La actividad coral de Zona Norte tiene una trayectoria de muchos años y las presentaciones se suceden en clubes, colegios y asociaciones. En la zona de Pacheco y Nordelta esto empezó tímidamente hace diez años. El Maestro Marcelo Ortiz Rocca dirige el coro de Santa Bárbara desde hace una década y el Maestro Sixto Laconich hace lo propio hace cinco años en el coro de Talar del Lago I.
“La música es mi pasión, mi vida no tendría sentido sin la música”, afirma Ortiz Rocca. Estudia música desde los seis años y a los 17 supo que quería dirigir coros. Estudió Licenciatura en Composición Musical y Licenciatura en Dirección Coral en la UCA (es integrante de la primera promoción de Directores). Las dos carreras le llevaron diez años, las terminó a los 28, aunque en el medio hizo conscripción, le tocó marina. Abandonó la carrera de Ingeniería en la UBA en 4° año. Hoy, hace 39 años que es director de coros. Ha representado a la República Argentina en varias oportunidades y ha obtenido más de diez primeros premios internacionales. Su relación con la música es lo cotidiano, si no la está haciendo, la está enseñando en la Universidad de Música o en el Conservatorio de la Ciudad de Buenos Aires. En ambos lugares dicta la Cátedra de Dirección Coral.
En este largo camino rodeado de música, muchas personas marcaron su carrera. Primero sus maestros: Julio Fanisguersh, Roberto Caamaño, Ángel Matiello, entre otros, que le enseñaron que para ser Maestro primero hay que ser buena persona y cultivar la hombría de bien en todo momento. Después, la gente que conoció en todos los coros que dirigió, sus historias, su música, su forma de ser. “De todos mis alumnos siempre aprendo algo, creo que para que un coro crezca el aprendizaje tiene que ser mutuo”, asegura.
Este año el coro de Santa Bárbara cumple 10 años y amerita festejos y reflexión. “Formar un coro es muy simple”, comenta Marcelo. “Que suene bien ya es bastante complicado, pero se logra, pero mantenerlo en el tiempo es dificilísimo. Cada coro tiene su forma de ser, su sonoridad, sus tiempos, sus gustos y sus objetivos. Como Director del Coro Santa Bárbara lo he acompañado en todo estos ítems”.
Fruto de este trabajo y crecimiento es el concierto que presentaron el año pasado en Gualeguay con obras de Mozart, Orff, Verdi y Faure. “El coro canta todo tipo de repertorios: clásico y popular”, dice orgulloso su director. “Obras como Laudate Dominum y Ave Verum Corpus ambas de W.A. Mozart; un Huayno de Chacho Echenique, Negro Spirituals”, enumera.
Para Carlos Ricur, uno de los principales propulsores del coro de Santa Bárbara, “el canto, como el habla, es una manifestación propia de los hombres y la mayor barrera entre el deseo y la participación siempre ha sido el complejo instalado desde chicos: vos mejor no cantes. Por supuesto que sin la guía del director en la práctica sistemática de la técnica vocal y la lectura de las partituras no se logra nada”.
Pero para este coro, lo más importante, está por venir y será el Concierto Aniversario que se realizará a fines de octubre en la iglesia Purísima de Pacheco. “Este festejo seguramente va ser muy emotivo”, expresa Marcelo. “Van a estar nuestras familias, todos los integrantes del coro que pasaron en estos diez años y coros amigos”.
Talar del lago I, un nuevo coro se suma
Por su parte el Maestro Sixto Laconich, director del coro de Talar del Lago I, estudió Arreglos y composición en el ITMC, Licenciatura en música en el CEAMC, Profesorado de música con especialidad en Piano en el Instituto Santa Ana y cursos de Arreglos en el Berklee College of Music. Fanático del piano desde que es muy chico, el camino recorrido por Sixto Laconich también es muy variado. Es el director musical de comedias musicales, con muchos títulos en su haber como: The wedding singer, Footloose, Pippin, Moulin Rouge, When Musicals Rock, Across the Universe, Rock of Ages, Wicked, The Lion King, entre otras, que se realizaron en distintos colegios y otros como Les Miserables, Aida, We will rock you, realizadas con diversos grupos de adultos o con la Orquesta de Teatro Musical del UNA (Universidad Nacional de las Artes), de la cual es el Director Vocal.
En el ámbito de la Dirección Coral, actualmente está al frente del Coro de Talar del Lago I, del coro de alumnos de Marín y del Northlands y del flamante coro de padres. Es Director Musical de Generarte, productora con la cual compuso varios musicales, todos declarados de interés cultural por el Ministerio de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y los cuales son presentados en distintos escenarios de Argentina.
“La música está conmigo desde siempre, primero a través del piano, después a través del estudio, siempre fue mi canal de expresión y comunicación”, expresa Sixto Laconich. “Me parece que la gente se acerca a los coros porque les gusta cantar, pero después lo que se genera a través de la experiencia musical y con el grupo de gente es más fuerte y más profundo”.
La historia de este coro nació por el 2012, cuando un grupo de vecinos que ya se venían juntando le pidieron ayuda para que los dirigiera y ordenara sus voces. “El número de integrantes fue variando a lo largo estos años”, explica Sixto. “Llegamos a ser 3 varones y 15 mujeres, dentro de los que había Sopranos, Mezzos, Contra Altos, Tenores y Baritonos. La edad, también es variada: va de 33 a 55 años, aproximadamente. Para mí todos son bienvenidos si tienen ganas de cantar y se comprometen con el grupo. Eso es exactamente lo que rescato de este coro, que se armó un muy buen grupo humano, con mucho compromiso y responsabilidad. La base es buena y se puede avanzar. Por supuesto, que si faltan se piden las cosas, para no quedarse afuera de las nuevas canciones”, detalla.
Con un estilo muy variado y distendido pueden cantar desde Dona Nobis Pacem, Viva Jujuy, With or without yo, Over the Rainbow, What a wonderful world y Adiós Nonino… “Me gusta hacer repertorios variados en los distintos coros que dirijo, pero lo que más me importa es generar un buen vínculo con los coreutas y sobre todo entre ellos. En los coros la música ayuda a formarte como persona. El trabajo en equipo, el esforzarte, el compromiso, el aprender a convivir con los otros y aceptar sus gustos musicales. Todo es un aprendizaje, que se refleja después en el canto. Sin la pasión en la expresión, la música no tiene sentido. Busco humildemente ayudar a mis alumnos a trascender a través de la música. Sembrar un granito de arena para que ellos después lo desarrollen”, dice Sixto.
En estos años las presentaciones del coro se fueron sumando y los escenarios fueron cambiando: desde el festejo de la primavera dentro del mismo barrio, al Colegio de Abogados de San Isidro, luego el Hogar Marín, Nordelta, Lirios del Talar, el Estadio de la UTN (en el Concierto por la Paz) y ahora están pensando realizar una mini gira para cantar en Mar del Plata.
Entonces, a afinar se ha dicho. Sólo hay que animarse, porque tanto el coro de Santa Bárbara como el de Talar del Lago I están abiertos para recibir nuevos integrantes en todas las cuerdas.
Por Pauline Walker
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