Los carteles “despacio, niños jugando” que regulan la velocidad de los vehículos en el barrio San Andrés, no habían tenido tanto trabajo hasta que la familia Petrina se mudó allí hace dos años y medio. “El lugar nos acompaña por su clima, ubicación, seguridad. Lo único que nos falta es el mar, pero para solucionar eso, viajamos”, expresa Matías Petrina, padre de Maximus (13), Maddox (8) y Miranda (4). Con tan corta edad, los varones de esta familia son campeones de los deportes de tabla. Del mar a la nieve y siempre con los pies sobre la tierra… Maximus y Maddox se desempeñan haciendo snowboard, wakeboard, skate y surf. La más chiquita, se adentra cada día en el mundo deportivo, practicando natación y hockey en la zona. ¿Quién se encarga del desayuno, la ropa, las tablas y los cuadernos del cole? Lo cierto es que son un gran equipo… sin embargo, la dedicación full time de Gimena Moreira, la madre de los chicos, es fundamental.
Los viajes para las competencias de los hermanos y las temporadas de playa o nieve para su correspondiente entrenamiento, conforman el calendario anual de esta familia. Por lo tanto, el hogar lo llevan al hombro y lo construyen donde sea que se encuentren. Este espíritu “casa rodante” y el amor incondicional hacia el mar es algo transmitido de padres a hijos: Matías nació en Necochea y Gimena es uruguaya. Pero no se conocieron ni acá ni allá. Hace dieciséis años dieron uno con otro en Estados Unidos, se enamoraron, tuvieron a Maximus en Los Ángeles y vivieron un tiempo en California. Como las raíces siempre tiran, volvieron a Necochea donde se instalaron durante nueve años, intercalando los infaltables viajes. En ese entonces y en la costa argentina Maximus se inició en el deporte de tablas, “le encantaba su skate cerca del mar y el parque” comenta su padre sobre aquellos tiempos mientras enfatiza que “el espíritu familiar es la vida al aire libre.”
Su actual residencia en el barrio San Andrés les resulta absolutamente funcional para llevar a cabo la vida que han elegido. Por un lado, tienen muy cerca el parque temático de aventura Jeep Park, donde los niños desempeñan todos los deportes. También cuentan con otros clubes para el entrenamiento de Miranda, su hija más chiquita. Y a Matías le resulta funcional por cuestiones laborales propias. Asimismo, la modalidad barrio cerrado les es útil para viajar y dejar su casa con cierta tranquilidad. En la cálida decoración y la disposición descontracturada de los ambientes, puede verse este espíritu que prioriza la naturaleza, la vida sana y el encuentro familiar diario. Fundamental: una dieta variada para deportistas.”Estar seis horas en el agua por día exige una buena alimentación”, comenta Gimena.
Lo maravilloso es que el deporte, los viajes y la aventura funcionan como un incentivo y un complemento ideal en el plano educativo de los chicos. Refutando cualquier hipótesis que relacione este tipo de vida con distracción y bajo rendimiento en el colegio, los niños se destacan por su excelencia académica. Tanto Maddox que concurre a un colegio en la zona como Maximus que estudia a distancia becado por el C.A.D.E.A (educación para deportistas de alto rendimiento), son constantes y responsables con sus compromisos de estudio. Maddox lo demuestra mostrando orgullo su cuaderno completo y prolijo, luego de comentar cuáles son sus sponsors deportivos. Rutina, deporte y colegio: una cosa se relaciona con la otra y aquí no habría conflicto. Del mismo modo, ambos hermanos utilizan en gran medida las redes sociales (Instagram, facebook y fan page) para comunicar lo que les va ocurriendo: próximo destino, competencias, actividades de fin de semana.
El clima cálido y las temporadas de nieve son los que mandan. Del mar de Necochea a las playas de Brasil; camperas y botas listas para San Martín de los Andes o Denver, Colorado. En cada lugar los recibe un coach. Maximus empezó este 2016 entrenando y compitiendo en Mar del Plata donde viven sus abuelos. Volvió a su casa de San Andrés en mayo para compartir su cumpleaños de trece con toda su familia. En wakeboard y snowboard es el mejor en Argentina en su edad. “Para los chicos, no hemos encontrado nada mejor que el deporte” recalca Matías.
Infaltable: la cámara de fotos. El padre se encarga de llevarla a todos lados porque siempre hay un momento para retratar. Orgullosa, Gimena así lo expresa: “yo siempre soñé con esta familia, y la ley de atracción hizo el resto.”
Por Sofía Moras