Mentes conectadas, ¿mentes hackeadas?

Jorge Rudko, autor del libro ‘Mentes hackeadas’, es argentino pero vive en Estados Unidos. De visita en Buenos Aires, pasó unos días en Nordelta y tras leer un ejemplar de nuestra revista nos acercó su primer libro. Al leerlo lo primero que pensé fue: “esto es lo que siempre pienso, y siempre hablamos, pero también siempre termino cayendo en lo mismo, y vuelvo a subir un post a Instagram o a buscar una serie en Netflix o a chequear mi correo laboral mientras cocino en mi casa”.

Mentes conectadas, ¿mentes hackeadas?

¿Cuántas veces usamos la tecnología en el día? ¿En cuántos aspectos de nuestra vida impacta? ¿Cuánto estamos expuestos a ella? Muchos interrogantes surgen sobre esta temática. Enormes beneficios y terribles perjuicios a los que estamos expuestos en el mundo digital.

El libro plantea un ensayo breve pero contundente sobre cómo la humanidad está perdiendo su libertad en manos de la conectividad, la tecnología, las redes, la automatización. En sus páginas puntea de manera muy concisa pero consistente, y hasta a veces aterrante, algunos de los factores que afectan esta nueva realidad y que sin duda generan cambios de comportamiento en la persona e incluso de sentimientos.

Los temas que más me impactaron por su claridad y síntesis , y que están más detallados en el libro, son:

Realidad y virtualidad: pensar cuántas veces perdemos de vivir el momento por capturar el recuerdo, o de jugar con nuestros hijos por mirar el correo, o cuántas veces creamos una realidad virtual sobre nuestras vidas, mostrando imágenes perfectas de nuestra comida, nuestra ropa o el lugar en el que estamos.
Sociedad – socialización, relaciones entre personas: todos notamos y comentamos en un restaurante alguna vez cuando vemos una pareja sentada, uno enfrente al otro y cada uno con su celular en la mano ensimismados en sus pantallas. O lo que me preocupa más: lo poco que los jóvenes se juntan con sus amigos para charlar, vestirse y prepararse para una fiesta, vivir momentos, pavear… hoy sólo lo hacen vía snapchat.
Gestión del tiempo y las tareas: la falsa sensación de urgencia, que muchos sufrimos frente a los globitos rojos en las pantallas que nos indican el número de mensajes pendientes de respuesta y que nos hace hacer de todo pero no precisamente bien. Algo siempre queda desatendido o mal atendido, incluso nuestros seres queridos.
La gestión de la información, manejo de datos sobre nuestras actividades que queda registrada en al red: todo lo que hacemos en relación a la tecnología deja una huella, y si bien en Argentina aún no es tan evolucionado como en otros países, parece que esto avanza y vino para quedarse. “Google lo sabe todo”, la red nos tiene registrados, dejamos migajas en nuestro paso donde quiera que interactuamos con la tecnología.

Uno puede entrar en pánico y sentirse fuera de su dominio si piensa en detalle cada uno de los temas tratados en este libro. Pero sin duda y sin ser extremista, al menos uno puede tomar algunas medidas para recodificar las conexiones e involucrarse realmente con el lado humano en detrimento del lado artificial de las relaciones interpersonales, uno puede bajar la dosis en forma gradual y disfrutar de otra dimensión y medida del tiempo. En donde uno cambia de perspectiva y puede ver más allá, en lo profundo y lo invisible que nos permite cuando usamos realmente todos los sentidos de los que fuimos dotados en su plenitud.

Por Mercedes Cordeyro

“Estamos inundados por un número casi infinito de sistemas, sensores y syncs. No falta mucho para que nuestras mentes no distingan entre realidad virtual y vida real. Nuestros cerebros fueron hackeados, recableados hacia lo artificial”, sintetiza Jorge Rudko.

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