Noticia publicada originalmente en Diciembre 2013
El domingo 17 de noviembre, un vecino de La Isla encontró el cuerpo de un hombre flotando cerca del muelle de su casa. En lo que es el caso policial más misterioso de Nordelta, aún no se sabe cómo ese cadáver llegó hasta allí ni que hacía el hombre en la Ciudad Pueblo.
A las 12 del mediodía de ese domingo, el propietario de La Isla que encontró el cadáver llamó a la guardia del barrio para denunciar el hecho. Inmediatamente fueron un vigilador y un asistente del barrio a la casa, y minutos después llegó el Supervisor de AVN. A la 1 de la tarde, arribó la Policía y el Jefe de seguridad de AVN. A las 3 de la tarde, señalaron vecinos de La Isla, un bombero de la AVN trasladó el cuerpo del hombre muerto, con una lancha, hacia Puerto Canoas. Ya en el primer momento el personal de seguridad de La Isla descartó que fuera un vecino del barrio. Al principio, el difunto fue identificado por la policía como Sergio Morales, que había sido reportado como perdido el sábado en Villa La Ñata. Luego, trascendió la verdadera identidad del ahogado: se trataba de Cristián Morales, un joven buscado desde el viernes 15 de noviembre, cuando su madre denunció que había salido a pescar con un amigo en un arroyo cercano a su domicilio en Benavídez, y nunca más volvió. Cabe resaltar que Morales tenía antecedentes penales y fue indagado a principio de año en una causa por «robo con efracción» (con rotura de vidrios o paredes del domicilio violentado).
Más allá de esto, el fiscal a cargo del caso, Sebastián Fitipaldi, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Benavídez, aún no da precisiones sobre los motivos por los que Morales ingresó al barrio y la causa de su muerte. “En este momento estamos en plena investigación –declaró el fiscal a Gallaetas-, así que no vamos a realizar ningún comentario.”
Igualmente, en la Justicia hay sospechas sobre si Morales efectivamente se ahogó en el Lago Central de Nordelta, o en algún arroyo de la zona. Aunque hallar la respuesta a esta duda no será tan fácil, ya que según
supo este medio no se pudo hacer el estudio del agua que el hombre tenía en los pulmones, lo que habría permitido dilucidar el punto. Los investigadores estaban al cierre de esta edición certificando que no hubiera canales de comunicación entre el lago nordelteño y los ríos y arroyos que pasan cerca, cosa que en la Ciudad Pueblo niegan.
Hay más misterios que rodean el caso, como la identidad del amigo con quien Morales habría ido a pescar, según declaró su madre. Esta otra persona aún no ha sido contactada ni identificada, por ende la Justicia duda de su existencia. Además, los vecinos de La Isla que vieron el cadáver el día del hallazgo se sorprendieron por su estado: dijeron que parecía haber estado muerto hacía ya unos días por el color y la pérdida del rigor mortis, pero no estaba hinchado como suelen presentarse los cuerpos de las personas ahogadas. Corrieron entonces versiones de que Morales no había muerto en el lago, sino que llegó allí ya fallecido.
Sumado a esto, una vecina de La Isla relató una serie de casos de inseguridad que tuvieron lugar el mismo fin de semana de la aparición del sujeto ahogado, incluyendo la desaparición de su kayak. “En mi estudio encontramos unas huellas de agua en la alfombra la mañana temprana del viernes y una caja tirada en el piso –contó la propietaria-; el día sábado me desapareció el kayak, creo que alrededor del mediodía. Ese día pasaron cosas llamativas en casas que dan al mismo lado del lago; también les faltaron cosas.”
A falta de declaraciones de la fiscalía, sigue siendo un misterio dónde murió Morales, cómo ingresó al barrio y si está relacionado con los eventos de La Isla. La Asociación Vecinal de Nordelta señala que toda la investigación está en manos de la Justicia y que ellos no tienen más información al respecto, aunque tampoco han especificado si se ha tomado alguna medida de seguridad para que un caso como éste no vuelva a ocurrir.
Por Lucía Colombo