Gisela Zamora tiene 37 años, es una vecina de Tigre de toda la vida, su historia está relacionada con la ciudad, nació cerca de lo que era el Hospital de Tigre, se crió y educó aquí en el seno de una familia ensamblada. Se define como una persona sensible, fuerte, trabajadora, comprometida, amiguera y familiera. Estudió psicopedagogía y trabaja en Tigre en el programa de orquestas infanto juveniles, que es un programa de inclusión social. Hoy es madre y la esposa del actual Intendente de Tigre Julio Zamora.
Cuando habla de su tarea actual, las orquestas, se emociona y se llena de orgullo, porque es “un proyecto en donde se busca que los chicos además de aprender música, a partir de ella puedan encontrar una herramienta, un camino, que la música sea ese puente que les muestre otros horizontes, los forme a nivel personal o social. A lo largo de estos 4 años de trabajo pude ver los resultados positivos. Empezamos con una orquesta, hoy son 6 con 400 chicos. Es un proyecto que les otorga un aprendizaje más allá de la música, aprenden respeto, a hacer silencio, y ese aprendizaje se traslada eso a los padres. Las orquestas les generan orgullo”, cuenta Gisela.
Cuando hablamos de qué es la política para ella no duda en definir: “La política es una herramienta de transformación, es una herramienta que tenemos que utilizar todos para transformar la realidad, lograr esos sueños que anhelamos, es el medio para hacerlos realidad. Como concejal quisiera seguir trabajando por cuidar el camino trazado, seguir trabajando por la inclusión, y me gustaría poder lograr crear un centro de estimulación temprana”.
Su relación con la política va de la mano del amor hace unos 17 años. Mientras era empleada en una perfumería en Benavidez, en la vereda de enfrente un joven Julio abría una unidad básica, y se instalaba con su mesa para repartir volantes. Poco a poco Gisela se fue sumando como militante, llevaba algunas vecinas que la acompañaban. Ese hombre era Julio Zamora, actual Intendente de Tigre y hoy esposo de Gisela y padre de sus hijos. Así comenzó la historia que une el amor y la política, en el medio fueron apareciendo los hijos, en esa época había que dedicarle más tiempo a la familia, y los últimos años poco a poco pudo volver a participar en forma más activa.
“Lo que me apasiona son los chicos, me moviliza trabajar por la inclusión, en octubre doy mi último práctico, para recibirme de psicopedagoga. Cuando los chicos tienen el apoyo, las herramientas, el acompañamiento, pueden dar mucho más. Eso es algo que me moviliza y sensibiliza. En la orquesta hay una chica ciega, y con la mamá de apoyo va aprendiendo música. También hay un chico sordo y creo que nosotros tenemos que adaptarnos y cambiar porque tenemos las herramientas”, asegura.
Para quienes la vieron durante estos años, Gisela siempre tuvo un rol de acompañamiento, muy tranquila, sin embargo, al lanzar su candidatura se pudo ver a una mujer fuerte, con convicción y de definiciones muy claras. Cuando se habla de lo que no le gusta de la política, determina: “No me gusta cuando la utilizan como un beneficio propio en lugar de para transformar la vida de las personas. Cuando cae en mano de gente que no tiene sensibilidad y compromiso. Como vecina de Tigre valoro mucho el poder que tuvimos los vecinos en los últimos 30 años que elegimos muy bien a los que nos representan: Ricardo Ubieto, Sergio Massa y ahora Julio Zamora. Cuando hay compromiso y dirigentes se pueden lograr grandes cosas. No por nada Tigre es el municipio que más creció en estos años.”