Llegan las vacaciones de invierno y, como todos los años, miles de personas deciden disfrutarlas en la nieve. Bariloche, San Martín de los Andes, Villa La Angostura, Las Leñas y Ushuaia son algunos de los puntos turísticos preferidos por los argentinos, que en buena medida emprenden el viaje hacia el sur en sus propios vehículos.
Manejar en la nieve o en el hielo no es para cualquiera. Se requieren conocimientos específicos y cuidados especiales sobre diversos puntos del vehículo. A continuación, una serie de consejos para evitar problemas en la conducción y pasar unas vacaciones felices. Y también cuáles son los modelos más recomendados para este tipo de terrenos.
Tips de conducción
Como siempre que salimos del asfalto, la recomendación más importante para manejar en la nieve es efectuar maniobras suaves. Es clave evitar movimientos bruscos y violentos en la aceleración y la frenada. Para bajar la velocidad, se aconseja no utilizar los frenos sino recurrir al freno motor con la caja de cambios. Esto reduce altamente las chances de patinar: la mezcla de la nieve con el polvo del ambiente, el humo y la grasa del asfalto forman una masa deslizante altamente peligrosa.
Otra regla de oro es emplear la marcha más larga posible para transmitir la menor fuerza posible a las ruedas cuando aceleramos. Si se puede arrancar en segunda o tercera, mejor. Al revés en pendientes descendientes: la marca más corta posible para que el motor nos retenga y evitar utilizar el freno. Vehículos con tracción integral permanente, como por ejemplo pick ups, serán de gran ayuda para asistir al conductor con el reparto del torque; es decir, de la fuerza con la que cada rueda empuja.
No olvidemos un principio que debe regir en todo nuestro comportamiento sobre esta superficie: si no se puede, no se puede. Es mejor detenerse, refugiarse en un lugar seguro y continuar el viaje en otro momento. Un tip más: conviene detenernos de vez en cuando a retirar la nieve acumulada de los pasos de rueda para impedir que se compacte y nos impida girar o enderezar la dirección.
A su vez, la distancia de frenado con respecto al vehículo que nos precede debe ser considerablemente mayor en el hielo y la nieve. Si en una ruta asfaltada los organismos de seguridad aconsejan manejar al menos a cinco segundos del que va delante nuestro, en este tipo de superficie se recomienda hacerlo a ocho o diez. Al haber menor adherencia, el efecto de los frenos es mucho menor.
Es muy importante tener en cuenta que en zonas de sombras el hielo se mantiene durante casi todo el día, aunque haya sol. Esto sucede, por ejemplo, en varios tramos de la Ruta de los Siete Lagos, que une Bariloche con San Martín de los Andes. Es un camino sinuoso y de montañas para realizar con tiempo, sin apuros. Las autoridades advierten sobre los peligros de detener el vehículo en pendientes, curvas o lugares de poca visibilidad. Y de detenerse sobre la calzada. En caso de urgencia, debemos estacionar sobre la banquina y con las balizas encendidas para que los demás conductores lo vean.
Supongamos que nos metemos en la nieve y nos quedamos, por mala suerte o imprudencia. Al tiempo de solicitar un servicio de asistencia para ser socorridos, tenemos que permanecer en el vehículo. Es el lugar más seguro, siempre y cuando lo mantengamos cerrado y con ventilación para renovar el aire, sin utilizar calentadores a combustibles para calefaccionar. Es fundamental que el escape no haya sido tapado por la nieve. Si es así, de ninguna manera debemos arrancar.
Si en la nieve debemos conducir con suavidad, esa suavidad en el hielo debe rozar la excelencia. En dicha superficie sentiremos que el auto no va pegado al piso, sino flotando o deslizándose en todo momento. Por eso es clave reducir la velocidad todavía más y no utilizar el freno: el auto podría bloquearse y patinar.
Las cadenas
El punto de contacto entre el auto y la tierra es siempre el neumático. Por eso es clave utilizar el correcto según la ocasión. Y para la nieve y el hielo existen cubiertas especiales (tienen una profundidad de al menos 1,6 mm en su dibujo), aunque adquirirlas sólo para usarlas en vacaciones puede resultar algo costoso. La solución son las cadenas. Hay de varios tipos.
Las cadenas tradicionales son las más utilizadas. Son una cobertura de acero cementado para las ruedas que nos permiten circular en el hielo o la nieve casi sin problemas, ya que mejoran la tracción. Pero ojo: no se pueden utilizar en todo momento. Debemos colocarlas únicamente cuando hacen falta. De lo contrario podrían provocar daños en el neumático y el vehículo.
También existen unas “cadenas líquidas” que consisten en un aerosol que aplica una película sobre el neumático para aumentar la adherencia. No es otra cosa que un spray. Una vez que se la aplica, el vehículo mejorará el agarre al suelo durante algunos kilómetros. Si no, podemos optar por las “cadenas textiles”, una tela de fácil instalación que tiene como ventaja fundamental la combinación con el sistema de frenos ABS y otros sistemas de tracción y frenos (las otras cadenas los anulan). Pesan menos de 1 kg, no producen ruidos ni vibraciones y son reutilizables.
A tener en cuenta en el auto
Es importante utilizar anticongelante en el circuito de refrigeración del auto, ya que la temperatura en los destinos invernales para vacacionar está usualmente por debajo del punto de congelación. También es clave controlar el nivel de otros fluidos, como el de los frenos, la dirección y la lubricación del motor. Y chequear que los limpiaparabrisas funcionan correctamente: son para mejorar la visibilidad cuando cae nieve.
El resto de los preparativos son los mismos que cuando salimos a la ruta sin nieve: todas las luces tienen que estar en buen estado (las de giro, las balizas, las altas y las bajas), debemos contar con la documentación obligatoria (DNI del conductor, cédula verde o azul –cuando la verde esté vencida y quien maneja no es el propietario del vehículo–, comprobante del seguro automotor, patentes al día y VTV, según jurisdicción) y tenemos que llevar en el auto matafuegos (tiene que estar fijo y al alcance del conductor), balizas portátiles y chaleco reflectivo.