Quiero referirme en esta oportunidad a un tema que vengo investigando y trabajando hace un tiempo y compartir algunas nociones, aunque el espacio exige que sea muy breve con los lectores. Tengo la esperanza que sirva de estímulo para futuros desarrollos.
Se trata del concepto de cambio eficaz. Cuando digo cambio me refiero al ejercicio de un movimiento transformador, generativo y que desacomoda estructuras frías y fórmulas estereotipadas para indagar, descubrir y proponer nuevas combinatorias. Aclaro esto porque no todo aquello que algunos llaman cambio, lo considero así. Las direcciones regresivas, que tienden al encierro, lo absoluto y que se adjudican un manual de respuestas preestablecidas, cargadas de prejuicios, son lo contrario del cambio eficaz.
Este último no sólo se anima sino que necesita explorar lo nuevo, transitar lo incierto sin ser devorado por fantasías o pronósticos angustiosos y a sembrar el presente con inteligencia, optimismo lúcido y con conciencia que lo fuerte no es lo rígido y la pregunta que cuestiona no es fragilidad sino anhelo de conocimiento.
Los cambios se pueden trabajar a nivel individual, si bien sabemos que todo ser es un ser social, tanto como a nivel grupal, ya sea institucional como empresarial.
Es necesario advertir que simultáneamente a la intención de lograr acercarse a núcleos más auténticos, conductas que se diferencian, de lo convencionalmente favorable, existe una resistencia inconsciente que siente peligroso el ensayo y la prueba.
El riesgo inherente a nuestra condición de sujetos y el coraje que no desconoce el miedo sino que lo enfrenta son ingredientes facilitadores para articular proyectos inaugurales.
El cambio, dentro del modelo de trabajo, juega dos niveles en parte distintos pero indudablemente complementarios. Lo que llamo una reformulación (es un ejercicio individual y colectivo) de lo que denomino el elenco de los varios personajes y roles del mundo interno de cada uno y de la relacion e interaccion que este conjunto tiene con el contexto exterior enriqueciéndolo y resignificándolo; dicho de otro modo, creando alternativas a la cosmovisión o paisaje del mundo previo.
Los resultados son altamente positivos tanto los pequeños grupos preformados como en aquellos más numerosos. Pone en marcha potencialidades aletargadas y despierta nuevas perspectivas en áreas hasta entonces despobladas.
Ojalá estas breves reflexiones, por demás sintéticas, acerquen alguna idea de aquello que defino como cambio eficaz.
Dr. José Eduardo Abadi
Médico-Psiquiatra-Psicoanalista
jeabadi@gmail.com