Los antioxidantes y la piel

esteticaTodo engranaje que no reciba lubricación se oxida. Así podemos considerar al organismo como un engranaje que, aunque perfecto, también puede sufrir las consecuencias de la oxidación, que finalmente contribuye al envejecimiento. Aunque llamarlos por su nombre es una costumbre reciente, la función de los antioxidantes es muy importante, y sus beneficios para el organismo y la piel son evidentes. Los antioxidantes son un conjunto de vitaminas, minerales, compuestos botánicos y enzimas (sustancias propias del organismo que intervienen en algunos procesos metabólicos), cuya principal función es bloquear el efecto perjudicial de los llamados radicales libres. Los vegetales y otros alimentos contienen una gran cantidad de antioxidantes, por eso, una dieta rica en frutas, legumbres, verduras, hortalizas y cereales integrales es ideal para que el cuerpo no se oxide. También se consiguen mediante procesos industriales de síntesis de ciertos componentes, formulando productos que son especialmente elaborados para evitar el efecto de los radicales libres en la pérdida de la firmeza, el tono y la textura suave de la piel.

Los antioxidantes nos ayudan a neutralizar los radicales libres y facilitan la producción de colágeno, que es fundamental para mantener la elasticidad y tonicidad de la piel.

 

Radicales libres, enemigos de la piel

La exposición del cuerpo a contaminación de la atmósfera, el sol, la radiación y el humo del cigarrillo, entre otros, aumentan los radicales libres en el organismo lo que produce compuestos tóxicos que comienzan a dañar los tejidos. A su vez, este proceso también ocurre mediante la oxidación natural del cuerpo. Los radicales libres debilitan la pared celular destruyendo el colágeno y la elastina lo que causa líneas de expresión, pigmentación de la piel, pérdida de firmeza y de la elasticidad propia de la piel. Por lo tanto, para combatir el daño causado por los radicales libres es recomendable consumir alimentos que contengan antioxidantes así como también aplicarlos directamente sobre la piel.

La piel reacciona como una manzana partida en dos. Para ejemplificar un poco el poder de los antioxidantes en la piel, es interesante hacer este ejemplo: cando se corta una manzana en dos, con el aire y el tiempo de exposición, la parte que queda sin cáscara se empieza a dañar poniéndose de color café. Lo que hacen los antioxidantes es evitar que la piel se deteriore y la protege. Un suero antioxidante sobre la manzana detendría el daño de la fruta. Así mismo ocurre en la piel cuando la protegemos con antioxidantes y luego con protector solar que no puede faltar en la rutina diaria de belleza.

Hay muchos productos recomendados para el envejecimiento cutáneo, algunos actúan como buen antioxidante tópico, no sólo para contrarrestar los signos del envejecimiento sino  también para bloquear la producción de color y prevenir las manchas.

 

Antioxidantes, el secreto para evitar el envejecimiento prematuro

La piel tiene antioxidantes naturales que la protegen, pero la exposición al sol, acelera su pérdida. Es por ello que debemos ser conscientes de mantener su reposición constantemente.

Como decíamos antes, muchos alimentos contribuyen con antioxidantes al cuerpo. Algunos alimentos con alta concentración son las uvas, las frutillas, moras, especias como el orégano, jengibre, albahaca, te verde, café (nunca en exceso), chocolate negro y en general cada fruta o verdura tiene antioxidantes con diferentes beneficios. Y tampoco olvidemos el vino: una copa al día también aporta una gran cantidad de antioxidantes. Por lo tanto, nuevamente vemos la importancia de tener una dieta sana y variada.

También se pueden complementar aplicando productos especializados sobre la piel, ya que los antioxidantes que se consumen en muchas ocasiones el cuerpo los deriva a otros órganos.  

 

Aunque son muchos los alimentos ricos en antioxidantes que previenen contra enfermedades, los expertos coinciden en que la mejor recomendación es seguir una dieta equilibrada. No se trata de consumir el mayor número posible de antioxidantes, sino que se ha de tomar la cantidad adecuada a cada situación, ya que el exceso de vitaminas también puede ser perjudicial. Además, conviene llevar una vida moderadamente activa, evitar el cigarrillo, el estrés, la contaminación ambiental, así como la sobreexposición solar. Una dieta equilibrada supondría ingerir al día unas cinco raciones de frutas, hortalizas y verduras, sobre todo frescas. También incluir entre tres y cuatro raciones de pescado a la semana, dos o tres de carne, legumbres, lácteos y cereales.

                  

Como podrán observar, existen diferentes tipos de antioxidantes y cada uno de ellos cumple funciones específicas contra los radicales libres y también conviene mencionar que actúan contra el colesterol malo y a favor de la salud cardiovascular.

La incorporación de antioxidantes naturales a la dieta es muy importante, este simple hábito alimentario produce una mejor calidad de vida.

 

 

 

Por Damaris Reynoso

Todo engranaje que no reciba lubricación se oxida. Así podemos considerar al organismo como un engranaje que, aunque perfecto, también puede sufrir las consecuencias de la oxidación, que finalmente contribuye al envejecimiento. Aunque llamarlos por su nombre es una costumbre reciente, la función de los antioxidantes es muy importante, y sus beneficios para el organismo y la piel son evidentes. Los antioxidantes son un conjunto de vitaminas, minerales, compuestos botánicos y enzimas (sustancias propias del organismo que intervienen en algunos procesos metabólicos), cuya principal función es bloquear el efecto perjudicial de los llamados radicales libres. Los vegetales y otros alimentos contienen una gran cantidad de antioxidantes, por eso, una dieta rica en frutas, legumbres, verduras, hortalizas y cereales integrales es ideal para que el cuerpo no se oxide. También se consiguen mediante procesos industriales de síntesis de ciertos componentes, formulando productos que son especialmente elaborados para evitar el efecto de los radicales libres en la pérdida de la firmeza, el tono y la textura suave de la piel.

Los antioxidantes nos ayudan a neutralizar los radicales libres y facilitan la producción de colágeno, que es fundamental para mantener la elasticidad y tonicidad de la piel.

 

Radicales libres, enemigos de la piel

La exposición del cuerpo a contaminación de la atmósfera, el sol, la radiación y el humo del cigarrillo, entre otros, aumentan los radicales libres en el organismo lo que produce compuestos tóxicos que comienzan a dañar los tejidos. A su vez, este proceso también ocurre mediante la oxidación natural del cuerpo. Los radicales libres debilitan la pared celular destruyendo el colágeno y la elastina lo que causa líneas de expresión, pigmentación de la piel, pérdida de firmeza y de la elasticidad propia de la piel. Por lo tanto, para combatir el daño causado por los radicales libres es recomendable consumir alimentos que contengan antioxidantes así como también aplicarlos directamente sobre la piel.

La piel reacciona como una manzana partida en dos. Para ejemplificar un poco el poder de los antioxidantes en la piel, es interesante hacer este ejemplo: cando se corta una manzana en dos, con el aire y el tiempo de exposición, la parte que queda sin cáscara se empieza a dañar poniéndose de color café. Lo que hacen los antioxidantes es evitar que la piel se deteriore y la protege. Un suero antioxidante sobre la manzana detendría el daño de la fruta. Así mismo ocurre en la piel cuando la protegemos con antioxidantes y luego con protector solar que no puede faltar en la rutina diaria de belleza.

Hay muchos productos recomendados para el envejecimiento cutáneo, algunos actúan como buen antioxidante tópico, no sólo para contrarrestar los signos del envejecimiento sino  también para bloquear la producción de color y prevenir las manchas.

 

Antioxidantes, el secreto para evitar el envejecimiento prematuro

La piel tiene antioxidantes naturales que la protegen, pero la exposición al sol, acelera su pérdida. Es por ello que debemos ser conscientes de mantener su reposición constantemente.

Como decíamos antes, muchos alimentos contribuyen con antioxidantes al cuerpo. Algunos alimentos con alta concentración son las uvas, las frutillas, moras, especias como el orégano, jengibre, albahaca, te verde, café (nunca en exceso), chocolate negro y en general cada fruta o verdura tiene antioxidantes con diferentes beneficios. Y tampoco olvidemos el vino: una copa al día también aporta una gran cantidad de antioxidantes. Por lo tanto, nuevamente vemos la importancia de tener una dieta sana y variada.

También se pueden complementar aplicando productos especializados sobre la piel, ya que los antioxidantes que se consumen en muchas ocasiones el cuerpo los deriva a otros órganos.  

 

Aunque son muchos los alimentos ricos en antioxidantes que previenen contra enfermedades, los expertos coinciden en que la mejor recomendación es seguir una dieta equilibrada. No se trata de consumir el mayor número posible de antioxidantes, sino que se ha de tomar la cantidad adecuada a cada situación, ya que el exceso de vitaminas también puede ser perjudicial. Además, conviene llevar una vida moderadamente activa, evitar el cigarrillo, el estrés, la contaminación ambiental, así como la sobreexposición solar. Una dieta equilibrada supondría ingerir al día unas cinco raciones de frutas, hortalizas y verduras, sobre todo frescas. También incluir entre tres y cuatro raciones de pescado a la semana, dos o tres de carne, legumbres, lácteos y cereales.

                  

Como podrán observar, existen diferentes tipos de antioxidantes y cada uno de ellos cumple funciones específicas contra los radicales libres y también conviene mencionar que actúan contra el colesterol malo y a favor de la salud cardiovascular.

La incorporación de antioxidantes naturales a la dieta es muy importante, este simple hábito alimentario produce una mejor calidad de vida.

 

 

Por Damaris Reynoso

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