El deporte según Virgina Elizalde es un modo de encarar el día a día, “es una escuela de vida para todos, es una disciplina donde superamos obstáculos y nos dirigimos hacia una meta”. Para describir cómo fue que lo incorporó en su rutina como algo innegociable, la vecina de Castores mira hacia atrás y recuerda el nacimiento de su primera hija. En ese entonces, había ya recorrido diez años como modelo de alta costura y la pausa que le había requerido la maternidad, la condujo posteriormente a cambiar de rumbo. El windsurf de la mano de su característica perseverancia, le permitió adentrarse en un mundo de aventuras que desde el principio le resultó atractivo. Desde adentro, hoy lo contagia y lo comparte con su familia y con la comunidad. En este sentido, el estilo de vida en Nordelta, donde reside desde el 2003, le resulta un escenario ideal.
Curiosa por cualquier formato deportivo, en el año 1987 tuvo su primera experiencia en carrera de montaña y a partir de allí fue en aumento la participación y el disfrute en estas actividades. Corrió, navegó, escaló, compitió y ganó. También hizo su carrera televisiva y condujo muchos programas vinculados al deporte, la naturaleza, la aventura y los lugares más exóticos del planeta. El que recuerda y distingue con mucho cariño: “360 todo para ver” donde se consagró como símbolo de mujer deportista.
Sumado a esta adrenalina, es madre y abuela. Y como lo bueno se contagia, sus hijas no tardaron en adentrarse también al camino de desafíos que Virginia proponía, “de chiquitas mis hijas venían conmigo a las carreras, palpaban mi entrenamiento. Angie cuando creció quiso correr conmigo y estuvimos juntas en la Eco Challenge, entrenamos un montón y aprovechamos Nordelta a full que en ese entonces estaba vacío. Catalina, la más grande, fue atleta olímpica de Atenas”. Sol, la más chica y la que faltaba, no tardó en sumarse e ir a correr con su madre para disfrutar montañas y amaneceres. De hecho, el mes pasado participaron de El origen 2016 y disfrutaron del paisaje de Villa La Angostura. Fue la primera experiencia de Sol en este tipo de carreras.
El 24, 25 y 26 de marzo madre e hija se presentaron en esta carrera de tres días consecutivos donde recorrieron senderos, combinados con valles, cumbres y coasterings de lagos y lagunas. La experiencia vivida fue fascinante y no estuvieron solas… también corrió los 100 kilómetros el equipo masculino de Nordelta conformado por Gustavo García Schwindt, vecino de Portezuelo y Jorge Guerrero del Palmar.
En cuanto al dúo femenino, la meta se alcanzó con éxito y disfrute. “Íbamos con la mente preparada para terminarla pero con poco entrenamiento y finalmente nos fue muy bien. Fueron tres días muy intensos con mucho desnivel. Nos gustó mucho recorrer las cumbres, disfrutar la naturaleza. A eso fuimos. El clima estuvo divino los tres días. Estábamos felices”, comenta Virginia y recuerda lo bien que se llevaron con su hija durante la carrera. Agrega también que si bien se levantaban muy doloridas por las mañanas, “se la bancaron” y siguieron adelante, “yo orgullosa de verla a Sol superarse y logar sus metas”.
Luego de describir tan enriquecedora vivencia, Virginia recalca: “me parece importante transmitirles a los padres que se animen y vayan a correr con sus hijos. Es una experiencia única. En esta carrera nos cuidaron mucho, entre la alimentación, los masajes, sumo cuidado durante y después del recorrido. Se trata de compartir algo más con tu hijo en un ambiente distinto, sano. Está bueno que los chicos conozcan que también se pueden divertir de esta forma”.
Nuevos desafíos
Por lo visto, Virginia Elizalde no se queda quieta. En paralelo a su vida deportiva, hace cuatro años trabaja junto a una empresa americana que es líder en salud, bienestar y belleza a nivel global. El proyecto próximo es abrir mercado en Argentina y Chile. Aquí es donde entra Virginia en escena, y la propuesta le resulta sumamente seductora: “estoy muy feliz porque descubrí una forma nueva y diferente de negocio, donde trabajo desde mi casa por mis metas y las de las personas que están en mi equipo”. Explica que en este momento están enfocados en buscar nuevos líderes y que consideran gente de todas las edades, siempre aprovechando el potencial de los jóvenes. “De todos los trabajos que tuve, exceptuando a 360 que está en el podio, ya que me llevó por todo el mundo haciendo diferentes deportes, éste es uno de los que más me gusta”, concluye Virginia que, como siempre, encara nuevos objetivos con empuje y entusiasmo.
Por Sofía Moras.