“El que se va sin que lo echen…”

“El que se va sin que lo echen…”Hola, ¡bienvenidos a un nuevo match! Un match tan creepy como fascinante.

Por suerte, debo confesarles, que este fue uno de mis primeros matchs, lo cual significaba que era bastante inexperta en el mundo de estas nuevas redes sociales y podía creerme cualquier cosa fácilmente. ¡Les aclaro esto porque lo que viene a continuación es realmente raro! ¿Están preparados? ¡Acá va!

Él es Martín, un chico muy lindo, canchero y buena onda. Sí, las tenía todas, les juro. Apenas le di like hicimos match y arrancó la conversación. A medida que íbamos hablando coincidíamos en muchísimas cosas, lugares en los que salíamos, gente en común y demás. Todo indicaba que era un pibe de mi zona, sin raras intenciones ni algo que me hiciera ruido. Pasaban los días y nuestras charlas eran cada vez más largas, pero debo decirles que en todas estas charlas jamás una nota de voz ni un llamado. Sí, es importante aclararles esto, ya van a ver por qué.

Pasado un tiempo, algo empezó a resultarme raro, cada vez que quedábamos en salir a último momento le surgía algo y tenía que cancelar. Lo banqué un par de veces hasta que la quinta vez me harté. Porque todo bien, me caes genial, me parecés un potro y demás pero lo cyber llega hasta un punto, después quiero verte face to face, querido.  Así que, se lo dije. Así, sin más vueltas. Enseguida me dijo que tenía razón, que nos viéramos.

Así que llegó el día, quedamos en encontrarnos en un bar por San Isidro. Cuando llegué, a diferencia de lo que recordaba, el lugar explotaba de gente. Empecé a caminar buscando “la mesa del fondo a la derecha”, donde me dijo que estaría, esquivando personas en medio del ruido y la oscuridad, hasta que en un momento se hizo un hueco y vi un rostro muy conocido.

La única persona que estaba sentada en “la mesa del fondo a la derecha”, yo la conocía. Y la conocía muuuy bien, ¡era mi ex! Sí, les juro que era él. Mi ex, el que no veía hace 3 años, con el que todo terminó mal, el que me hizo sufrir como la mejor telenovela y con al que no quería volver a ver ni en figuritas.

Me quedé dura. Me hice la copada y lo saludé buena onda pero corta. Porque en el fondo seguía con la esperanza de que se trataba de un error y MARTÍN no era él, que Martín estaría en otra mesa o simplemente se había levantado un segundo y mi ex ocupó su mesa. ¡Pero para mi sorpresa no fue así!

Perdón que no te dije que era yo, pero sabía que si no, no venías”, me dijo. Automáticamente le sonreí y le dije: “El que se va sin que lo echen vuelve sin que lo llamen”. Me quedé, hablamos toda la noche y me fui sola a mi casa con la certeza de que las segundas partes nunca son buenas y no estaba dispuesta a probar nuevamente convertir en príncipe al sapo más raro de todo mi jardín.

¿Alguna vez les pasó que se hicieran pasar por otra persona? Contame: amor2.0@locally.com.ar

¡Hasta nuestro próximo match!

 

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