El Deporte como herramienta de cambio social

Huella Weber

Yésica Bopp, campeona mundial en la categoría minimosca, y Federico Molinari, gimnasta olímpico en la disciplina de anillas, encontraron en el deporte una herramienta para transformar la vida de las personas y explotar sus valores deportivos más allá de los límites.

El Deporte como herramienta de cambio social“El deporte enseña, el deporte educa” coinciden ambos. Los campeones asumieron un compromiso muy fuerte con la sociedad con el fin de retribuir el cariño que reciben todos los días. Por este motivo, alrededor de dos años atrás se sumaron al programa Huella Weber y se convirtieron en protagonistas del campo de la acción social.

El programa Huella Weber de la empresa homónima, reúne deportistas de élite para combinar su pasión, empatía, y dedicación en acciones que ayuden a mejorar la calidad de vida de las personas. Hace más de ocho años, el programa brinda capacitaciones y herramientas a grandes deportistas para construir un ecosistema sustentable y solidario que deje una huella en el seno de la sociedad.

Yésica Bopp es una boxeadora y psicóloga social argentina, campeona mundial en la categoría minimosca de la Asociación Mundial de Boxeo y de la Organización Mundial de Boxeo. Con tan sólo dieciséis años comenzó a adentrarse en el deporte con el entrenador Delfino López. En el 2005, inició como amateur en un combate Panamericano disputado en la Federación Argentina de Boxeo y se consagró como la primera boxeadora Campeona Panamericana, logrando clasificar para el Mundial de Rusia donde obtuvo el tercer puesto. En el 2007 y 2008, obtuvo el mismo título y la clasificación para el mundial de la India, donde consiguió la medalla de plata. Luego de tres años, Bopp se consagró Campeona del Mundo en la categoría minimosca. En el 2009, retuvo su título convirtiéndose en Bi-campeona y en la primera campeona femenina del título de la Organización Mundial del Boxeo.

El Deporte como herramienta de cambio socialEn el 2014, su carrera de boxeo se vio interrumpida por el embarazo de su hija Ariadna. En este contexto, comenzó a participar en eventos sociales y dio sus primeros pasos en el campo de acción social. “Siempre me gustó participar en la calidad humana, ayudar a los deportistas a dar un aporte a la sociedad”, expresó la boxeadora. De esta forma, empezó a formar parte de Huella Weber. Desde aquel entonces, abrió una nueva puerta en su vida al amadrinar dos gimnasios de boxeo: uno en Avellaneda y otro en Concordia, Entre Ríos. Además de brindar materiales, realizan inversiones en reformas edilicias para mejorar la calidad de la práctica y brindar acompañamiento a sus participantes.

A través del programa, se “ayuda a ayudar” a deportistas como Bopp y permiten que los mismos puedan asumir un compromiso con la sociedad. “Es increíble que una empresa nos ayude a ayudar y que podamos mostrar la otra parte del deportista: combinar nuestros valores y devolver el cariño que siempre nos brindan”, expresó la boxeadora. “Nosotros trabajamos en equipo y desde el esfuerzo y la dedicación”, agregó.

Por su parte, Federico Molinari nació en Rosario y en 1988 se mudó con su familia a San Jorge donde sus papás se convirtieron en entrenadores de gimnasia en el club. Este hecho fue muy importante en la vida del gimnasta ya que comenzó a participar actívamente en el deporte. El rosarino declaró que pasó por varias disciplinas hasta que, alrededor de los 9 años, decidió dedicarse a la gimnasia artística.

En 1997 tuvo sus primeros torneos, y desde entonces, enfocó todas sus energías en cumplir su sueño: llegar a ser un olímpico. Frente a aquel objetivo decidió partir a Buenos Aires en el 2001, año en el cual comenzó su entrenamiento con el entrenador ruso Vladmir Makarian. En los años 2003 y 2007 participó del Campeonato Mundial de Gimnasia. A pesar de sus esfuerzos, los resultados obtenidos no fueron suficientes para clasificar a los juegos olímpicos.

El Deporte como herramienta de cambio socialEn el 2011, obtuvo el octavo puesto en la Copa del Mundo de Ghent, el quinto puesto en anillas en la Copa del Mundo de Ostrava, y el octavo lugar en los Juegos Panamericanos de Guadalajara. Esto le permitió clasificar a los Juegos Olímpicos que transcurrieron en Londres del año siguiente, y se convirtió en el primer gimnasta argentino en clasificar a una final olímpica. “Ganar un diploma olímpico era el sueño de mi vida. Perseguí un objetivo y trabajé para alcanzar la meta. Fue muy emocionante para mí, sobretodo por estar en un país donde la gimnasia es importante”, expresó Federico Molinari. “Todo lo que logré fue gracias al apoyo de mis papás y hoy, de mi mujer y mis hijos”, agregó.

En el año 2013, el gimnasta dio sus primeros pasos en el campo de la solidaridad cuando aceptó incorporarse al programa de Huella Weber. Desde entonces, apadrinó un merendero en Manzanares. Actualmente, el mismo alimenta a más de 100 chicos. “El proyecto tiene un componente social muy importante y nos da los medios necesarios para ayudar. Nos completa desde otro lado, es muy lindo sentirse bien y hacer una acción por alguien”, confesó Molinari.

Ambos campeones encontraron en el deporte una herramienta para transformar la vida de las personas y explotar su potencialidad más allá de los límites, como dice el gimnasta: “Siempre que uno elija el deporte va a aprender valores, disciplinas. Es un aprendizaje para la vida en general”.

Como referentes en dicha disciplina, tanto Yésica Bopp como Federico Molinari sienten un compromiso muy fuerte por incentivar a los jóvenes a perseguir sus sueños. Actualmente, abrieron su propias escuelas para transmitir la pasión y técnicas necesarias para el deporte.

“Lo más importante es que nunca abandonen sus sueños, siempre se pueden alcanzar. Yo soy de un pueblo donde la gimnasia no tenía las mejores instalaciones, ni trayectoria. Por eso creo que todo depende de las ganas que uno tiene y cuán dispuesto estés para lograrlo”, manifestó el gimnasta con el fin de transmitir su mensaje a todo aquel que esté atravesando sus primeros pasos en la disciplina. Por su parte, la boxeadora expresó unas palabras para que todas las mujeres se animen a romper con los paradigmas establecidos y luchar por hacerse un lugar: “Es un desafío ser mujer en el entorno y practicar un deporte. Es clave la perseverancia, el esfuerzo y el sacrificio. Cualquier mujer que tenga un sueño y se lo proponga va a poder. Yo invito a que sueñen, y que, a raíz de esa pasión van a poder llegar a cualquier propósito que tengan en la vida”.

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Texto por: Catalina Mirás

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