El reconocido periodista especializado en temas ambientales y defensor de los derechos de los animales comprende un modo de protagonizar el cuidado del planeta. Luis Pavesio ya trabajaba en C5N contando historias de personajes de la cultura, cuando recibió la oferta de conducir un programa de temática ambiental por parte de Daniel Hadad –entonces dueño del medio-. Sin dudarlo, aceptó, y ese fue el puntapié inicial de una prolífica especialización en la temática que lo acompañaría la última década. El programa de TV (Alerta Verde en C5N), un portal ecológico (Noticias Ambientales) y ahora su libro (Un planeta lejano llamado Tierra), forman parte de un modo de concebir a la ecología y el cuidado por el medio ambiente. Después de diez años al aire, ‘Alerta Verde’ se convirtió en el programa de ecología y temática ambiental que más trayectoria tiene en televisión, con un formato lejos de la solemnidad que ha logrado contarle a la gente algunas problemáticas de un modo cercano y responsable.
Son diversos los temas que son noticia en materia ambiental. El cambio climático es la problemática que más está afectando al planeta entero, pero también la deforestación, la utilización de agroquímicos, el tratamiento de residuos y la posibilidad de desarrollo de energías renovables. Estos temas le preocupan a Pavesio y tiene una mirada muy crítica respecto a lo que se puede hacer para mejorar la relación del hombre con la naturaleza. “Recién en los últimos años se comenzó a implementar programas de cierre de basurales a cielo abierto, que era una cuenta pendiente. Antes uno iba a Península Valdés para ver a las ballenas y muy cerquita de Madryn uno veía un basural. Con los vientos patagónicos eso terminaba en el mar y las ballenas junto a la fauna marina confunden los plásticos con alimento”, explica.
Con una apreciación dispar entre provincias argentinas que se preocupan por la temática y otras que poco lo hacen, el periodista indica que en el 2017 “no se puede seguir sin un programa de gestión de residuos” y que continúen los basurales. Este proceso de cambio de consciencia con la ecología permitió “que hace 15 años nadie hablaba del cuidado ambiental, y si bien se avanzó muchísimo, todavía hay deudas que son propias de Argentina”.
-¿Tomar en serio la problemática ambiental tiene que ver con una cuestión generacional o cultural?
-En las escuelas todos los docentes les inculcan a los chicos el cuidado de los residuos, la energía, el agua, la consciencia por el maltrato animal. Antes no se hablaba de eso. Yo creo que ahí hay una cuestión generacional que representa un cambio positivo. Pero también creo que el problema es cultural, y no todos participan ni colaboran en ese sentido. Tenemos que participar todos aceptando un cambio de consciencia. Por ejemplo, los rellenos sanitarios están desbordados. Pero cuando se crean otros nuevos mucha gente se queja de que están cerca de su casa. Y mucho de lo que se entierra tiene un valor económico. Tanto el vidrio como el papel, el cartón, los materiales ferrosos o el telgopol ahora son más reciclados por familias enteras que viven con esto. Antes eran cartoneros y hoy son cooperativistas que trabajan alrededor de esa cuestión.
Residuos y energía renovable
Pavesio defiende la idea de una política de cuidados ambientales donde el ejemplo funcione como articulador de conductas que a la larga se conviertan en valores culturales para la sociedad. Así grafica esta situación con su visita a Cataratas de Iguazú, donde el Parque Nacional tiene una enfática política de persuasión para los visitantes en inculcarle la separación de residuos. Dentro del parque sucede que el 98% de los residuos que se generan allí están separados y se pueden reutilizar por medio de la actividad cooperativista. Por fuera del parque, en la ciudad de Puerto Iguazú sólo el 3% de los residuos son separados y reutilizados. Esa distancia entre cifras de un mismo sitio tiene clara relación con el funcionamiento de pautas que funcionan como inculcadoras de una práctica ciudadana cotidiana.
-Además de la práctica ciudadana, ¿cuáles son los principales obstáculos para que esta temática sea tomada en serio por los países?
-Un grave problema es el consumo desmedido de productos que tenemos en Argentina y en el mundo. La situación típica es cambiar el celular cuando sale un modelo más lindo… No existe la responsabilidad del productor en este sentido. Existe un lobby de las empresas multinacionales que es tan grande que frena las iniciativas en el Congreso. En Argentina sucedió hace muy poco con la Ley de Envases –que promovía prevenir y reducir el impacto en el medio ambiente del uso de envases plásticos extendiendo la responsabilidad al productor- que estaba a punto de salir, y en el Senado lo frenaron, perdió el estado parlamentario, y quedó en cero. Lo mismo sucede con algunas empresas eléctricas que no quieren que haya un desarrollo muy grande de las energías renovables. Pero va a haber una ola de cambio en la sociedad que será irreversible y se van a tener que adaptar.
Nuestro país, junto con Chile y Bolivia, tiene las mejores condiciones para aprovechar la energía solar en el mundo. Recientemente se conocieron algunos proyectos de Parques Solares para finales de año en Jujuy, lo que se convertiría en uno de los proyectos más grandes de Latinoamérica. En materia de energía eólica Argentina también es potencia debido a la extensión geográfica y la calidad de sus vientos, sin embargo las iniciativas que existen son aisladas. Aún no se ha explotado el tema de las energías renovables.
-Si tuvieses que mencionar una problemática mundial y algunas locales que te preocupan de sobremanera, ¿qué dirías?
-A nivel global son muchas. Pero hay un tema terrible con la contaminación de basura a nivel mundial. Me preocupa y me pregunto qué se puede hacer con las “islas flotantes de basura” en el Pacífico. No entiendo como todavía algunos países no hayan decidido seriamente trabajar en el tema para buscar una solución. Una de las problemáticas que se está viendo es que el plástico se va degradando y se convierte en micro-partículas. Eso se algún modo llega a lo que comemos. Algunos especialistas indican que la sal marina que estamos consumiendo tiene micro-partículas de plástico. Y por supuesto también los animales del mar lo consumen, lo cual perjudica su salud y la de sus depredadores, inclusive el humano.
En Argentina me preocupan muchas cosas también. Me encantaría poder influir políticamente en las decisiones de los representantes y la creación de políticas públicas sobre medio ambiente. A veces me cuesta comprender como pasan los años y no se hacen determinadas cosas. No lo entiendo porque son cosas muy fáciles de implementar. En mis viajes a Barcelona, Bogotá, Ecuador, veo que se aplican ciertas políticas públicas para favorecer la salud de los animales, con muy poco costo y me pregunto por qué acá no se hace eso. Yo suelo grabar programas e informes y se los envío a los funcionarios para que se interesen, pero no hay mucha respuesta.
Maltrato animal
Luis cuenta que trabajó mucho para que se aprobara el año pasado la ley que prohíbe la carrera de galgos. Y sin embargo, todo el tiempo lo llaman por teléfono o lo contactan por las redes sociales para decirle que se hacen carreras de galgos y le nace llamar a políticos y jueves para que intervengan. Este tipo de negocios, donde hay mucha ganancia por detrás, subsisten gracias a la complicidad de algunos sectores. La existencia de una ley no significa la no existencia de quienes no la aplican. En el maltrato animal hay otras prácticas que siguen sucediendo en el interior del país, lejos del estilo de vida urbano, como las riñas de gallos, tiro a la paloma, tiro al pato, la venta de monos y otros animales prohibidos para tenencia doméstica. Este tipo de maltrato animal le es informado todo el tiempo por ciudadanos que se preocupan como él. Una de las claves para seguir alertando sobre estas temáticas está en medios del interior. Pavesio cuenta que las radios del interior del país lo llaman y quieren hablar del tema y ese es un modo de ocuparse y ser responsables.
-¿Hay falta de presupuesto en Argentina para ocuparse de la ecología o no es prioridad de los mandatarios?
-Un dato para pensar esto es algo concreto. Hay muchas cosas que se podrían hacer que no implica sacarle partidas presupuestarias a otros temas urgentes que tiene la Argentina. Ocurre que muchas veces hay ONGs que se ofrecen para algunas tareas y ahí es donde el Estado no articula o no se interesa. Como eso me preocupa, a veces me pongo a levantar teléfonos y llamar. Quizás un domingo a las 5 de la tarde… No tenés un horario fijo, esto es así. Yo siempre digo que la ecología y el medioambiente no conocen ni horarios ni días hábiles. Hay gente que piensa que esto de la ecología es sólo marketing y que soy vegetariano en la tele y después como sushi. Pero esto es una causa y un estilo de vida, donde el ejemplo es uno, sin ser extremista pero si cuidadoso y respetuoso de los animales y el ambiente. Considero que no hago nada que llame mucho la atención, pero al haber muchos que no lo hacen, parece extraordinario.
-Recientemente editaste tu primer libro sobre ecología y naturaleza explicada para niños, ¿cómo fue la experiencia de escribir un libro y vincularte con los más chiquitos?
-Fue un gran desafío, pero muy motivador escribir este libro. Los chicos se enganchan mucho con Wiiza, el personaje central que es un extraterrestre que viene a ver el planeta y analiza la conducta de los humanos. Resulta un personaje simpático y tiene un mensaje positivo para que los chicos se sumen y participen en estas pequeñas acciones para cuidar el ambiente. El libro marca tips en cada capítulo para que ellos se apropien y se re enganchan. Recibo muchas fotos de padres y chicos comprando el libro desde todo el país. Muchos también dibujan a Wiiza. La realización fue un trabajo conjunto con Cecilia Blanco. A mí me encantó escribir. Era una tarea pendiente. Nunca lo plasmé hasta que surgió la propuesta de la Editorial Uranito. Fue una experiencia hermosa donde yo escribía los conceptos ecológicos, después Cecilia armaba el cuento, iba al ilustrador, volvía, y se iba transformando y crecía la historia. Para mí fue importante que alguien reconocida mundialmente como Jane Goodall acepte realizar el prólogo. Fue tocar el cielo con las manos. Además el libro fue impreso con la certificación FSC que garantiza la trazabilidad forestal y cuidado ambiental. Y eso es muy coherente con el sentido que tiene la historia que contamos.
Por Marcos Mutuverría
Fotos de Rocío Serviddio
Agradecemos a Sergio Miyagi y al Jardín Japonés por la colaboración en la producción de fotos.