Vanguardia en un palacio clásico
Un palacio clásico con decoración contemporánea. Lo antiguo y la vanguardia conviviendo en un matrimonio de equilibrios dinámicos y lúdicos. Esa es la sensación que genera la Casa FOA de este año.
La muestra de diseño más reconocida de Buenos Aires cumple 30 años, y su edición 2015 se hace en un hermoso caserón del barrio de Retiro, justo detrás de la Cancillería. La construcción del edificio se inició en 1906, es ecléctico (como la mayoría de los edificios de Buenos Aires) “con una gran influencia de las Beaux Arts y con marcadas reminiscencias de la arquitectura francesa”, dicen los organizadores. Son 2.200 metros cuadrados, en dos plantas, donde se destacan los materiales nobles: roble de Eslavonia para los pisos con grandes trabajos de guardas, molduras en cielorrasos, mármoles en escaleras y baños, trabajos de boiserie en la mayoría de los ambientes.
Ese palacio mereció el desafío de los mejores decoradores locales, que reaccionaron dándole la impronta de una puesta muy contemporánea, de colores fuertes, materiales rústicos, objetos de alto valor que se destacan en ese contexto casi barroco. El diálogo entre la arquitectura clásica y la ambientación tan del siglo XXI es lo más destacable de la muestra. El minimalismo, el blanco, las líneas rectas, parecen parte del pasado. Texturas, volúmenes, colores se superponen para dar belleza a los ambientes.
