivo y muchas veces anónimo, lo cual transforma la agresión en algo más difícil de frenar.
Las agresiones de los ciberacosadores o haters se suelen referir a características físicas, sexo, ideología o religión. La motivación suele estar de la mano de la envidia del agresor hacia alguna característica de la víctima, también sentimientos de rechazo o aislamiento que intentan neutralizar atacando a otro y siendo “escuchados” (aunque sea desde su odio). Otros pueden estar motivados desde su narcisismo o por una sensación de inseguridad que los lleva al ataque al otro. Se trata de personas que buscan atención y que no la consiguen de un modo positivo, y en la agresión logran ser escuchados.
Al igual que en otros modos violentos de relacionarse, como en los vínculos amorosos patológicos en los que existe uno (generalmente el hombre) que acosa al otro (generalmente la mujer), el vínculo caracterizado por la violencia está relacionado con un psiquismo débil, enfermo, que no cuenta con las herramientas necesarias para relacionarse adecuadamente. Y desde grandes sentimientos de temor por el abandono, que son vividos de modo catastrófico, la inseguridad y la baja autoestima, maltratan a sus parejas buscando por medio de la humillación, la fuerza, o cualquier otro tipo de violencia, debilitarla para poder dominarla y mantenerla a su lado, no tanto como un sujeto, como una persona, sino como un objeto que le pertenece.
Muchos y variados tipos de violencia que lastiman en distintas formas y de los que hay que buscar la manera de salir para protegerse y cuidar nuestra salud psíquica y física.
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