Estos últimos días hemos sido testigos de cómo el Delito de Lavado de Dinero, conocido también como Lavado de Activos, tomó especial relevancia a partir de los videos que hubiera mostrado el noticiero de Canal 13 a partir de la denuncia de la denominada “Ruta del Dinero K”.
¿Pero realmente qué significa éste delito en lo cotidiano, y cómo juegan allí diferentes actores sociales que muchas veces se encuentran muy cerca nuestro?
Para entender ésta conducta delictiva, debemos decir sucintamente que el Delito de Lavado de Activos consiste en un conjunto de operaciones comerciales o financieras tendientes a legalizar los recursos, bienes y servicios provenientes de actividades ilícitas, o sea, transformar dinero obtenido en forma ilegal en valores patrimoniales para aparentar que proviene de ganancias legales o legítimas. En otras palabras: generar apariencia de origen legítimo para dinero, bienes o servicios, obtenidos ilícitamente.
Teniendo tal definición, observamos entonces que se distinguen varias partes bien diferenciadas en éste fenómeno.
Es así como tenemos la existencia de bienes o dinero, valores patrimoniales que tienen que ser objeto de las maniobras, del mecanismo de lavado.
Desde otra perspectiva tenemos a los actores, a los agentes que generan los bienes o que interactúan en las etapas del lavado de activos para la consecución del objetivo final de la maniobra.
En otro orden tenemos a la maniobra en sí misma, con sus diferentes etapas.
Y finalmente, observando el fenómeno situados en otro lugar, tenemos al o los delitos precedentes generadores del dinero o bienes a blanquear.
Ahora bien, si miramos a nuestro alrededor veremos a varios sujetos y actores que pueden ser comprendidos dentro de la Ley – como los Fideicomisos-, e incluso obligados a informar conductas sospechosas o relacionadas con éste delito, como pueden ser las inmobiliarias, que obviamente, tienen gran protagonismo en nuestra zona.
Y es que justamente el sector inmobiliario puede ser uno de los vehículos utilizados por las organizaciones criminales para blanquear fondos obtenidos ilícitamente, mediante, por ejemplo: uso de préstamos complejos o la financiación de créditos, uso de instrumentos corporativos, manipulación de la estimación o valoración del inmueble, uso de instrumentos monetarios, uso de préstamos hipotecarios, esquemas de inversión e instituciones financieras; y finalmente, la inversión en inmuebles para ocultar dinero procedente de actividades ilegales.
Recordemos que el uso del sector inmobiliario para blanquear dinero parece ofrecer a las organizaciones delictivas una triple ventaja, ya que les permite en primer lugar introducir fondos ilegales en el sistema financiero legal, obteniendo al mismo tiempo beneficios adicionales e incluso llegar a acogerse a beneficios fiscales (tales como exenciones, bonificaciones, etc.). Los inmuebles se compran normalmente en lo que se conoce como la fase final del lavado de activos: la etapa de la integración.
Es bueno aclarar también que la compra de hoteles, restaurantes, complejos turísticos y otras inversiones similares, ofrecen ventajas suplementarias, toda vez que aportan una actividad comercial en la que se produce un manejo importante de dinero.
Por otro lado los denominados Fideicomisos son también parte muchas veces en forma directa o indirecta del Delitos de Lavado de Activos.
La Ley 26.683 modificó la Ley 25.246, introduciendo por primera vez en la legislación argentina al fiduciario como sujeto obligado a brindar información a la Unidad de Información Financiera (UIF). En referencia a esto encontramos a los fiduciarios de cualquier tipo de fideicomiso y a las personas titulares o vinculadas con cuentas de fideicomisos, fiduciantes o fiduciarios.
¿Qué deben informar? Las conductas o actividades de personas físicas o jurídicas de las que pudieran inferirse situaciones atípicas susceptibles de configurar un hecho u operación sospechosa de lavado de activos.
Como vemos, el Delito de Lavado de Activos si bien es complejo, representa hoy, una de las modalidades delictivas en auge, especialmente en nuestro país, donde la justicia todavía no se encuentra preparada para actuar en forma rápida y precisa, siendo muchas veces noticieros o programas de televisión quienes llevan adelante la investigación que debería recaer en manos de jueces y fiscales.
Dr. Patricio G. Poplavsky
Director de Poplavsky & Asoc. International Law Office.