Nota publicada originalmente Febrero 2014
Con solo 3 años, la Academia de Tenis del barrio Los Castores captó la atención de los más chicos del barrio, descubrió grandes talentos y creó nuevas amistades. De la mano de dos profesionales del Tenis, Diego Varela y Daniel Orsanic, la escuela cuenta con 5 profesores y más de 80 alumnos, quiénes se están preparando para sus próximos encuentros y desafíos: ya salieron campeones dos veces en la Liga TIC, la más importante de intercountries de Zona Norte.
Diego Varela, director de la Academia, practica tenis desde los 8 años, durante muchos años estuvo en los primeros puestos del ranking nacional y representó a nuestro país a nivel internacional desde los 12. “Jugué profesionalmente hasta los 23 años, después empecé con el tema de la enseñanza –contó Varela-. Armé mi primera academia en Parque Norte, hasta que Vilas me llamo para trabajar en su Academia del Club Vilas hace como 18 años, donde entrenamos grandes jugadores como Coria y Caleri; y hace 15 años soy director de tenis de chicos del Club Sociedad Hebraica Argentina.” Daniel Orsanic, la otra cabeza de la escuelita, cuenta como su camino se cruzó con el de su compañero desde temprano. “Casualmente, o no, empezamos bastante juntos, en las categorías menores compartimos torneos, y ahí nos hicimos amigos. También empezamos bastante juntos la carrera profesional, el primer viaje para competir lo hice con él –relató Orsanic-. Diego empezó antes a enseñar, yo tuve una carrera profesional larga, y ahora la vida nos volvió a juntar.”
Los dos amigos ahora son vecinos del barrio Los Castores, donde vieron la necesidad de un espacio para que los más chicos aprendieran el deporte que tanto disfrutan. “Con Diego tuvimos la misma intención porque estar en un barrio como Castores que tiene tanta infraestructura, tantas canchas, nos dio ganas de crear una escuela donde nuestros hijos, los de nuestros amigos y nuestros futuros amigos pudieran aprender el deporte de forma correcta –explicó Daniel-. Nosotros tenemos esa tranquilidad y responsabilidad de que los chicos mientras fueran creciendo, aprenderían bien el deporte.”
El primer día la Academia arrancó con 80 chicos inscriptos, porque respondía a una necesidad que la Comisión del barrio había detectado, nuevas actividades dentro del barrio para el entretenimiento de los chicos. “Fue una iniciativa de la comisión del barrio, y el día que comenzamos se notó que era algo que el barrio estaba pidiendo porque vino un montón de gente, y arrancó con un montón de fuerza”, añadió Orsanic.
Los pequeños tenistas de la Academia ya tuvieron sus primeros triunfos y varios se destacan por su excelente habilidad. “En 2012, los chicos que tenían todos menos de 12 años, ya habían aprendido por lo que necesitaban participar en algún tipo de competencia para seguir motivados, entonces nos anotamos en la Liga TIC y salimos campeones en la categoría sub 10 –relató Varela-. El año pasado volvimos y otra vez los chicos de sub 10 que son los que antes no habían jugado, salieron campeones de la liga e invictos, no perdieron ningún partido.” Durante el año, los campeones entrenan en competencias internas de diferentes categorías. “El primer paso es que jueguen torneos internos, así vemos como se interrelaciona con sus propios compañeros, aprenden a manejarse dentro de la cancha y sirve un montón para mantener la motivación – explicó Varela- también hacemos encuentros con otras, los llevamos a ver eventos como el ATP para que se empapen de lo que es el tenis.”
A nivel individual, Francisco Pini de 10 años que arrancó en la Academia, ganó los primeros tres torneos que hubo en la Zona Metropolitana y represento a la Provincia dos veces como número 1 de Buenos Aires. “También tenemos otros chiquitos que arrancaron en la academia que hoy representan a la Provincia a nivel nacional y compiten en varios torneos –explicó Diego-. La mayoría empezaron de 0, y siempre ganamos en la categoría de más chiquitos que en realidad, cuenta el valor de la escuela y los profesores porque es donde ves la formación de lo que recibieron porque están puros, tienen solo lo que vos enseñaste.” Daniel resalta la importancia de una buena formación a temprana edad. “Creo que hay una responsabilidad muy grande en la enseñanza de los chicos porque alguien que va a tomar una clase de grande lo hace por esparcimiento, a un chico le puede cambiar la vida –expuso Orsanic-. Los dos tenemos experiencia profesional y hasta donde vaya el chico, quiera hasta donde quiera ir, tenemos la posibilidad de guiarlo con responsabilidad y eso para nosotros es importante.”
Sumado a esto, la Academia también es un lugar de encuentro social, donde los valores vienen antes que los resultados. “Los chicos entrenan sin descuidar lo que sea el relacionamiento con los otros chicos de la escuela, porque ya el tenis es un deporte individual, y en esta etapa de formación no queremos que los chicos se encierren mucho en sí mismos –explicó Daniel-. Es importante que sigan mejorando, pero también que compartan clases grupales con otros chicos que son compañeros del colegio, amigos, para que también se diviertan, no sólo compitan, que me gusta que lo hagan y es sano querer ganar, pero también que aprendan cuando les toca perder, respetar que el otro haya ganado mejor.”
La Academia continua durante el verano porque los profesores quieren, además de prepararlos para los torneos de principio del 2014, aprovechar que pueden dedicar más tiempo al deporte. “En el verano es cuando los chicos están más liberados, no tienen colegio, están como más frescos, si el chico viene mejorando y está contento, es un buen momento para darle continuidad porque están con más energías y son unas esponjas –contó Daniel-. Nosotros queremos mantener la calidad, nos causa enorme placer ver las canchas llenas de chicos que era algo difícil de ver antes en las canchas de tenis de Castores. Queremos que cada uno que viene aprenda a jugar bien, cada uno con su inquietud, con sus ganas y tenemos la satisfacción de tener algo que ver con los chicos que están jugando acá, porque son los hijos de tus amigos, son tus hijos y es muy lindo ver el entusiasmo.”
Por Lucía Colombo
