Accidentes en Nordelta

Durante el mes de abril uno de los principales temas que llamó la atención entre los vecinos y se hizo eco, como es habitual, en las cadenas de whatsapp de los barrios y grupos de padres es la cantidad de accidentes de tránsito que hubo. Sin ir más lejos en una semana se reportaron no menos de 4 accidentes, dos en la zona de Puerto Canoas, uno en la zona de la rotonda de Los Alisos, que involucró a un ciclista, y uno con consecuencias graves en la zona de YPF donde un vecino de El Palmar que iba en moto fue arrollado por un auto sufriendo perforación de pulmón, costillas y cadera con fracturas y al cierre de esta edición seguía internado.

Accidentes en Nordelta

La creciente población en la zona, la distracción con los celulares al volante, las frenadas en las sendas peatonales y los despistados de atrás que no frenan y se llevan puesto a quien respeta al peatón, el uso de la traza compartida entre ciclistas y automovilistas, el mayor volumen de conductores adolescentes inexpertos, son un combo explosivo al que condimentamos con la habitual falta de respeto de los argentinos hacia las normas en general y a las de tránsito en particular.

En julio de 2013, nuestra editorial junto a Fundación Nordelta y el Municipio de Tigre impulsamos una serie de talleres de Educación Vial a los que invitamos a colegios, vecinos, instituciones. La intención fue buscar identificar debilidades y generar ideas para crear una nueva cultura vial. El encuentro concluyó con un diagnóstico de la situación y el trazado de ideas para un plan de acción y un documento que fue presentado a Asociación Vecinal Nordelta. Hoy, casi 5 años después, el desafío de mejorar como ciudadanos respetuosos y la prevención y cuidado de cuestiones elementales sigue siendo un tema pendiente.

La educación vial:
En lugares como Nordelta donde no hay semáforos que nos obliguen a decidir cuándo frenar y cuándo pasar, tener mayor conciencia del respeto y de las normas de prioridad de paso son clave: respetar el paso en las rotondas, frenar en las sendas peatonales, respetar los carteles de PARE, respetar las velocidades máximas, usar cascos, realizar las señas de brazos siendo ciclistas, son sustanciales para minimizar los accidentes.
Existe una cultura preestablecida y vendida en estas urbanizaciones como argumento comercial de que “los niños pueden correr y jugar libremente en la calle” y de allí en adelante cuesta mucho luego volver al foco del respeto y la prioridad de paso y el cuidado en la calle. Los vecinos criados en los barrios cerrados suelen tener poca educación vial, se la pasaron años yendo de un lugar a otro en auto y luego, al manejar, tienen menor nivel de reacción y educación respecto de los riesgos de tránsito y a su vez menor respeto y mayor trasgresión de las normas.

El uso del celular:
La asociación Luchemos por la Vida (LxV) midió en septiembre del 2017 el uso de teléfonos celulares por parte de conductores y de peatones, estos últimos, mientras cruzaban las calles. La distracción, al volante o a pie, agrega más peligro al tránsito cotidiano. Más del 13,7% de los autos observados iban usando el celular y el 15,1% de los peatones cruzaban las calles usándolos. Estos porcentajes suelen incrementarse en áreas suburbanas de menor densidad de población.
Hace años que la ciencia estudia las importantes limitaciones que nuestro cerebro tiene para realizar dos tareas que demanden atención al mismo tiempo, y los investigadores han probado hasta qué punto es peligroso conducir mientras se habla o mensajear por celular, aún con el sistema de manos libres. Recientes investigaciones internacionales han concluido que caminar hablando por teléfono celular es muy riesgoso ya que las personas observadas despliegan comportamientos tales como cruzar más despacio, sin mirar al tránsito circundante y no esperar a que los vehículos se detengan para comenzar a cruzar, en una proporción muchísimo mayor que los no usuarios de celular. Para los peatones el problema real principal parece ser la distracción, así como les sucede a los conductores. Y en el tránsito caótico de nuestro país, este nuevo hábito compartido por peatones y conductores no hace más que empeorar la seguridad de todos en la vía pública.

Medidas de seguridad en los barrios, traza compartida entre peatones, ciclistas y autos:
La seguridad vial en countries y barrios cerrados debe ser planteada desde un ángulo distinto que en la vía pública. Algunas cosas a tener en cuenta según CESVI Argentina:

En la mayoría de estas urbanizaciones no hay veredas, entonces la calle es compartida por peatones, ciclistas y vehículos.
Algunos barrios colocan vallas para obligar a disminuir la velocidad de quienes por allí circulan, pero las ubican tan altas y anchas que no permiten ver que hay detrás de ellas, entonces quien pasa por allí debe hacerlo con mucha precaución.
Otros colocan lomos de burro o badenes tan grandes que desestabilizan a peatones mayores y ciclistas pudiendo generar un accidente que, además de personas, involucran a vehículos, con consecuencias mucho más graves.
También vemos fantásticos y vistosos boulevares con plantas admirables. Vegetaciones bajas y frondosas que, además de lindas y estéticas son peligrosas. Si algún peatón cruza la calle, el conductor del vehículo se lo encontraría ya en la calzada, aumentando considerablemente la posibilidad de un accidente. Para evitar esos accidentes, los boulevares deben ser de plantas con tronco alto y colocados con una separación tal que permitan ver la otra calzada.

Habitualmente las víctimas terminan siendo los adolescentes o niños como ciclistas o peatones, ya que reciben en alguna medida un mensaje contradictorio y una pobre educación referida a los riesgos y las normas de circulación; para ellos el espacio del country es un lugar de juegos.

Está claro que este tema sigue en agenda y debe pasar a la acción, en colegios, entre vecinos y en las instituciones que regulan la zona. Educar es el único camino para minimizar el riesgo de accidentes de mayor envergadura.

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