El viernes pasado se realizó otra jornada solidaria en el colegio Northfield, en este caso para ayudar a Andrea, una mamá de la institución que está atravesando su recuperación tras un cáncer. Los donantes, además de brindar su sangre, «donaban» otras cosas: energía, fuerzas, momentos de charlas y buenos deseos. Al ver algunas de las fotos que acompañan esta información, Andrea se emocionó mucho por todo el cariño recibido ya que esta etapa de la recuperación se le estaba haciendo difícil y no encontraba muchas fuerzas para seguir adelante, aseguró su hermana Maricel.
En este caso, como en todas las otras campañas que fuimos visibilizando en este espacio, lo importante es generar conciencia de la donación sistemática de sangre ya que no sólo es un gran acto de amor, sino que salva vidas.