Jorge Ferreira es lector de nuestros medios y nos envió la siguiente Carta de Lectores en relación al pago de la cuota extraordinaria en el Club Nordelta:
«Soy socio del Club Nordelta y a partir de Febrero 2018 nos están cobrando una cuota extraordinaria para financiar mejoras en distintos puntos del club. Esto es un negocio privado que lo quieren financiar con los socios. La verdad es muy rentable ya que si van a un banco a pedir un crédito deben devolver el dinero con interés. De esta forma están manejando un negocio privado como si fuera un consorcio. Y lo peor es que la plata la pone el socio y luego es utilizado por cualquier persona sea o no socio.
Si me van a sacar plata entonces devuélvanmela con intereses o compartan las ganancias. El muelle tienen un negocio que no escuché o leí si se abrió una licitación. Creo fue una elección unilateral poner a Unido allí, pues financien las obras de ese lugar con el alquiler o las ganancias del negocio, los cursos o alquileres de embarcaciones. Mandaron un mail que resulta un insulto y con mentiras: ponen que hablaron con socios referentes -de los cuales no dan nombre ni apellidos- y nadie los eligió para representar a los demás socios del club. Nadie me convocó a consultarme cuando dicen que hablaron o que nos van a avisar de las obras cuando ya comenzaron.
Hacen lo que se les da la gana cuando a mi no me dan beneficios. Porque si quiero acceder a ellos debo pagar como cualquier otro. ¿De qué beneficios hablan? ¿Quién les da derecho a sacarnos plata? Las obras hasta ahora las estuvieron haciendo y no pidieron plata extra. Si no les alcanza soliciten un crédito o no lo hagan. Si quieren que el socio ponga dinero primero se les debe consultar, si quiere o no. Mañana cualquiera querrá poner un negocio donde la plata la ponen los demás y que cuando el que puso plata vaya al negocio tendrá que pagar igual. ¿Qué beneficio tendrá? Vamos, nos están robando».
peor que esto es que lo cobraron retroactivo sin aviso. eso directamente no es ni siquiera etico. ahora peleando para que me devuelvan la plata