Resulta pertinente responder a la inquietud de si el tratamiento psicoanalítico crea personas dependientes y permanentemente necesitadas de la presencia del analista. La finalidad del análisis es crear sujetos con autonomía y con la posibilidad de interdependencia, y no necesitados de la presencia del analista o de alguien en particular para poder ser ellos mismos. Lo que si debemos saber es que en un comienzo, en función de transferencias iniciales, se crean ciertas dependencias que van disolviéndose a lo largo del tratamiento.
El psicoanálisis es una disciplina que conjuga el arte y la ciencia y cuya efectividad y eficacia terapéutica han quedado corroboradas. Es también una relación humana, un encuentro entre dos sujetos; es la posibilidad de ir descubriendo juntos aquello que ha motivado una conflictiva y, como consecuencia, una sintomatología determinada. Pero, en la medida en que se trata de una práctica ejercida por seres humanos, está presente también la posibilidad del error y el desacierto.
El bienestar que se busca instalar está ligado a una mejor relación con el mundo en el que el sujeto se mueve y con la realidad en la que está inserto, así como la realización en tres aéreas específicas: la laboral, los intereses personales y el mundo del amor en sus manifestaciones de ternura y erotismo.
El síntoma es el resultado de un intento de solución de un conflicto. Es la transacción entre dos fuerzas que se enfrentan en dicho conflicto, entre un deseo y la fuerza opuesta a ese deseo, entre un anhelo y una prohibición de ese anhelo.
La sintomatología es una forma de recordar.
El psicoanálisis es una disciplina cuya efectividad y eficacia terapéutica han quedado corroboradas. Y es también la posibilidad de ir descubriendo juntos, analista y paciente, aquello que ha motivado una conflictiva.
Dr. José Eduardo Abadi
Médico psiquiatra, psicoanalista y escritor
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