Estar atentos a lo que pide el cuerpo y escuchar siempre lo que tiene para decirnos. A partir de ahí, diseñar una rutina coherente con lo que nos hace bien. En muchos casos, las inquietudes aparecen a partir del malestar y una vez tomada la decisión contundente de generar un cambio, el camino suele ser de ida.
Cada vez son más las personas que eligen cuidarse por dentro y en consecuencia, por fuera. O viceversa, cuerpo y espíritu como íntima unión. En consonancia con el estilo de vida basado en este concepto, la zona de Nuevo Delta ofrece múltiples opciones. Aquí un paneo general con información adecuada para quien quiera emprender o profundizar un camino de salud y bienestar. A su vez, una breve presentación de quienes conducen las distintas propuestas, ya que cuando del cuidado del cuerpo se trata, la confianza resulta fundamental.
A tener en cuenta: el que mucho abarca, poco aprieta. Lo aconsejable es ir paso a paso, discriminar qué le puede ser útil a cada uno para evitar un abordaje superficial o una sobrecarga de actividades porque sí.
El sabor de lo sano
Las hermanas Natalia (41) y Laura Commisso (32) hace tres años abrieron en Nordelta el almacén natural y orgánico Pasiones y Sabores. Fue su propio aprendizaje lo que las llevó a este tipo de emprendimiento. Empezaron a incorporar nuevos hábitos alimenticios y no encontraban un lugar que pudiera proveerlas. “Son cambios que te pide el cuerpo que terminan llevándote a un cambio en el estilo de vida. De hecho, yo dejé también el mundo corporativo”, comenta Natalia mientras explica que antes se enfermaba, tenía recaídas y el cambio en la alimentación le proporcionó mejoras en el proceso digestivo, en la forma de dormir, en su físico, en las uñas y el pelo, “me transformó todo básicamente”.
A partir de la propia experiencia, y siempre aclarando que lo indicado es asesorarse con nutricionistas o médicos de ayurveda, recomiendan como primer paso la eliminación de harinas blancas y azúcar procesado. En segundo lugar, la dosificación de lácteos. Y luego la reducción de carnes rojas. A cambio, pueden incorporarse: harinas integrales, endulzantes naturales. También lácteos orgánicos y carnes blancas: pollo orgánico, pescados. Natalia hace especial hincapié en el reemplazo de una harina por otra, explicando que ya ese primer paso genera cambios abismales.
Pasiones y sabores también aconseja: tratar de comer lo más relacionado posible a la estación del año: “Si estamos en pleno invierno, los tomates van a ser blancos, huecos y sin sabor; entonces no comamos tomates de cámara, refrigerados, con químicos. Optemos por acelgas, espinacas, berenjenas o brócolis que son de invierno. Si escuchás al cuerpo y consumís lo que la naturaleza brinda por cada etapa, entonces estás ganando la mayor cantidad de nutrientes por cada alimento.” Otra recomendación: no contar calorías sino mirar la calidad de la caloría que estoy comiendo: “no es lo mismo 100 calorías en grasa que se pega al cuerpo que comer 100 calorías de frutos secos que se transforman en energía”
El almacén ofrece un mix de productos secos y frescos, entre ellos: lácteos, verduras, frutas, huevos y pollos orgánicos. También leches vegetales, hamburguesas vegetarianas y algunos productos para diabéticos y celíacos. A tener en cuenta: en el local mismo cocinan a diario utilizando todo lo que está dentro del negocio. De esta manera la gente puede ver cómo se emplea cada cosa, lo prueba y luego sabe cómo hacerlo en su casa.
Hacia otros planos… consumo a conciencia
Ser coherente y estar en armonía con el entorno natural también es un eslabón fundamental en esta cadena saludable. Una cosa se complementa con la otra y solo así el cambio puede darse de manera integral.
Encarnando estos conceptos, Juan Cruz Moras (33), vecino de Miradores de la Bahía lidera WIP, una empresa que trabaja a conciencia con la madera. Crean productos que transmiten la pasión por el material y sobre todo, lo respetan. Compromiso ecológico fuerte y de modo subyacente, un estilo de vida que levanta las banderas de la alimentación saludable, el bienestar y la conciencia a la hora de consumir: “Nuestras tablas están fabricadas con material proveniente de bosques reforestados argentinos en Entre Ríos y Misiones y generalmente material de descarte, pedazos pequeños que antes se tiraban. Los unimos formando tableros y generamos desperdicio cero. La pasión y responsabilidad que sentimos cuando creamos los productos, queremos que se mantenga. Desde ahí promovemos y compartimos la alimentación saludable, para asegurarnos de alguna manera que el uso de nuestras tablas preserve intactos nuestros valores.”
Medicina ayurvédica, un abordaje integral
Andrés Silbershmidt (46) es médico y vecino de Nuevo Delta. Desde un enfoque ayurvédico, proporciona información que puede funcionar como punto de partida a la hora de abordar cualquier tipo de estos cambios.
Algunos datos de base: la medicina ayurveda es la medicina más antigua que existe y está reconocida por la Organización Mundial de la Salud. Se trata de una medicina que trabaja mediante un paradigma distinto al que estamos acostumbrados. “En este tipo de medicina las personas se estudian en función de su perspectiva energética. La constitución que cada uno trae desde el nacimiento es única pero uno tiende a desequilíbrala. Este desequilibrio va generando alteraciones. La medicina ayurveda lo que busca es compensar esos desequilibrios”, explica Andrés. “Los alimentos que ingerimos también tienen características energéticas, entonces la nutrición es uno de los elementos para ir compensando los desequilibrios. Alimentarte distinto hace que vibres y pienses distinto. Y atención, la alimentación no solamente es lo que consumimos por la boca sino lo que percibimos con todos los sentidos. La gente está intoxicada también por lo que ve por la tele. Asimismo, dentro de la historia clínica, la persona se estudia en contexto, es decir, con las relaciones que tiene con otras personas. Uno se alimenta también de la gente con la que está. No son procesos sencillos”, detalla Andrés.
Otra parte que constituye el tratamiento es la eliminación de las toxinas cuya acumulación produce enfermedades. La toxinas se eliminan a través de la piel sudando, vómitos o enemas. Todo implica una preparación especial. Lo que se recomienda en primer lugar es elegir a conciencia este camino: empezar a cambiar hábitos, “no alimentarse en exceso; cuanto más se agradece lo que se está comiendo, más integrado está uno con el mundo que está viviendo. Suelo aconsejar, por ejemplo, el ayuno intelectual: apagar un día radio y escuchar otras cosas que nos hagan bien. Trabajar en la respiración que es la forma de incorporar energía vital. Ampliar la conciencia para pensarse distinto. Si el cuerpo enfermó porque yo soy así, entonces mi cuerpo podrá sanar si yo dejo de ser así”, asegura. A modo de conclusión, Andrés comenta que quienes han descripto este modelo, ha sido gente que han tenido un corazón inmenso, que ha mantenido una coherencia muy grande entre la razón y el corazón y han sido muy observadores en una época donde vivían meditativamente, “observando el mundo han inventado una teoría, no científica, pero que cierra por todos lados. Cada vez se consume más esta medicina por ser “integrativa”, incluye y complementa a las otras. Cada persona necesita algo en particular. Parte del tratamiento, por ejemplo, son las rutinas de yoga que vienen de esta raíz. Quien haga este tipo de medicina, tiene que entregarse a poder cambiar. Si uno cambia, algo cambia y en ese algo pueden cambiar síntomas y su perspectiva del mundo. Y en este sentido, el cambio también acarrea dolor”.
Mantenerse en eje, lograr la unidad: beneficios del yoga
En el mes de enero, Daksha Yoga abrió sus puertas en Nordelta Centro Comercial. Si bien la propuesta tiene pocos meses en la zona, Roberto Walter Rojas (47), instructor de Hatha Yoga, trasmite sus conocimientos hace quince años en distintos barrios de Nuevo Delta dando clases particulares. A los seis años empezó a entrenar como artista marcial, a los quince conoció a su maestra y asegura que la práctica lo formó como persona.
Roberto explica que el sentido fundamental del yoga es mantenerse en equilibrio tanto en el plano físico como en el mental y el espiritual. Dentro de los distintos tipos de yoga, el Hatha Yoga es integral, a través de lo físico (fuerza, flexibilidad, resistencia) prepara al cuerpo para cualquiera de los otros yogas (de control de mente, de búsqueda de conocimiento, devocional, de servicio). Aclara Roberto, que en este sentido, uno puede tener su propia inclinación espiritual y darle salud al cuerpo a través del yoga físico, “cada persona tiene sus necesidades: sea la meditación, los deportes, la oración en una iglesia o el hacer política. Lo que hace el yoga es acompañar, complementar. El Hatha yoga busca que dentro de tu propia idiosincrasia encuentres la armonía en los distintos planos. Eso sí: si te quedás en una práctica física, tendrás beneficios físicos.”
Sobre la respiración, recalca: “si uno la aplica correctamente, ocurrirán cambios en todos los planos. Se produce un camino natural de acercamiento a las cosas que te hacen bien, empezás a darle a los problemas su verdadera importancia, producto de un contacto armonioso con el exterior. Lo que cautiva del yoga es el impacto en uno mismo, nos provee otro rango de interpretación donde se aceptan y no se evaden los problemas y desde ahí, se generan caminos”, asegura.
Los resultados y su vínculo con el plano energético: las personas tienen múltiples cambios cuando practican yoga. En principio se acercan por lo físico pero Roberto enfatiza en que lo físico es un reflejo del interior de cada uno. Para explicarlo formula lo siguiente: “aparte del cuerpo físico, tenemos un cuerpo energético con distintos canales por donde pasa la energía. Cuando estamos en desarmonía, bloqueamos la energía y aparecen los problemas físicos. Entonces: desarmando los problemas físicos, desarmamos también los energéticos.”
El yoga, los hábitos y la alimentación: desde el comienzo de la charla, Roberto comunica que no es necesario cambiar de modo de vida rotundamente cuando uno se acerca a practicar yoga. Asimismo evita las palabras sanscritas para darle sencillez y accesibilidad a su discurso. En el plano de la alimentación, aclara que no es necesario ser vegetariano para adentrarse en la disciplina. Sin embargo él ha elegido el camino del vegetarianismo y asegura que en el plano de la flexibilidad el impacto es importante, “aquí en occidente el abordaje es distinto, aunque cada vez se escucha más que la gente comienza a cambiar su alimentación. Lo importante con respecto a este tema y a todos es: tomar lo que a cada uno le sirve y le hace bien”.
Andrea Castells (48) se dedica al yoga desde los 26 años, el camino espiritual fue una necesidad imperiosa desde que era chica. Buscando la superación personal se encontró con que la enseñanza la apasionaba. Hace tres años recibe a sus alumnos en el Centro Integral Deltha, un lugar relacionado con el bienestar y la salud enfocados en el autoconocimiento y el desarrollo personal. No sólo se dictan clases de yoga sino que el Centro se adapta a las características, capacidades y necesidades de las distintas personas que se acercan: “Para trascender los obstáculos y guiar a las personas en su desarrollo personal, trabajamos a nivel energético y eso abarca distintas técnicas.”
Andrea desarrolló un estilo propio que lo llama “progresivo y gradual”. Los grupos se arman de acuerdo al estado físico de las personas que se acercan: “la idea es aproximarse, vivenciar la postura para poder sacarle su mayor beneficio”. También se llevan adelante:
- Yoga prenatal y postnatal: el centro recibe embarazadas y una vez que tienen sus bebés, tienen la opción de continuar la práctica incorporándolos. Una actividad que se distingue y resulta muy enriquecedora en el vínculo entre madre e hijo.
- Terapias transpersonales: lo energético está íntimamente ligado con las bases del yoga, “se trabaja en la unidad de tu aspecto individual con tu aspecto universal. El balance y la unidad conducen al dominio del cuerpo físico, a un enfoque interno de plenitud y armonía.”
- Cursos y seminarios: se trabaja en la comprensión del funcionamiento energético de cada persona que conduce al autodominio del propio sistema. Desarrollo personal con contenido de metafísica (leyes universales que ayudan a la conexión de las personas con su aspecto más elevado), “aprenden a cambiar, reprogramar su mente a favor”.
- Meditaciones: grupales y guiadas de acuerdo a las necesidades propias. Se trabaja con las técnicas de respiración para alcanzar un estado meditativo.
- Masajes y reiki: se trabaja con la energía universal a través de la imposición de manos y se armonizan así los campos de energía.
Lo que la flexibilidad implica
Mate Ayerza (52) trabaja en la zona desde al año 2003 y hace treinta años se dedica al movimiento. Es profesora nacional de expresión corporal y asegura que la danza clásica, aunque sea muy compleja, tiene una innegable dote para trabajar todo el cuerpo y sobre todo, el músculo. “Flexibilidad no es estirarse bien, una cosa es que tu pierna vaya a la cabeza y otra cosa es sostener la pierna ahí. Lo que sostiene es el músculo y la flexibilidad implica también que se pueda relajar. Yo trabajo relajando el cuerpo, de este modo el terreno es mucho más fértil. Entonces, flexibilidad es: fuerza, relajación y elongación”.
Desde el principio lo aclara: “el trabajo que yo hago cuesta el doble, pero también rinde el doble”. Sin muchas vueltas y con el rigor de la danza clásica, Mate recalca que la invitación está dirigida a las personas que quieran trabajar por sí mismas. La propuesta es clara y contundente: técnica, registro y constancia son los pilares de entrenamiento, “cualquier trabajo corporal bien hecho, te saca de encima el disfraz para que salga realmente lo que le pasa a tu cuerpo” recalca especialmente.
Compromiso, disciplina y coherencia también están incluidos, “el espacio que te queda entre los hombros y las orejas (la postura) es tu dignidad. Situarse en el eje es la clave y esto no es rígido, debemos salir y entrar de ahí para poder llevarlo puesto todo el día”. La propuesta es ambiciosa y se dirige sin escalas hacia lo profundo: cuando Mate habla de flexibilidad, también alude a otro plano: “la flexibilidad del alma como capacidad de adaptación, resiliencia. Un alma que se adapte a las situaciones sin corromperse. El esfuerzo que uno pone en la vida, le será retribuido a uno de forma directamente proporcional”. Sincera y por eso, polémica, propone una línea de trabajo duro pero que da recompensas. Algunos consejos: sentarse sobre los isquiones y no sobre el coxis, contener la cabeza entre la columna y los hombros, buena colocación de la pelvis con su correcta fuerza. Ahí está el centro.
El modo budista de meditar
La meditación es “verdadero y profundo silencio, es la vuelta al espíritu puro y original del ser humano” explica Sifu Koio Samadhi (40) del templo budista Dhammapada Dojo Zen ubicado en el barrio La Bota de Maschwitz. La meditación aspira a proporcionar un estado de perfecta salud mental, de equilibrio y tranquilidad, “es cultura mental en el sentido más amplio. Su propósito es limpiar la mente de toda suerte de impurezas y perturbaciones tales como los deseos y los apegos, el odio, la mala voluntad, la indolencia, las preocupaciones, la inquietud y la ansiedad; y cultivar cualidades como la concentración, la atención, la inteligencia, la voluntad, la energía, la facultad de analizar, la confianza, la alegría y la calma, para conducir finalmente al logro de la sabiduría más elevada que ve las cosas tal cual son y aprehende la Verdad última… el Nirvana”.
Advierte, y sobre este punto se detiene especialmente, que si uno se acerca a la práctica de la meditación con el propósito de obtener un beneficio, sea cual fuere, es mejor que ni se acerque, “meditación Zen es sin espíritu de provecho, cualquier deseo, cualquier expectativa que tenga uno respecto de la práctica, se verá rápidamente frustrado”. Al mismo tiempo asegura que cuando la meditación se incorpora a la vida cotidiana, los beneficios aparecen por sí mismos, “pero quiero dejar esto muy claro: técnicas de meditación existen casi en número infinito, todas son buenas. Pero cualquiera de ellas fuera de un contexto religioso, espiritual o filosófico, terminan siendo prácticas huérfanas.”
Y como los budistas llaman a cada cosa por su nombre, cualquier valiente que se anime a la práctica, tenga bien a saber que en los encuentros no se manejan grises: “como todo templo budista recibimos a todo aquel que quiera venir, nuestras puertas siempre están abiertas tanto para entrar como para salir.” Y como última recomendación, el mejor complemento para la práctica meditativa: ser feliz “meditando crece la felicidad, siendo feliz florece la meditación”
Informe: Sofía Moras