El sol retrasa su horario de aparición en el cielo y adelanta su hora de ocultarse.
Las temperaturas comienzan a descender y la humedad ambiental, a incrementarse.
El follaje de los árboles caducifolios (que pierden la hoja) comienza a cambiar de color y a caer. Se trata del inicio del otoño, ahora en nuestro hemisferio sur.
¿Qué origina este efecto de hojas en tonalidades amarillas, anaranjadas, rojizas, una de las imágenes más emblemáticas de esta estación?
Característico de especies de climas templados, con veranos e inviernos notoriamente diferenciados, se trata de un mecanismo de adaptación vegetal para afrontar más eficientemente las bajas temperaturas, entrando en dormición en el período otoño – invierno.
¿Por qué amarillo – naranja – rojo – borravino?
Por la puesta en evidencia de colores ocultos, enmascarados por la clorofila que en este momento no se regenera (carotenoides) o por mecanismos de protección ante los rayos ultravioletas mientras los nutrientes migran hacia las zonas de reserva leñosas (antocianinas).
Otros factores que afectan el color son:
Ambientales: otoños de días tibios y luminosos, de noches frescas y adecuada humedad en el suelo, permitirán colores más brillantes.
Genéticos: los colores otoñales varían en distintos individuos de una misma especie, como el liquidámbar o el acer palmatum, que pueden tornarse amarillos o rojizos.
Para disfrutar y hacer buen uso en esta época:
Los matices de color y sus variaciones día a día también en arbustos, como el viburnum opulus, la nandina fire power o el cornus sanguínea o las trepadoras, como la parra virgen.
Disponibilidad de gran cantidad de hojas secas que podremos usar para compostar.
Las espigas luminosas de abundantes gramíneas y las salvias en flor (¡las leucanthas!)
La intensificación de perfumes de la dama de noche, la olea fragans, el jazmín del país…
Zapallos, calabazas, membrillos, entre los cultivos de estación.
Para tener en cuenta en este período:
El jardín requerirá menos agua por menor exposición solar y mayor humedad ambiente, por lo tanto es necesario espaciar y reducir los tiempos de riego.
Las coberturas o mulch (como la corteza) deben ser más delgadas que en el verano.
Especial atención a enfermedades fúnguicas (hongos) y al ataque de hormigas.
Abril es un mes ideal para siembra en la huerta, para resembrar el césped (en caso de hacerlo a una bermuda o tifway) y para división de herbáceas en los canteros.
Tip: si planeas incorporar un árbol de atractivo color otoñal a tu jardín, es el momento indicado para elegirlo, de acuerdo a la coloración que manifiesta en esta época.
“El otoño es una segunda primavera, cuando cada hoja es una flor”. (Albert Camus)
Por Lucila Bustos
lucila@odaalverde.com
Magnifico