Las tierras cariocas ya están listas para recibir a unos 15 mil atletas de 206 países, que se medirán en 42 disciplinas diferentes. Para su realización, la ciudad dispuso un escenario totalmente novedoso en materia tecnológica y planteó una competición repartida en 4 zonas. El viernes 5 de agosto en el Estadio Maracaná se llevará a cabo la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. El evento que reúne a atletas de todo el mundo desembarca por primera vez en Sudamérica y Brasil, que vivió la experiencia de ser anfitriona de mundial de fútbol hace dos años, cuenta con las condiciones necesarias para hacer del certamen un momento histórico del deporte.
Río de Janeiro o simplemente Río se ubica dentro del estado del mismo nombre al sudeste de Brasil. Limita con el Océano Atlántico y otros tres estados federados: San Pablo, Minas Gerais y Espírito Santo. Factores como sus majestuosos paisajes, su imponente geografía y el espíritu de su pueblo, la convirtieron en la ciudad con mayor porcentaje de visitas del país.
Allá por 2009 en Copenhague, Dinamarca, el Comité Olímpico Internacional (COI) la eligió como flamante sede del certamen por encima de Madrid, Tokio y Chicago. Su decisión se sustentó en que la propuesta contenía principios de excelencia técnica, experiencia deportiva, integración y transformación social. Claro que a esto se le sumó lo que significaba hacer migrar la competencia a una región que hasta el momento le era desconocida, como lo es América del Sur.
Hoy, siete años más tarde, la antorcha olímpica llegó a Brasilia para realizar una gira de 95 días donde recorrerá 83 ciudades. Unas 12 mil personas llevarán la llama durante aproximadamente 200 metros cada una, antes de pasarla al siguiente portador. El relevo concluirá el 5 de agosto, cuando el último en tener la antorcha en sus manos encienda el pebetero olímpico durante el encuentro de inauguración.
Tigres argentinos en Brasil
Para la 39° edición de los JJOO, Argentina ya cuenta con más de 200 atletas clasificados, colocándose como la segunda delegación más numerosa en su historia olímpica. Dos de sus representantes viven en Tigre y explicaron cómo se preparan y qué pasa por la mente del deportista cuando sabe que irá a defender los colores nacionales, ni más ni menos que en Brasil.
Sol Branz, de 26 años, es vecina del barrio Castores de Nordelta y participará en la disciplina yachting 49erFX, una categoría que hace su debut en estos juegos. Se desempeña como tripulante y junto a su compañera Victoria Travascio conformaron la dupla ganadora en los Panamericanos de Toronto. Su ingreso a los JJOO se dio en el marco de una competencia mundialista en San Isidro, donde imponerse en la primera regata fue suficiente para llevarse el pasaje a Río 2016. “Todavía no caigo. Sabemos que siempre hay mucha repercusión en los campeonatos a los que vamos, pero estando dentro es más difícil darse cuenta lo importante que es. Sé que no falta mucho para que arranquen los juegos, pero no siento ansiedad. Tengo ganas de hacer todo lo posible dentro de lo planificado y llegar de la mejor manera posible”, comentó la joven.
Sol emprendió su camino en el yachting hace unos 10 años en Club San Fernando, para luego pasar al Yacht Club Argentino. Con el paso del tiempo sus habilidades se perfeccionaron hasta llegar a lo que es hoy, aunque declaró que los entrenamientos los toma con la misma intensidad que el primer día. Acerca de su preparación, actualmente se encuentra en un descanso de prácticas acuáticas y destina su tiempo mayormente a rutinas de gimnasio. Además, junto a su compañera llevan adelante sucesivos viajes a Río de Janeiro para adaptarse a la bahía.
De cara a su primera experiencia olímpica, Sol no piensa en la competencia o en las expectativas, sino en los aspectos que hay por mejorar. “Lo fundamental ahora es no perderle pisada a la puesta a punto. Con eso y todo el trabajo que venimos haciendo seguramente llegaremos en grandes condiciones”, subrayó.
Otro que hará sus primeras armas en el ambiente olímpico será Juan Pablo Fernández, de 27 años, quien estará en las filas de ‘Los Gladiadores’, el seleccionado argentino de handball masculino. Sin guardase nada, habló lo que siente: “Para cualquier deportista un juego olímpico es lo máximo y llegar ahí es un objetivo cumplido. Pensás que todo el esfuerzo hecho durante una carrera de 10 o 15 años valió la pena. En lo personal, me siento muy bien y espero llegar lejos”.
Su clasificación se concretó en 2015 luego de quedarse con el segundo lugar en los Panamericanos de Toronto, tras caer justamente ante Brasil. En Río 2016, Argentina comparte el grupo con Francia, Qatar, Dinamarca, Croacia y Túnez. Los primeros dos potencias al oro, teniendo en cuenta que son los actuales campeones y subcampeones mundiales de la disciplina respectivamente.
Con respecto al arribo del circuito olímpico a Sudamérica, este vecino de General Pacheco confió que es una gran oportunidad: “Me parece genial que los juegos se hagan en Brasil, más que nada por lo que representa para la región. Es el punto de partida para que haya más ediciones en esta parte del mundo”.
Un detalle que no hay que dejar de lado es que es que Juan Pablo vivirá esta experiencia deportiva junto a su hermano Federico, con quien comparte plantel. Consideró que la química entre ellos es muy especial y que su presencia es inigualable porque maximiza todas las sensaciones dentro y fuera de la cancha.
Por último, tanto Sol como Juan Pablo, cada uno en disciplinas completamente diferentes, coincidieron en que representar al país es una de las mayores responsabilidades que les ha tocado. No obstante, el apoyo incondicional de familia y amigos, hace que las distancias se acorten y que sientan que son locales.
Las cuatro zonas deportivas
La partida se dispersará en cuatro áreas: Barra da Tijuca, Deodoro, Maracaná y Copacabana. De esta forma, las instalaciones emplazadas en toda la ciudad también serán protagonistas de los 19 días de competencias, que se dividirán en 306 pruebas de un total de 42 disciplinas.
En Barra da Tijuca estará la Villa Olímpica, lo que es el alma máter de la fiesta deportiva. Posee una capacidad para más de 17 mil atletas, que serán recibidos en 7 condominios con 31 edificios. Barra, como se la conoce popularmente, acogerá disciplinas como tenis, baloncesto, atletismo, ciclismo, golf, gimnasia artística, tenis de mesa, ciclismo, lucha grecorromana, handball, boxeo, entre otros.
Otra de las zonas en las que hará eje la cita olímpica será Maracaná, uno de los barrios más importantes al norte de Río de Janeiro. En el mismo se ubican tres estructuras: el Estadio Olímpico, el Estadio de Maracaná y el Sambódromo. Será el lugar donde las naciones se medirán en deportes como fútbol, vóley, waterpolo, maratón y tiro con arco.
La tercera zona, Deodoro, es un barrio humilde ubicado al oeste de la ciudad. Se encuentra conectado por tren con Barra da Tijuca, el centro de Río y otras áreas sustanciales. Allí, se albergarán el baloncesto, equitación, mountain bike, ciclismo BMX, pentatlón, canotaje, hockey y rugby.
El último sector es Copacabana, con sus cuatro centros deportivos situados en los lugares turísticos más imponentes de Brasil. Por su ubicación, su playa es considerada el núcleo sur de la ciudad y tendrá un papel vital en el desarrollo de diversas prácticas, tales como ciclismo, maratón acuático, triatlón, vela, vóley de playa y remo.
En total, son 42 disciplinas las que se verán repartidas en las 4 áreas mencionadas anteriormente. Como dato de color, este año los juegos contarán con la incorporación del rugby, cuya última participación fue en 1924, y el golf, que consiguió sumarse luego de 112 años de ausencia. Además, al finalizar Río 2016, el Comité Olímpico Internacional entregará el veredicto sobre los deportes que se incorporarán en Tokio 2020. Los candidatos son béisbol, kárate, surf y skateboard.
Río de Janeiro, la ciudad inteligente
Río supo consolidarse como una ciudad digital totalmente compatible con los requerimientos técnicos de un evento olímpico. Por ello, proporcionará servicios digitales a atletas, espectadores y periodistas. En tal sentido, cabe recordar que en 2013 fue seleccionada como la mejor ciudad inteligente en la Smart City Expo World Congress, un mote del cual puede hacer alarde.
Como urbe visionaria, tuvo la capacidad para mantenerse con un desarrollo en sintonía con las nuevas tendencias comunicacionales. Por esa razón, el departamento Ciudades Inteligentes de International Business Machines (IBM) inauguró en 2010 el Centro Inteligente de Operaciones de Río de Janeiro, un espacio de monitoreo donde se atienden los problemas principales que aquejan al pueblo: movilidad y geografía.
La ciudad se caracteriza por un caótico tráfico urbano, pese a haberse creado un sistema de transporte veloz para descongestionar la zona. Además, su ubicación entre montañas y el Océano Atlántico pueden generar condiciones climáticas que afecten de manera severa a la población.
Su gobierno se vio en la necesidad de encontrar la forma de controlar dichas situaciones, anticipar posibles inconvenientes y supervisar la respuesta. He allí el rol del Centro de Operaciones Inteligente, que por medio de gráficas y mapas en tiempo real ayuda a solucionar problemáticas vinculadas al tránsito y, a través de un sistema de predicción, anticipa inundaciones y contratiempos del suministro eléctrico. Sin dudas, la ciudad está preparada para afrontar cualquier problema que pudiera mitigar el desarrollo de un gran encuentro del deporte.
Luego de un breve repaso por las condiciones que hicieron de Río de Janeiro la anfitriona de los próximos Juegos Olímpicos y a falta de un mes para que inicie el certamen, todo parece indicar que puede llegar a ser una de las ediciones más recordadas por el mundo. ¿Por qué? Desde aquel momento en 2009 donde el Comité Olímpico Internacional la ponderaba por sobre otras potencias de Asia y Europa, la ciudad no dejó de posar su mirada en el deseo de crecer y convertirse en una las mejores sedes en la historia de los JJOO. Basta esperar el gran día, para ver todo el fruto de su esfuerzo.
Por Maximiliano Benítez
