Gabriel Sanders es lector de Gallaretas y vecino de Nordelta, esta mañana nos envió la siguiente carta a raíz del robo que se perpetró ayer en el barrio El Golf:
«En los inicios del emprendimiento, esta noticia habría sido un «escándalo» y motivo de muchos comentarios y reuniones. Hoy parecería que no sorprende tanto. ¿Nos habremos acostumbrado a este tipo de hechos? Como característica relevante, esto ha sucedido con una Troncal «cerrada». Cabe preguntarse entonces, qué sucedería si se produce la apertura la Troncal y de las demás calles públicas que integran Nordelta, frente al diseño y vulnerabilidad de los perímetros de los barrios, sea por sus débiles alambrados, como por sus espejos de agua sin protección.
Por supuesto que la inseguridad es un asunto que corresponde resolver al Estado, pero también es cierto que a través de las expensas, los vecinos aportamos importantes sumas en materia de seguridad, y que nuestra decisión de vivir en barrios privados sería contar con una protección adicional que el Estado no alcanzaría a cubrir. Además, no sería suficiente «atrapar al ladrón», porque el daño ya fue hecho. Debería trabajarse sobre la prevención, para mitigar los riesgos de comisión de delitos.
Confiemos en que las acciones del desarrollador apunten a mantener los conceptos de «seguridad y tranquilidad» que muchos tuvimos en cuenta al elegir este lugar para vivir o para invertir.»