Pablo García Oliver y su mujer, Mora, son vecinos de Talar del Lago 2. Él es arquitecto y junto a su mujer y sus hijos forman una de las tantas familias que optaron por vivir en esta zona. Lo que los hace únicos es que en 2004, luego de haberse casado, emprendieron su luna de miel hacia el sudeste asiático y terminaban la misma en Phi Phi Islands. Allí se inicia lo que para muchos de nosotros podría ser sólo ciencia ficción, pero que para ellos fue un antes y un después en su vida. Sí, ambos sobrevivieron al famoso tsunami. Aquel tsunami devastador que produjo más de 288.000 muertos contabilizando las inundaciones posteriores, muchos desaparecidos y más de un millón de personas sin hogar.
Era una mañana única, el clima suele ser muy lindo, sin viento. Como muchos, la pareja de recién casados se preparaba para realizar una excursión a una isla cercana. Estaban parados en una balsa unida a tierra por una larga pasarela de madera de 100 metros, junto a otras 20 personas que esperaban allí su turno para subir a los botes rudimentarios que los trasladarían. Allí, en ese precario lugar, los encontró el tsunami. Impredecible, silencioso, sin previo aviso. En segundos, la calma se transformó en un caos. Fueron los únicos sobrevivientes de todo aquel grupo.
Muchos años después de ocurrido esto, Pablo escribió un libro contando todo lo que les pasó. El libro se llama «Demorando la llegada – Historia de un Tsunami”. Detalla todo lo ocurrido desde la mañana del 26 de diciembre. Un encadenado de momentos trágicos que la pareja tuvo que sortear para sobrevivir. Entrelíneas el eje central que se desmenuza a lo largo de las páginas es la toma de conciencia sobre la dimensión del tiempo como factor determinante frente a cada paso, a cada decisión. Y de la muerte como parte ineludible de la vida de un ser humano.
Pablo, con palabras sencillas y directas, desnuda sus sentimientos luego de haberlos procesado en su interior durante muchos años. Hoy, con otra perspectiva, una vez más y gracias al tiempo, logra poner en palabras la crónica de los momentos previos, del instante donde pensó que todo había terminado pasando por todo lo que fue pasando luego de aquel desastre natural que transformó en un infierno aquel paraíso.
El destino quiso que ambos se salvasen, milagrosamente encontró a su mujer a unos metros de él. El caos se había apoderado de todo, el paisaje era lo opuesto a la calma. Cada uno intentaba sobrevivir. Un bote, único de todos aquellos que antes se apoderaban de la bahía, al que lograron manotear, fue su salvación. La ola nunca la vieron, sin embargo, nunca olvidarán lo que fue ese momento. “El silencio era mortal, las maderas que chocaban, el agua se movía chupándose y regresando a tierra con una fuerza extraordinaria. Poco a poco aparecieron lanchas que estaban mar adentro, sin entender qué había pasado puesto que adentro, sólo se sintió una onda, pero al querer acercarse a tierra el mar se iba y venía aún con más fuerza”, relata Pablo.
En un relato breve “Demorando la llegada” permite sentir lo que un sobreviviente sintió, sincero, desprejuiciado, en un momento trágicamente revelador.
Por Mercedes Cordeyro
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Para conseguir el libro: https://www.facebook.com/DemorandoLaLlegada/