Ayer se vivir el pre estreno de la película «Yo soy así: Tita de Buenos Aires» en los cines del centro comercial de Nordelta en una noche a beneficio de la Fundación Nordelta (los interesados en asistir a la proyección y el brindis pudieron comprar sus entradas durante estos últimos días). El filme fue dirigido por Teresa Costantini quien estuvo presente junto a algunos de los protagonistas, como Mercedes Fundes, Damián De Santo y Mario Pasik. En un clima familiar y de amigos, muchos vecinos se reunieron para disfrutar de una velada donde Victus Nordelta agasajó con vinos de exportación y gastronomía cocinada en su sistema inteligente de cocción Royal Prestige. Hubo sorteo de cenas entre los asistentes a la función.
5 minutos antes de finalizar la película hubo un corte general de luz en la zona que pareció opacar el clima, pero nada de eso sucedió: Mercedes Funes interpretó a capella el tema central de la película en medio de la sala y apenas iluminada por algunos celulares. Minutos después, regresó la energía para conocer el final de la historia y despedir una mágica noche solidaria.
«Yo soy así, Tita de Buenos Aires», ficciona la vida de Tita Merello, quien atravesó la casi totalidad del siglo XX, y fue uno de los emblemas más representativos del tango argentino, desde sus inicios. En el Buenos Aires de los años veinte, Tita tuvo que aprender a lidiar con las reglas de un mundo masculino que no admitía que una mujer se destacara como artista. Trabajando en el Bataclán conoció a Yriondo, un hombre mayor que ella, que fue su mentor, quien la ayudó a leer y escribir y a firmar su primer contrato profesional y hacerla conocida dentro del ambiente del espectáculo. En ese marco, tuvo el privilegio de ser escuchada por Carlos Gardel… y de conocer el amor de su vida: el famosísimo actor Luis Sandrini. Por aquel entonces, Sandrini era una fulgurante estrella de cine, tan conocido por sus éxitos profesionales y su popularidad, como por sus infinitas amantes. Sin embargo, cuando una noche va a oírla cantar en un teatro del centro acompañado por su amigo Gardel, queda obnubilado por la calidad artística y el histrionismo de Tita. Tita también queda fascinada con Sandrini y poco después, se convierten en furtivos amantes. Con el tiempo la relación va consolidándose. Ya viviendo juntos, Tita se ilusiona con la posibilidad de contraer matrimonio. La ceguera de su pasión, le impidió advertir las repetidas infidelidades y mentiras de Sandrini. Hasta que un hecho fortuito, la hace ver que Sandrini no compartía ese proyecto de vida. Su dolor por la ruptura con Sandrini, no le impedía seguir luchando y trabajando por su ascenso como actriz y cantante. Se convirtió en una gran mujer y una sólida artista que cautivaba al exigente público de Buenos Aires. Con la llegada de La Revolución Libertadora ese éxito se resquebrajo. Tita se quedó sin amor y sin trabajo.
