Decorativas y llamativas por sus formas y colores, muchas veces se usan para armar canteros en el jardín, otras veces, resultan atractivas agruparlas en lugares despejados entre arbustos o en floreros de vidrio y macetas para alegrar el hogar. Se llama bulbosa a la planta provista de bulbo, aunque en jardinería también se denominan plantas bulbosas a las que poseen cormos, raíces tuberosas o rizomas. En esencia, los mismos son cuatro órganos que están bajo tierra y es a partir de ellos de donde brota y se origina una nueva planta cada año.
A la hora de elegirlas tenemos que definir cuándo queremos que el lugar que vamos a armar luzca atractivo, ya que las bulbosas tienen un periodo de reposo y otro de plena actividad en donde crecen y florecen. Algunas bulbosas de exteriores se plantan al final del verano o a comienzos del otoño y florecen a fines del invierno y a principios de la primavera, como es el caso de los jacintos, narcisos y tulipanes.
Las bulbosas se pueden usar en muchas situaciones, ya sea dentro del jardín para armar canteros y borduras mixtas o en macetas o envases de vidrio. En el caso de los canteros, los bulbos se plantan con otras herbáceas perennes y arbustos bajos. Para lograr combinaciones armoniosas y escalonadas, hay que tener en cuenta, altura, colorido y época de floración. También se desarrollan muy bien en macetas y envases de vidrio dando flores de atractivos colores, formas disimiles y además muchas variedades tienen una riquísima fragancia.
Para plantarlas hay que elegir un lugar despejado y soleado según sean los tipos de exposición y usar siempre bulbos de alta calidad. Los bulbos deben comprarse y plantarse en la época de reposo. A principios del otoño, en el caso de los bulbos de floración invierno-primavera (anémonas, narcisos, fresias, tulipanes, jacintos, entre otros). Si bien algunos bulbos presentan un aspecto disecado (anémonas o marimonias) al ser plantadas se hidratan e hinchan ya que comienzan a trabajar. También pueden hidratarse sumergiéndolos en agua unas horas antes de su plantación.
Con respecto a las características del suelo, las plantas bulbosas se desarrollan mejor en suelos que sean livianos, bien drenados y fértiles. Además, se benefician con la aplicación de fertilizantes bajos en nitrógeno, pero con un buen porcentaje de potasio y fósforo. De esta forma se contribuye al crecimiento de flores más hermosas y plantas más vigorosas y fuertes. Estos productos se pueden aplicar antes de la plantación o espolvorearse inmediatamente después de ésta para que sean absorbidos cuando las bulbosas comiencen a brotar.
Para la plantación es necesario tener en cuenta la profundidad que estará en relación directa con el tamaño del bulbo. Como regla general debe cubrirse con la misma cantidad de tierra que el alto del bulbo. En suelos más arenosos la cantidad de tierra podrá ser mayor y en suelos arcillosos menor. Otra cosa para tener en cuenta al colocar el bulbo en el hoyo es que quede la parte plana hacia abajo y la yema por donde va brotar la planta hacia arriba. El riego se debe realizar desde que se plantan hasta que brotan pero no en forma excesiva y sin mojar la flor.
Si bien estas plantas son muy vistosas también son de corta duración, por eso cuando las hojas se secan es señal de que hay que cortarlas y extraer el bulbo. Antes de guardarlos, los bulbos se deben limpiar y secar. Una vez secos y limpios se almacenan por lo general en cajas de cartón en un lugar seco y frío hasta la próxima plantación.
Por Pauline Walker
RECUADRO: Plantas bulbosas con diferentes tipos de raíz
- Bulbos: Tulipán, Jacinto, Narciso, Azucena, Iris, Azucena, Nardo, Hemerocalis.
- Cormos: Crocus, Fresia, Gladiolo.
- Raíces tuberosas: Anémona, Dalia, Begonia, Cyclamen, Agapanto, Ranúnculo.
- Rizomas: Caña de las Indias, Cala, Lirio.
La mayoría son muy fáciles de cultivar e ideales para los jardineros principiantes.
