El narcotraficante colombiano Henry López Londoño, más conocido como Mi Sangre, vivió en Nordelta hasta el año 2012 cuando fue detenido el 30 de octubre de ese año mientras almorzaba en un restaurante de Pilar.
El martes de esta semana se llevó a cabo en los tribunales de Comodoro Py la primera audiencia del juicio para su extradición a Estados Unidos donde está acusado de enviar miles de kilos de cocaína desde Colombia. Allí, López Londoño se negó a ser extraditado y aseguró que «la causa por la que estoy hoy aquí fue articulada y armada por la DEA y la policía de Colombia». Mi Sangre también habló de persecución política desde 2005 a cargo tanto de la agencia antidrogas de los Estados Unidos como de la policía colombiana y aseguró que dos policías colombianos llegaron a la Argentina en abril de 2012 como turistas y se contactaron con detectives de la ex SIDE para decir que un narco colombiano estaba en la Argentina y vivía en Nordelta y luego trabajaron con tecnología especial para ubicarlo.
Esta situación planteada por López Londoño ya había sido denunciada por su abogado defensor anterior, quien renunció hace ocho meses. «Se me está tratando como un criminal. La DEA y la policía colombiana me condenaron mediáticamente», expresó, negando a su vez el haber realizado maniobras para dilatar el inicio del juicio de extradición, que debería haber comenzado en noviembre de 2013. Para las abogadas María Gabriela Ricagno y Jacqueline Arias Malatesta, defensoras de Mi Sangre, el pedido de extradición de los Estados Unidos está vinculado con la persecución política de la que dijo ser víctima su cliente.
