Las medidas de seguridad de los barrios cerrados crecen mes a mes: se hacen inversiones en infraestructura de prevención, en procesos de contingencia y controles en acceso. Sin embargo, en forma periódica suceden estos robos en Nordelta que muestran fracturas y ponen en riesgo a los vecinos. Está claro que Nordelta no puede ser ajeno a la situación contextual de seguridad de la provincia, de los robos, pero la realidad es que cualquier vecino que decide invertir en vivir en un barrio que además cuenta, por lo menos hasta ahora con un doble anillo de seguridad, quiere ver que estos hechos son aislados, esporádicos y excepciones y no un accionar reiterado, en especial año a año en época de las fiestas. Recordemos que en 2015 fue el turno, por ejemplo, del barrio Sauces donde en una noche fueron robadas varias viviendas. Otros años el foco estuvo puesto en el barrio Santa Bárbara en Bancalari, y otros en San Isidro Labrado.
Pero la realidad de hechos delictivos es recurrente y por lo general se apunta a los supuestos mismos focos: inquilinos temporarios, hechos internos entre vecinos y/o hijos de vecinos, acciones conjuntas con inteligencia de empleados de las empresas de seguridad o proveedores, o intrusiones desde los perímetros.
La historia es conocida por todos los vecinos, pero la gran cuestión es: ¿qué se hizo al respecto? ¿Qué se hace cuando están sucediendo estos hechos? ¿Cuán efectivo es el sistema para capturar luego a los asaltantes?
Aun podemos agradecer que hasta la fecha no hay víctimas fatales o acciones más violentas, pero la idea sería no tener que lamentarlas.
En un sistema de gestión como el de Nordelta lograr mejoras sobre esta problemática es algo que se realiza trabajando en conjunto entre: los vecinos de los barrios representados por su Intendente, Jefe de Seguridad y Director de Barrio; los responsables de las empresas de seguridad contratadas, la Asociación Vecinal Nordelta y el Municipio.
Frente a los robos sucedidos en los barrios La Isla y Castores la empresa de seguridad de este último, Prosegur, representada por Julieta Ghigliani de la agencia de prensa Estudio Comunicación nos indicó que todo lo relacionado con seguridad del barrio Castores debíamos tratarlo con la AVN, ya que son ellos quienes se encargan del tema, no el barrio en forma directa. Así nos lo confirmó también Carlos Baldoni, director de Castores: “Todo sistema de vigilancia y seguridad tiene distintos niveles. Hasta ahora teníamos en Nordelta, en nuestro barrio, un nivel de sucesos bajo o nulos. Ahora claramente lo sucedido obliga a AVN a reformular sus sistemas de seguridad. Claro está que cuanto más se refuerza la seguridad, más se termina incomodando al vecino. Una de las cosas fáciles de implementar es el proyecto de video vigilancia que estamos próximos a concretar (sse aprobó en mayo de 2016)”.
Por su parte en una entrevista telefónica con Manuel Kosoy, Director de Asociación Vecinal Nordelta, nos informó que se reunieron con los vecinos, los escucharon e informaron que estaban trabajando en los protocolos de seguridad. “Tenemos que ser muy cautos para no interrumpir a quienes están investigando y para no alarmar al vecino. Sin embargo, a estos últimos les tenemos que dar algunas normas básicas: dejar luces encendidas, conectar la alarma, cerrar todo. Está claro que estamos en crisis. No tuvimos muchos robos en Nordelta y el índice es bastante bajo, comparado con lo que pasa puertas afuera. Lo que pasa es que al que le pasa, es el 100%. A mí me preocupa el índice porque existe. No desmerezco porque no sean tantos. Estamos trabajando en homologar los protocolos de seguridad”.
Por su parte los vecinos se reunieron con los directores de sus barrios y de AVN por un lado en Castores, por el otro en La Isla. Según algunos participantes de dichas reuniones a quienes hemos consultado, ambos encuentros fueron muy duros y los vecinos quedaron muy disconformes. Algunas de las cuestiones esenciales a las que apunaron fueron principalmente: 1) Un claro malestar frente a la gestión dado la reiteración de hechos de esta naturaleza; 2) La desinformación que sintieron mientras los ladrones estaban aún en el barrio, las guardias no avisaban a quienes entraban y aquellos que veían algo raro y llamaban para consultar, también les decían que no sabían nada; 3) El poco control frente a los alquileres temporarios. Por un lado los reglamentos de copropietarios indican que no se puede alquilar por períodos menores a 30 días, algunos a mínimo de 60 días. Sin embargo, hoy vecinos alquilan incluso por día sus casas y hacen pasar a los inquilinos por visitas, evitando que las empresas de seguridad y el barrio se enteren que hay gente nueva en el barrio y por ende no pueden realizar los controles pertinentes. Por su parte los barrios y las empresas de seguridad, sabiendo esto, no logran tomar las medidas adecuadas para que esta situación no se salga de control. Incluso hasta no saben dimensionar la cantidad de casas alquiladas que hay en cada momento.
En las redes sociales el eco de vecinos activos incluso llegó más lejos y pusieron en duda si es viable la continuidad de un sistema de esta naturaleza para resolver este tipo de problemas. En el caso del abogado Gabriel Sanders, vecino de Portezuelo quien retomó el tema, expresó: “Los barrios están organizados en su estructura jurídica como asociaciones civiles sin fines de lucro, que adoptaron la forma de sociedad anónima, donde el desarrollador se reservó la mayoría de votos para decidir sobre todos los asuntos vecinales (excepto en la elección del director por los vecinos). Un sistema donde el desarrollador pueda decidir sobre todo, y los propietarios sólo deben cumplir esas decisiones, sin otro camino que la vía judicial para modificar cualquier resolución que los afecte, no es un sistema lógico”. Además, agregó: “Al principio del emprendimiento, el sistema podría haber funcionado para asegurar el desarrollo armónico de la zona. Hoy ese argumento no puede sostenerse por tres razones principales: la armonía ya no existe cuando a lo largo del emprendimiento se ven construcciones abandonadas o con problemas judiciales, muchos barrios ya están consolidados y la presencia del desarrollador no tiene justificación, la ley cambió y los barrios deben adecuarse al nuevo régimen jurídico. Desde el 1º de agosto de 2015 (hace más de un año) entró en vigencia el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, cuya normativa afecta a los barrios de Nordelta en su estructura jurídica”.
Hoy hablamos de Castores y La Isla, pero aparentemente ya ningún barrio ni de adentro ni de afuera de Nordelta quedó exento; el trabajo conjunto de los diversos actores, y sobre todo articulado con el Municipio e incluso con la provincia, es esencial para lograr medidas a largo plazo y soluciones definitivas. Pero si aún no se logró consolidar un sistema efectivo en un espacio como es la estructura de gestión de un barrio o de un emprendimiento como Nordelta, aún queda tiempo para llegar a una solución más alentadora si se aumenta el espectro. Sin duda no va a suceder nada, si no se trabaja en conjunto y con gente idónea.
y de manera involucrada.
Mercedes Cordeyro
Interesante opinion, Hay un problema de base, y es que las autoridades de muchos de los barrios creen ( con la mejor buena voluntad, solo tengo agradecimiento por su tiempo y esfuerzo para las mismas) y la mayoria de los vecinos tambien, que el manejo de las guardias es responsabilidad de AVN. y no es asi. Me remito a las experiencias de los Barrios Barrancas y Glorietas que mantienen la misma empresa de seguridad desde hace 15 años. Participe en Barrancas con otros vecinos de la decision de mantener a Watchman cuando los sacaron de todos los demas barrios menos los dos nombrados en 2003. La decision de mantenerlos surgio cuando nos dimos cuenta que el problema no eran las empresas, ni los vigiladores ni AVN. El problema eramos los vecinos, que no respetabamos los procedimientos y que en muchos casos patoteabamos a los vigiladores eficientes transformandolos en temerosos de perder su trabajo si cumplian con su deber.
El «milagro» de estos dos barrios para mantener la guardia original desde que se crearon paso por acordar 3 medidas con la empresa:
1) los vigiladores seran siempre los mismos, no lo podian sacar sin nuestro permiso.
2) Todo vigilador eficiente y honesto tiene el apoyo de la Comision de Seguridad y Directorio del barrio frente a un vecino desubicado que lo destrate. Ademas ese vecino respondera por su actitud antisocial ante las autoridades del barrio.
3) generamos un protocolo de ingreso y vigilancia claro, corto y sencillo de aplicacion obligatoria.
Esto es realizable con cualquier empresa de seguridad que acate esas tres consignas basicas. El resultado a la vista en Barrancas y Glorietas.
Por supuesto q a esto hoy hay que mejorarlo con infraestructura, pero sin lo anterior no hay infraestructura ni cambio en la estructura juridica que valga.
Hacer esto no depende de AVN, Las empresas ni nadie, depende de que todos nosotros, autoridades y vecinos entendamos que es nuestra reponsabilidad.
Mi modesta opinion. Saludos.
Gustavo Iglesias
Los Castores
Vivo en Los Castores. En la tarde de ayer cerca de las 18, cuando salía de mi casa dos ciclistas se disponían a ingresar al terreno baldío a mi lado. Me acerqué a preguntarles si precisaban algo y entonces de retiraron. Me demore unos instantes en salir y volví a encontrarlos en la rotonda de salida del barrio.
Grande fue mi sorpresa cuando vi que a gran velocidad se abrieron hacia la entrada de proveedores y salieron por allí sin hablar, ni siquiera ser vistos por la seguridad de Los Castores. Me acerqué a la guardia, les conté lo sucedido. El guardia me dijo no haberse dado cuenta que alguien había pasado. Se los mostré mientras se alejaban y prometieron llamar al móvil para alcanzarlos y preguntarles quienes eran.
La gente que estaba accediendo al costado de las casas por un baldío, acababa de salir del barrio a gran velocidad sin ser detectados!
Es increíble que tras los sucesos acontecidos en Nordelta, especialmente en Los Castores, en las últimas semanas, puedan moverse libremente sin siquiera ser detectados por la guardia personas no identificadas burlando la seguridad de una forma tan burda como atravesándola en un fin de semana por el carril de proveedores que no tiene personal esos días!
Sinceramente me ha dado una gran sensación de inseguridad, sumado al hecho que cada fin de semana nos invaden decenas de ciclistas no habitantes, o que organizamos eventos como el Iron Man que abrirá las puertas a miles de personas cuando nuestra seguridad parece no estar preparada para dar real control a los barrios.