Con los pies en la tierra y los ojos en su sueño

En las pantallas de Argentina se lo conoce por ser Rodrigo, el hijo de los protagonistas de la novela de Telefé “100 días para enamorarse”. En cambio, los de la zona lo conocemos por ser “la China” (el apodo con que lo bautizaron sus amigos): el chico que actuaba en las obras del Santa Teresa, el 4 del equipo de fútbol del Club Nordelta, uno de los coordinadores de Confirmación del ciclo del año pasado, un vecino. Con su esencia intacta, confiesa que sigue siendo muy vergonzoso y tímido: “Soy consciente de que quiero mantener los pies en la tierra y conservar mi humildad. Mi objetivo es no dejar de ser yo”.

Con los pies en la tierra y los ojos en su sueño
Cursó toda la secundaria en el Colegio Santa Teresa y frente a las clásicas preguntas de último año sobre el mañana, nunca pensó que la respuesta iba a ser algo parecido a esto ni mucho menos que iba a salir en televisión a los 18 años. Terminó la etapa escolar y perfiló su futuro hacia los números: decidió empezar Ingeniera Industrial en la Universidad Austral. Cuando surgió esta oportunidad, su vida giró 180 grados. Decidió entregarse de lleno a la actuación y congelar la carrera. “Fue decisión propia. Pensé ‘soy joven, no tengo ningún apuro, tengo que aprovechar este momento y la oportunidad enorme que se me dio’”, cuenta Franco. “Sigo en el grupo de Whatsapp con los de Ingeniería y leo que están re estresados con los parciales… Viéndolo de afuera me doy cuenta que no era lo que me gustaba y lo bien que me hace lo que estoy haciendo ahora”.

Desde 2016 participaba de CAST, un entrenamiento de actores de Telefé. Los entrenan frente a cámara con diversos géneros, toman distintas clases y los tienen en cuenta para sus proyectos. “Gracias a Dios quedé ahí, aprendí un montón y conocí mucha gente. Me re sirvió porque hasta ese momento solo había hecho teatro en el colegio. CAST fue un impulso para crecer”, cuenta Franco. “Me encantaba actuar… pero nunca me imaginé que iba a estar haciéndolo para un canal como Telefé. Es un montón, es como un sueño. Cuando me dijeron que quedé para actuar de Rodrigo no lo podía creer, me quedé helado. Es más, me costó mucho empezar a contarlo, no me salía decirlo. Me sigue pareciendo muy loco”.

En los últimos meses y, sobretodo, desde el 7 de mayo que la novela salió al aire, su vida cambió completamente: “Es un cambio bastante grande, otra vida casi… Todavía no me pasó que me reconozcan en la calle, pero no sabría cómo reaccionar a eso… Sería la primera vez que me pase algo así”, cuenta entre risas. “Por suerte con mis amigos y mi gente cercana todo sigue igual, me hacen muy bien. Al principio no caían, como yo, pero me re acompañan en esto”. “Mi abuela está chocha —dice riendo—, el otro día me estuvo hablando como una hora del programa. Disfruto de eso”. Todavía se está adaptando, de a poco va venciendo el miedo a las cámaras, acostumbrándose a la idea de tener su propio camarín, a estar más expuesto.

Con los pies en la tierra y los ojos en su sueño
El hecho de verse en televisión no deja de impresionarle. “El primer capítulo lo vi con todo el elenco en un bar de Palermo, pero después cuando lo vi en casa con mi familia estaba re nervioso, con mucha verguenza”, cuenta. Confiesa que no le gusta verse, pero que lo hace para mejorar: “Soy muy autocrítico. Es clave mirarme porque me corrijo, voy diciendo ‘eso estuvo de más’, ‘podría haber hecho tal cosa’, tengo que lidiar con que no me guste para crecer”.

Este es su primer trabajo “de verdad”, dice Franco con una sonrisa. “La novela en sí me parece interesante y me encanta que hable de temas que pueden considerarse tabú… Me gusta que trate asuntos muy reales que le pasan a todo el mundo. La historia es muy atrapante, me encanta ser parte de este proyecto”. El entorno laboral lo sorprendió para bien. Sus compañeros de trabajo son personas que están hace mucho tiempo en el ambiente de la televisión como, por ejemplo, Carla Peterson, Nancy Duplaá y Luciano Castro; pero para Franco todo es novedad: “Hay muy buena vibra con todos los del elenco, estoy muy cómodo. Suelo ser bastante callado cuando entro a un lugar nuevo, pero desde el principio todos fueron muy buena onda conmigo y entré en confianza”. Según él, el personaje al que le da vida en la serie se le parece en esos aspectos. “Rodrigo también es medio tímido, reservado y un poco temperamental, como yo. Me gusta como personaje, lo llevo bien”. La mayoría de sus escenas son con Jeremías Batto Collini, un chico de nueve años que encarna a su hermano menor: “Me encanta grabar con él porque siempre me saca una sonrisa, me renueva en lo chiquito. Está loco, es muy divertido. Y como no tengo un hermano varón, disfruto mucho de esa relación: hacemos chistes, le charlo, lo abrazo… lo cuido un montón”.

Con los pies en la tierra y los ojos en su sueñoAdemás de grabar, juega al fútbol en el Club Nordelta, va a clases de batería, a un taller de actuación y está en busca de encontrar un lugar para hacer clases de canto. Junto a cuatro amigos es parte de la banda Forus (@forusoficial en Instagram) y cuenta que quiere invertir mucho tiempo en lo musical y lo artístico: “Quiero meterle a pleno a la música, ese es mi objetivo de ahora, además de la actuación”, dice Franco. “Otra de mis prioridades es la fe, me hace muy bien. Ese lado mío es muy importante y por suerte no me alejo. Los amigos que gane ahí me hacen mantener los pies sobre la tierra”.

Más allá de no saber qué podrá estar haciendo en el futuro, tiene la certeza de que hay algo que no quiere cambiar: “Quiero que la vida siempre me encuentre en plena búsqueda de ser feliz. Porque el día de mañana puedo cambiar y hacer cualquier cosa, me puede pasar lo que sea. Pero me gustaría sí o sí formar una familia y estar en constante búsqueda, feliz con mi presente, sea lo que sea que esté haciendo… Actuando en una película, protagonizando algo, quién sabe. Estoy muy contento, disfrutando mucho el día a día. Estoy haciendo lo que realmente me gusta. Quiero disfrutarlo a pleno, que no se me nuble la vista por nada, ser muy consciente de la locura que estoy viviendo.”
Algunas personas dicen que la felicidad es ser consciente del momento. Franco, un chico de nuestra comunidad, lo tiene claro.

Por María Delfina Carmona

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