Nota Publicada originalmente en Febrero de 2013
El Acceso Bancalari nació hace una década como una salida veloz de Nordelta y Santa Bárbara a la Panamericana. El argumento de ventas para convencer a quienes decidían mudarse a la zona de que no estaban tan lejos del mundo: una vía rápida los unía con la principal autopista porteña. Pero con los años se fueron sumando barrios, accesos, rotondas, extensiones, túneles, y hoy el corredor parece estar en vías de colapso. Lomos de burro, velocidad máxima 40 km/h, fotomultas hacen que la Capital Federal quede cada vez más lejos de Nuevo Delta.
En las últimas semanas se sumaron dos noticias sobre el Acceso. La primera, que la Municipalidad empezó a cobrar multas por exceso de velocidad en el mismo. Instalaron un radar fotográfico justo al lado de una cartel de velocidad máxima 40. Está frente al shopping de Laguna del Sol, mano a Capital. Esa velocidad, por caso, es la máxima habilitada para circular por una calle del centro porteño, aunque esté densamente poblada: Maipú, en plena City, por caso. Las avenidas de todo el país, en cambio, tienen una velocidad máxima de 60. A ese ritmo se puede cruzar Barrio Norte de punta a punta, por ejemplo, por Santa Fe. Pero no el Acceso…
La segunda noticia es la construcción del túnel que unirá el Acceso con la calle Artigas, en Pacheco. Una buena nueva para quienes, por ejemplo, llevan sus hijos al colegio Cristian Andersen. Pero implica otro ingreso lateral a la antigua autovía, así como más autos, más tránsito. Que se sumará al que ingresará con más intensidad desde Villa Nueva con la terminación del desvío que va desde la calle Deán Funes hasta la ruta 27.
Una mañana cualquiera de un día laboral, salir por el Acceso ya es un problema complejo, con demoras que superan largamente los 15 minutos. Nuevo Delta está pasando de estar comunicado por vías rápidas a quedar atrapado en medio de una trama urbana con calles mayormente de tránsito intenso y lento. En la Municipalidad dicen que siguen el tema de cerca. “Más de 28 mil autos por día circulan por el Acceso. Es una de las zonas más complejas y estudiadas por el Municipio en cuanto a tránsito de autos, colectivos y peatones”, detalló Roberto Ulpiano, director general Inversión Pública de Tigre.
El Corredor Bancalari se hizo a través de un consorcio de los barrios de la zona, que hasta el año pasado incluso hacían el mantenimiento del mismo. Hoy, el consorcio sigue ocupándose de la seguridad del acceso. Nace en el kilómetro 23 del Acceso Norte de la Panamericana y tiene casi cuatro kilómetros de extensión, que comunica más de ocho barrios privados que se desarrollaron en los últimos 10 años como Nordelta, Santa Bárbara, Laguna del Sol, Talar del Lago, Barbarita, La Comarca, El Encuentro y Pacheco Golf, entre otros. Por su desarrollo, además de los vehículos de los propietarios, circulan camiones que trabajan en las construcciones de esas urbanizaciones, gran cantidad de obreros y empleados, y también los transfers de MaryGo que llevan y traen gente desde allí hasta Capital Federal. En los últimos años se sumaron los colectivos urbanos de pasajeros.
“Para solucionar la complejidad del tránsito en esta zona, estamos trabajando en el proyecto de tres obras; aún no definimos sus características, pero están presupuestadas para comenzar este año sí o sí”, aseguró a Gallaretas Antonio Grandoni, secretario de Inversión Pública y Planeamiento Urbano local.
“La primera que se llevará adelante será un puente peatonal a la altura de ex Radio Nacional, antes de llegar al cruce con la Ruta 197, para que la gente cruce hacia las vías del ferrocarril. Unirá los dos lados del Acceso Bancalari. Sus características edilicias se definirán la primera semana de febrero”, dijo Grandoni. Esa obra busca descomprimir uno de los primeros nudos de la salida: la gente que pasa caminando desde la estación de tren de Pacheco a la parada de colectivos del Acceso. Había sido anunciada hace largo tiempo, y se demoró porque, aunque suene curioso, su concreción es parte de la negociación por el sistema de colectivos de Nordelta.
La segunda obra que analizan es nueva: un puente que permita que el Acceso Bancalari pase por arriba de la ruta 202. El anteproyecto fue presentado el 24 de enero. Una dificultad: parte del puente estaría en el municipio de San Fernando, que debería habilitar la construcción. Pero permitiría descomprimir otro nudo, el que se forma en la rotonda de la 202, sobre todo cuando están bajas las barreras del tren.
La última es la reconstrucción y ampliación del Corredor Bancalari-Benavídez. “Estamos analizando qué se recontruye y que se amplía”, explico Grandoni. En la última categoría entra el tramo que va desde Pacheco Golf hasta la 202, donde el Camino tiene un solo carril por mano, lo que estrangula el tránsito.
Atrás parecen haber quedado otras propuestas que había anunciado la Municipalidad, como hacer un tercer carril reversible en el tramo de Pacheco Golf a ruta 202, o el desvío que saldría de este último barrio hasta la 202 sin pasar por la rotonda.
Como tema no menor, los vecinos de la zona recuerdan que hace ya casi un año que sus boletas del impuesto municipal tienen un recargo de casi 10% destinado, precisamente, a “Ampliación Camino Bancalari-Benavídez”.