Reflexiones breves en el día de la mujer

Hoy se festeja el día de la mujer. ¡¡¡Feliz día a todas las mujeres!!!

Siempre es lindo festejar un día especial. Aunque a decir verdad, en los tiempos que corren, me pregunto si no deberíamos equilibrar la balanza también y festejar en alguna fecha el día del hombre. Es que si seguimos con tremendos movimientos de feminismo corremos el riesgo del desequilibrio, y como bien dice el refrán, ningún extremo es bueno.

Cada sexo tiene un aporte a nuestra humanidad, yo creo que no somos iguales, pero si podemos tener igualdad de condiciones en muchas cosas como el trabajo, el ingreso, la participación en diversas actividades, la educación, el intelecto. Pero insisto: Igualdad de condiciones, no iguales. Nuestra naturaleza, como la de muchos seres vivos no es igual.

Y si me preguntan a mí, yo no quiero ser igual a los hombres, adoro la femineidad, adoro ser cuidada y cortejada, ser respetada. Me encanta ser sensible. Me gusta que me abran la puerta, que se paren para saludarme, que me protejan de la lluvia, que me cortejen como lo hace un pavo real con sus plumas. Me gusta poder pensar mil cosas a la vez, hacer listas mentales, ser débil y super fuerte a la vez. Celebro la capacidad de hacer mil cosas que tenemos las mujeres. Adoro dar vida, ver crecer a un ser en mi vientre. Me encanta el toque especial que somos capaces de darle aún a los momentos más rutinarios. Me fascina la capacidad de análisis e introspección que solemos tener.

Me encanta que los hombres sean fuertes, decididos, temerarios, que puedan salir a «cazar». Me gusta que tengan habilidades que nosotras no solemos tener en líneas generales. Me encanta la capacidad de concentración y abstracción que tienen para hacer una cosa a la vez.

Hablando de generalidades obviamente, porque sin duda habrá hombres más sensibles y mujeres más temerarias. Hombres más maternales y mujeres más prácticas e independientes.