Ayer, Nordelta, Villa Nueva y Tigre vivieron un hecho único en la historia del deporte nacional, porque fueron sede del IronMan 70.3, considerado el triatlón más exigente del mundo. El mismo puso a prueba a 2 mil atletas de 30 países en busca de una plaza para el mundial de esta disciplina a realizarse en septiembre de este año.
En su primera vez en la Argentina, la competencia comprendió un recorrido de 2 km de natación en Puerto Canoas, 90 km de ciclismo atravesando Avenida del Golf, Camino de los Remeros y Boulevard de Todos los Santos, para culminar con 21,1 km de running en Avenida de los lagos.
El gran ganador del día fue el australiano Sam Appeton con un tiempo de 3 hs 45 min. 33 seg., seguido por los estadounidenses Ben Hoffman y Ben Collins, mientras que la británica Kimberley Morrison fue la vencedora en la categoría femenina con un parcial de 4 hs 20 min. 23 seg. La siguieron en el podio la estadounidense Dede Griesbauer y la brasilera Ariane Monticeli.
Pero también hubo lugar para los argentinos durante este reto. Los argentinos Mario De Elias y Erika Simon, terminaron en el quinto y octavo lugar en sus respectivas categorías, dejando la bandera del país en lo más alto del triatlón mundial.
Cabe aclarar que el nombre de la prueba proviene de la sumatoria de los kilómetros del recorrido, lo cual arroja aproximadamente 70.3 millas, que es justamente la mitad de la distancia que se realiza en un IronMan completo. Entonces, a esta categoría se la denomina «Half IronMan» (medio IronMan).
La cobertura completa de la Ironman, encontrala en nuestra edición de Revista Gallaretas del mes de Abril.