Hay un dicho que dice: desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como mendigo. Esto significa que el desayuno es la comida más importante del día, porque el cuerpo necesita energía para comenzar a funcionar desde temprano. Para las actividades intelectuales o de destreza física del colegio de los más chicos, laborales de los adultos, y también para las de recreación, el organismo necesita nutrientes a partir de la comida. El cuerpo puede trabajar, moverse y desarrollarse a partir de la incorporación de energía de los alimentos.
La palabra desayuno proviene de romper el ayuno. Es decir, nosotros al dormir consumimos toda la energía reservada durante el día ya que pasamos aproximadamente entre 10 y 12 horas sin comer (en ayunas). De ahí es que le damos tanto hincapié a esta comida, ya que nos va a servir no sólo para reponer las energías consumidas, sino como fuente de energía para gran parte del día.
Entonces, si el desayuno es insuficiente nos va a costar más concentrarnos, va a disminuir el rendimiento, nos puede fallar la memoria, y tendremos menor energía para realizar deportes. La influencia del desayuno va a repercutir en las tareas diarias y la productividad.
En muchas ocasiones, nos levantamos con el tiempo justo y apenas tomamos un café con leche, y hasta llegamos a salir sin tomar ni comer nada, directo a las obligaciones. Sería importante que sea incorporado como rutina el poder despertarse unos 15 o 20 minutos antes de salir. No es mucho pedir y podemos empezar el día con energía y vitalidad. Quizás, hasta puede reunirse toda la familia –si es que no lo hacen- y compartir una comida en el día todos juntos.
Para que sea completo, saludable y no tenga efectos negativos sobre el peso, se deben elegir bien los alimentos. Es recomendable que cuente con:
- Pan blanco, integral y cereales: están compuestos principalmente por hidratos de carbono, y son la fuente principal de energía. Es preferible en muchos casos el pan, ya que algunas galletitas tienen mucho contenido graso. También, los hidratos están en el azúcar que le ponemos a la leche, té, mate cocido o café y en las mermeladas o dulces. La fibra presente en los alimentos integrales van a contribuir a la saciedad.
- Leche, yogur y queso: tienen proteínas que son importantes para la actividad física, y van a contribuir al crecimiento de los pequeños. Son una parte constitutiva del cuerpo. Como los ladrillos en una construcción. También estos productos lácteos son imprescindibles para asegurarles la cantidad diaria de calcio que necesita el cuerpo, para tener huesos fuertes y dientes sanos. Dentro de las opciones, los descremados van a aportar menos grasas saturadas que no son tan saludables.
- Frutas: nos va a aportar una cantidad significativa de vitaminas y minerales para un buen desarrollo de toda actividad. Las frutas que comemos con cascara como manzana, pera, ciruela, durazno por ejemplo, aportan fibra. También los cítricos como la naranja, mandarina y pomelo, tienen vitamina C que es antioxidante y va a proteger a nuestro cuerpo de agentes perjudiciales y ayudan a prevenir el envejecimiento. Las podemos incorporar enteras, como jugos o licuados.
Por último, mi desayuno ideal: mate cocido con edulcorante, jugo de naranja o pomelo (en verano, licuados), dos tostadas de pan integral con queso untable y mermelada light. Estos consejos son generales y están apuntados a personas sanas, no se adecuan a patologías que puedan existir.
Por Lic. Soledad Cerasulo
Nutricionista – M.N. 8558
(011) 5528-4838