Una vecina de Nuevo Delta tuvo la iniciativa de escribir una carta al intendente de Tigre, Julio Zamora, planteando el tránsito problemático en el corredor Bancalari, incluyendo también los embotellamientos a la altura de la ruta 202, la falta de veredas y bicisendas en algunos sectores y la escasez de paradas de colectivos. Además, como planteamos aquí mismo la semana pasada, a esto se suma el semáforo en la entrada a Talar del Lago y La Comarca.
“En el año 2015 la Municipalidad comenzó una obra de un puente entre la ruta 197 y la 202. La idea fue generar un tercer carril para agilizar el tránsito del corredor. La obra –que duró casi dos años- no solucionó el problema y, además, provocó un embudo en el área que abarca todo el camino de Bancalari (desde Benavidez hasta la salida a Panamericana). Según lo publicado y anunciado en su momento, el plan continuaría con una construcción de un cuarto carril”, dice la carta que puede ser leída completa en el petitorio que ahora se encuentra en Change.org: https://www.change.org/p/intendente-luis-zamora-no-al-embotellamiento-del-corredor-bancalari?recruiter=704900363&utm_source=share_petition&utm_campaign=psf_combo_share_message&utm_medium=whatsapp
“En este momento transitar por el corredor Bancalari en horarios picos se ha vuelto realmente un infierno. No solo por el tiempo que se demora sino también por el peligro que implica manejar por ciertos sectores sin banquina, sin veredas y sin una bici-senda. Mucha gente de la zona utiliza bicicletas como medio de transporte y camina desde las distintas paradas de colectivos hacia hogares o lugares de trabajo. Para ingresar al colegio Pilgrims viniendo de Benavidez, por ejemplo, es necesario manejar hasta la rotonda de la ruta 202, lo que genera más tráfico en el corredor, en la rotonda y de vuelta hacia Benavidez. Los chicos que concurren a ese colegio deben pasar 45 minutos para recorrer tan solo seis kilómetros. La construcción de un ingreso hacia el colegio –el cual estaba en los planes originales- destrabaría enormemente el corredor hacia la Panamericana”, explica la vecina.
“La gente que camina por la zona –ya sean estudiantes de barrios linderos que optan por ir caminando al colegio o trabajadores que salen o vienen a la zona- no tienen un puente por donde cruzar o una vereda por donde caminar. Ni hablar de paradas de colectivos o de chárteres. La zona se convirtió en un área muy peligrosa para los transeúntes. La rotonda de la ruta 202 -donde confluye el tránsito para dirigirse hacia la Panamericana o hacia San Fernando y barrios como Troncos del Talar o Don Torcuato- carece de algún tipo de orden. Los camiones y colectivo pasan sin frenar y las motos se escurren entre los autos, causando ya varios accidentes. La rotonda de la calle Uruguay no se queda atrás: la salida allí hacia los distintos destinos sin una organización experta convierte a esta en una de las rotondas más peligrosas de la ciudad”, asegura.
Otra crítica que ya había circulado por las redes estos días tiene que ver con el destacamento policial cercano al frigorífico y que en ciertos horarios suma más congestión a la zona: “Siempre es bueno que haya control y puestos policiales. Sin embargo, la policía que está en la rotonda de la ruta 202 se encuentra mayormente inexistente y los conos naranjas inhabilitan un carril de la rotonda. Los controles que realizan cuando hay algún efectivo se hacen en los horarios de mayor congestión. Los policías podrían ayudar con el control de tránsito en horas en donde transitar por Bancalari es un peligro”.
“Para los peatones de la zona se colocó un puente peatonal a la altura de la ruta 197 y el camino Bancalari con el fin de que la gente que bajaba del tren o que venía de Pacheco pudiera cruzar la calle sin peligro. A pesar de que el puente fue costoso para el municipio no se obliga a los peatones a usarlo para evitar accidentes y demoras de los autos. Los guardias en esa intersección, además, tampoco organizan el área. Los carteles luminosos del corredor también causan problemas a los conductores. Las pantallas gigantes que transmiten imágenes publicitarias distraen y causan molestias a la visión del conductor. La luz led de los colores claros ciega la vista, lo que aumenta la probabilidad de un accidente en el lugar. Entendemos que el uso de los escasos recursos en un tema importante para el municipio. Sin embargo, desde hace varios años parte de ese dinero se malgasta talando árboles en la rotonda hacia San Fernando y plantando infinidad de palmeras costosas. El dinero de las tasas que los residentes pagamos debería dar prioridad a un corredor que es la arteria central de tantos destinos, barrios cerrados y accesos de la ciudad. Este debería ser un camino organizado, moderno y seguro para todas las miles de personas y familias que vivimos y visitamos la zona”, concluye la carta.