Crianza sobreprotectora

Por: Lic. en psicología Constanza Bonelli

La personalidad adulta es el resultado de un modo de crianza, de las capacidades personales y del entorno en el que cada uno viva. Es un conjunto de circunstancias que determinan cierto tipo de funcionamiento psíquico en la vida del adulto.

crianza sobreprotectoraMe refiero con crianza al vínculo primario, es decir, con la madre (o su sustituto) y con la figura del padre, que el individuo tiene desde el momento de nacer, y aún, desde antes de su nacimiento teniendo en cuenta cómo se espera la llegada de ese bebé. La modalidad de esta relación temprana conformará la base para el desarrollo del psiquismo, es decir, de la personalidad. Se convertirá en el modelo para el funcionamiento en el resto de las relaciones que el adulto tendrá.

Si se dá de un modo suficientemente bueno, el individuo contará con las herramientas necesarias para atravesar la vida de un modo saludable. Si no, estarán dadas las condiciones para que se desencadene la patología psíquica, los síntomas, las dificultades para vivir.

Como “suficientemente bueno” se entiende un tipo de relación en el que la madre se encargue de satisfacer las necesidades del bebé sin grandes ausencias ni extremas presencias. Es decir, que pueda brindar lo que el niño necesita pero sin excederse con su aporte. La ausencia materna dejará insatisfechas necesidades vitales con consecuencias patológicas. Y la extrema presencia hará algo similar al impedir el desarrollo de las herramientas que el niño necesitará en el futuro para vivir, a la vez que impedirá el flujo necesario entre el deseo y su cancelación, con el excedente no satisfecho que empuja a la búsqueda necesaria para continuar viviendo. Este mecanismo que se dá entre “deseo/satisfacción/resto no satisfecho” es el motor de la vida, es lo que nos impulsa para vivir.

Cuando pensamos en una crianza sobreprotectora que evita la frustración del hijo mediante la respuesta ante todos las dificultades con las que se pudiera encontrar, observamos que el hijo queda coartado en su posibilidad de acción, es decir, cada vez que la madre responda por él para evitarle sufrimiento no le enseñará ni le permitirá descubrir el modo en que dichas situaciones pueden enfrentarse. Entonces en lugar de protegerlo, que es lo que cree que está haciendo, lo está llevando a una irremediable situación de desamparo e inseguridad en el futuro.

Criar, educar, es preparar a lo hijos para vivir la vida, es decir, enfrentar dificultades, asumir riesgos, tolerar frustraciones, saber esperar, aceptar limitaciones, saber relacionarse respetando diferencias, aceptar responsabilidades, como también aprender a disfrutar, a amar, a buscar la felicidad, obtener gratificaciones, alcanzar éxitos. Una serie de situaciones dispares, buenas y malas, que conforman lo que la vida es y que es necesario saber transitar. Si los padres evitan el contacto con cualquier sufrimiento en los hijos y para ello optan por resolver todos sus problemas, desarrollarán hijos incapaces de vivir la vida por ellos mismos, asegurandoles un futuro de inseguridad y dependencia.

El desarrollo de las herramientas necesarias para vivir es fundamental para que encuentren los modos adecuados para resolver las situaciones que la vida les plantee y de esa manera construirán su identidad, sabrán quiénes son, darán lugar a sus deseos, construyendo una autoestima saludable que les dará seguridad e independencia. Se emanciparán de la atención de los padres de la niñez buscando sus propios modos de vivir.

En la sobreprotección podemos observar no sólo la imposibilidad de los padres de ver el sufrimiento en los hijos, sino también, una desconfianza sobre las capacidades que los hijos pudieran tener. Esta situación atenta directamente contra la posibilidad de que los hijos confíen en sí mismos, creando cada vez mayor sentimiento de inseguridad y dependencia hacia los padres, quienes muestran también cierto narcisismo ya que confían más en sus respuestas que en la que los hijos pudieran dar.

Educar, criar, es una tarea esencial para la vida de los hijos. Hacerlo de un modo que contemple sus deseos más allá del de los padres, asumiendo que el sufrimiento es parte de la vida y que no hay que tenerle miedo sino aceptarlo y aprender a responder del modo más adecuado, tolerando frustraciones y disfrutando de los momentos felices y gratificantes, permitirá comprender la vida contando con el desarrollo personal de las herramientas necesarias para vivir, sintiéndose libres, seguros, independientes, buscando encontrar su deseo en el camino que elijan transitar.

Lic. en psicología Constanza Bonelli

Consultorios en Nordelta y Belgrano: 4871-6634 / 156-272-2973
UBA matrícula 31906
Candidata de la Asociación Psicoanalítica Argentina
licbonelli@gmail.com / Ig: Lic.constanzabonelli

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