Recoleta Grand Hotel
Convengamos que vivir en los suburbios, disfrutar de la burbuja y estar al aire libro es muy lindo. Pero también sinceremonos, muchas veces necesitamos un poco de vida citadina, luces, ruido, tráfico, nuevas propuestas gastronómicas y de moda. Con este espíritu comenzamos una escapada a la City Porteña y fuimos turistas por un día en nuestra propia ciudad.
Nos alojamos en Recoleta Grand Hotel ubicado en la calle Las Heras entre Av. Callao y Rodriguez Peña. Una ubicación privilegiada en pleno barrio porteño de Recoleta. Barrio que conozco muy bien ya que allí pasé toda mi adolescencia y mis primeros años de adultez. Pero venir con el bolsito, dejar el auto en el valet parking y hacer el check in, ya te transforma y de repente tenés unos lentes de aumento que te hacen ver la ciudad con ojos de turista.
Nos recibieron de manera muy amable en el lobby. Esto es muy importante porque “la primera impresión es lo que cuenta” dice el dicho. Nos asignaron una Suite (Hay Studios, un poco más pequeños y una Grand Suite con dos habitaciones) que cuenta con un sector de living con televisión, un escritorio doble, un sector con la cama y otra tele y por supuesto el baño. La habitación tiene unas dimensiones justas pero están muy bien logrado los espacios y la decoración es moderna y acogedora. Y algo muy importante: Estaba impecable. Lo resalto porque no es tema menor y no siempre se dá el concepto de impecable. El minibar es austero pero tiene lo necesario y hay máquina de nespresso en la habitación y cápsulas. Ojo a los distraídos, tiene costo extra cada café. No es cortesía del hotel. Lo que sí es cortesía es una botella de agua.
Ya instalados decidimos realizar primero un recorrido por las instalaciones y nos fuimos al décimo piso donde está el sector que contiene un gimnasio con máquinas para correr y ejercitarse y una barra de hidratación. El Spa cuenta con Sauna y ducha escocesa y gabinetes para tratamientos y masajes. Está un poco a la deriva, ya que ni en la habitación ni en la recepción del Spa se encuentra una carta de servicios. Para saber cuál es la oferta hay que llamar a la recepción.
Subiendo una corta escalera se accede al solarium en la terraza que cuenta con reposeras y sombrillas y dá al pulmón de manzana y hay una piscina para refrescarse en verano y también es climatizada y cuenta con un sistema de nado contracorriente para ejercitarse.
Al atardecer decidimos dar una vuelta por el barrio y en la esquina tenés una conocida cadena de cafeterías americana. A 1 cuadra y media está la lindísima plaza Vicente Lépez y a 2 cuadras está la avenida Quintana y a 3 Av. Alvear para pasear, ver vidrieras y desembocar en el Cementerio de la Recoleta, la Iglesia del Pilar y la zona de la Recova, y el Centro Cultural. Uno puede optar por comer en alguno de los restaurantes de la zona. La oferta es muy variada.
Nosotros optamos por regresar al hotel y probar Club 31 el restaurante ubicado en la planta baja. La decisión fue muy acertada porque la atención fue muy buena y eso es fundamental. La carta es variada y los precios son razonables. Degustamos un menú de dos pasos y elegimos un vino en la variada carta que propone el hotel.
¡S!í, hora del descanso después de una jornada completa de trabajo, mientras escribo estas páginas no puedo dejar de pensar por qué son tan suaves las sábanas del hotel. Quiero el secreto. Elijo entre las opciones de la carta de almohadas y a descansar.
La mañana nos recibe en plena city un poco mareada por el cambio de lugar, pero se me pasa todo enseguida cuando llego a una de mis partes favoritas de la vida de hotel: el desayuno. Esta vez lo sirvieron en el salón principal, el mismo que se ofrece para eventos corporativos y sociales un espacio práctico y completo. Pastelería, frutas, fiambres, huevos revueltos y panceta…(¡Me encantan!) y muchas voces suaves alrededor en diversos idiomas. El oído también te hace viajar. El hotel está con plena ocupación por estos días.
Mientras paso mi último rato en Recoleta Grand pienso que buena idea sería una escapada de chicas por una noche para combinar teatro, spa, y buena gastronomía alojadas aquí, por un día libre de niños, maridos, trabajo, quehaceres del hogar. Buena idea ¿no?
Esperamos el auto. El hotel tiene estacionamiento y la estadía vale $400.- y puedo observar las diversas propuestas que ya tiene el hotel armadas para pasar un buen rato. Opción de day spa, Tea Time, Escapada romántica, noche de bodas.
Un pequeño disfrute, una óptica distinta para disfrutar la ciudad en un hotel de categoría y excelente ubicación.
Por: @viaja2net