Los curadores de arte ganan cada vez más espacio a la hora de armar una muestra. ¿Por qué? Porque están detrás de todos los detalles. Investigan, gestionan y escenifican el espacio para que los artistas plásticos estén bien representados. Adriana Lopaczek, Mariana Marchesi, Viviana Julliand de Rhodius y Sol Storni, curadoras y artistas plásticas, nos meten de lleno en su día a día.
Detrás de cada muestra por inaugurar siempre hubo una o varias personas coordinando todos los detalles, pero a diferencia de antes, hace un par de años estas personas se han empezado a formar profesionalmente. Desde carreras de grado, cursos cortos de Montaje de Exposiciones y Curaduría, hasta cotizados masters en el exterior, son algunos ejemplos de este boom al que adhieren cada vez más jóvenes. “En general es importante la formación académica, como una Licenciatura en Historia del Arte, por ejemplo, pero también se necesita mirar, desarrollar el ojo y un criterio. Desde el 2009 me dedico a la comercialización de obras de arte, siempre fue mi pasión. La tarea que realizo va desde montar una exposición en diferentes espacios como el Yoo, el Hotel Intercontinental de Nordelta o el Club House del barrio La Isla, hasta asesorar a los clientes en la búsqueda de obras y visitas privadas a los atelliers de los artistas”, cuenta Adriana Lopaczek, quien suma a su experiencia varios cursos de Coleccionismo y Curaduría en las Universidades Di Tella y el Salvador. “A la hora de presentar una exposición por años se estableció el “cubo blanco” como prototipo de espacio expositivo. Hoy esto varía y hay propuestas muy llamativas o diferentes para crear efectos que van desde cómo se señala la circulación, los colores de las paredes, los tabiques y los textos explicativos. También influyen el espacio con el que se cuenta, la cantidad de obras, el tema o línea discursiva y para qué público según sea una institución o un museo”, enumera.
Nuevas tendencias versus experiencia práctica
“Las carreras orientadas a la curaduría son relativamente nuevas en nuestro país y la mayoría de los curadores más reconocidos no tuvieron una formación sistematizada (en carreras universitarias o terciarias) en esta disciplina. Se formaron dentro de otras carreras relacionadas al mundo del arte, en la práctica misma, aprendiendo de quienes los precedieron y, en algunos casos, perfeccionándose con bibliografía a medida que esta fue apareciendo”, explica Mariana Marchesi, historiadora de arte, investigadora y actualmente a cargo de desarrollar los proyectos curatoriales del Museo de Arte de Tigre junto a su directora María José Herrera.
Sin embargo, según Marchesi en los últimos 50 años sucedieron muchos cambios en el campo cultural a nivel internacional en las instituciones y museos y la profesionalización de las disciplinas que intervienen en los funcionamientos de los espacios ha sido clave. El arte ya no se narra desde un único punto de vista, hay múltiples perspectivas. Por lo tanto, las exposiciones concebidas por el curador y el modo en que las presenta, son clave para atraer al público a un espacio. “Decididamente la exposición es un modo de comunicar tan fuerte como lo puede ser la palabra escrita. La forma en que se articulan visualmente los conceptos en una muestra, es crucial para hacer entendibles las ideas que deseamos transmitir”, afirma Marchesi.
El guión curatorial
Las especialistas concuerdan que el criterio de selección de obras debe responder a la idea de base que uno tiene sobre la muestra que presenta. El modo en que se organizan las ideas y los recursos que se usan para llevarlas al espacio se denomina guión curatorial. Es así que, las obras son presentadas por el artista y después se seleccionan de acuerdo al tema de la muestra, el lugar, la ambientación, el estilo, la serie y las técnicas empleadas, buscando una representación armónica para la vista y entendimiento del público.
Para Viviana Julliand, con varios años de experiencia como curadora en museos y subastas de Capital Federal y exposiciones por Zona Norte, como el Art Road de la Reserva de Cardales, Espacio Pilar, Grupo Módena Ferrari y actualmente en su propia galería en la Bahía de Nordelta, la función de los curadores no le es ajena. Ella afirma: “Es importante formarse profesionalmente, pero es en la experiencia y en los años de mirar y observar distintas obras en donde uno adquiere precisión estética e histórica sobre los objetos o espacios a curar”.
Para Viviana el buen curador hace su trabajo sin complementarse con el artista, de forma totalmente independiente, el curador aprendiz, moderno y desestructurado, sigue al artista influenciándose continuamente y hasta mimetizándose con el mismo: “Hay que mantener un equilibrio, saber hasta dónde llega el trabajo de uno y del otro”.
Una nueva forma de acercar al público a las obras de arte
“Los curadores de hoy, generan movimientos, eventos y tendencias, porque el principal objetivo de ellos, es mostrar “la obra” y “el artista”, en estado puro, virgen de otros conceptos, para que el observador o coleccionista, compre un todo”, sintetiza Julliand.
También detrás de los eventos y muestras de Nordelta podemos resaltar la inquietud de la artista plástica Sol Storni, que la llevó a crear hace diez años la muestra Hopening, Celebración de Artistas. “La idea de esta muestra surgió en el 2005 cuando todavía en Nordelta no había mucha movida artística”, comenta Sol. “Es una muestra interdisciplinaria, en donde tienen cabida la música, la literatura, las obras de artes y la fotografía y además la posibilidad de ayudar a otros, ya que todo lo que se recauda tiene un fin solidario. Me gusta generar espacios en donde son bienvenidas muchas voces, es importante acercar al público al arte de una forma más lúdica. Me gusta mucho la performance, tengo la necesidad de poner el cuerpo e involucrarme con las obras de arte. Nunca le creí mucho a la obra colgada en la pared, siempre me pareció que le faltaba vida”, resume Sol.
Para Storni, el arte sana y salva, algo muy representativo si pensamos en la palabra curador y su tarea de integrar, representar y comunicar de forma armónica la obra de una artista.
Por Pauline Walker