Esteban Babino es vecino de La Alameda. Contador, asesor de empresas, casado, con hijos en edad escolar, hace 6 años empezó a recorrer un nuevo camino, cuando fue electo director suplente de su barrio. Los temas pendientes de la zona, la articulación entre lo público y lo privado lo fueron interesando cada vez más. Y se acercó a la política. Hoy es candidato a concejal por el Frente Renovador. Y en su agenda lleva desde la seguridad del Acceso Bancalari a la pavimentación de calles clave de la zona.
Babino hace campaña en el Nuevo Delta. “De los 140 barrios cerrados de Tigre, casi 50 están acá, y yo los recorro uno por uno para hablar con los vecinos, ver sus inquietudes, sus problemas”, cuenta. Así, una noche está en Santa María y a la siguiente en Talar del Lago, una tarde en San Isidro Labrador y otra en El Encuentro, una mañana en Las Glorietas y luego en Tigre Joven. “La idea es acercar a la gente los funcionarios, para que haya un diálogo más cercano”, cuenta. Son encuentros de 10, 20, 30 personas, con los responsables de distintas áreas de la Municipalidad. Pero también charlas de referentes económicos del Frente Renovador en los barrios, para discutir de la realidad nacional.
¿Qué temas plantean los vecinos en esos encuentros?, fue la pregunta de Gallaretas. “Son muchos temas –responde-. Todos los del Acceso Bancalari hablan de la seguridad en esa ruta, los de Villa Nueva del cruce ferroviario, los de Santa María de la preocupación por un asentamiento lindero con el barrio, los de Santa Bárbara de temas de infraestructura como las cloacas, por citar algunos”.
En esos encuentros, agrega Babino, también los funcionarios tienen que explicar la realidad de las obras municipales. “Por ejemplo, aclarar que la ampliación de la ruta 27 se empezó con fondos federales pero en 2007 la Nación dejó de girar recursos y tuvo que encararla la Municipalidad con sus propios recursos. Son cosas que la mayoría no sabe y que ayudan a entender mejor por qué pasa lo que pasa”, señala. Cosas similares suceden, dice, con la seguridad. “Hace poco la Municipalidad compró 10 móviles nuevos para el COT, cuando la provincia no aporta ni siquiera para la nafta o el mantenimiento de esos vehículos. Hace 8 años Tigre contaba con 750 o 800 policías provinciales y hoy son de 350 a 380”.
¿Qué propuestas lleva en su agenda para los barrios de la zona?, fue la siguiente pregunta. “Una que se va a implementar, que ya está decidida, es el asfalto de la calle Marcos Paz, la continuación de Austria, que dará salida a 2.500 vecinos de Santa Bárbara y Barbarita –responde-. También mayor seguridad en el Acceso Bancalari, que es un reclamo generalizado. La pavimentación de Aristóbulo del Valle, en Villa Nueva, que tiene un tramo de tierra que genera problemas en la zona. También la seguridad vial: me preocupa mucho por ejemplo el cruce de la ruta 27 con el acceso a Nordelta, y ya estoy gestionando un puente peatonal para evitar accidentes. También señalización para reducir la velocidad en el lugar y habría que ver si no hay que colocar un semáforo. Si de seguridad de los peatones se trata, hace tiempo que vengo planteando ese tema dentro de Nordelta, donde no hay veredas suficientes. Y hay que trabajar con el tema de los ciclistas, porque cada vez hay más y no puede ser que enfrenten con sus cuerpos a los autos. Es un tema dentro de Nordelta, pero también en el Acceso Bancalari y la ruta 27, donde está prohibido que circulen, pero andan, es una realidad. Estamos pensando por eso en un recorrido para los ciclistas que llegue hasta la Estación Fluvial de Tigre, para dar un lugar a esos deportistas sin que sean un problema para el tránsito. Otro tema a tener en cuenta es la iluminación de la V50, entre los Talar, donde faltan luminarias. Y hasta algunos menores, como la coordinación de los semáforos en la ruta 27 hacia Camino de los Remeros, que terminan siendo un problema para el tránsito”.
-¿Cómo te reciben los vecinos?
– El que me conoce me da un apoyo incondicional, porque me ve en la escuela, es del grupo de padres, me trató en el barrio. Me dicen que a pesar de su filiación política me van a votar porque me conocen. Es que yo soy parte de la comunidad, tengo los mismos intereses que mis vecinos. Los que no me conocen, al principio me miran con cierta distancia, pero tiene mucho que ver con que la generación que tenemos entre 40 y 55 años somos muy escépticos de la política. Los mayores y los menores de esas edades participan más, pero nuestra generación está muy descreída. Eso es lo que yo trato de superar. Por eso les digo que no nos quejemos si no nos involucramos, lo hablo en el Disco, en la cancha de tenis, en la puerta del colegio. Les planteo que si no planteamos las quejas a los funcionarios, caen en saco roto. La verdad es que en todo esto tengo más para perder que para ganar, por los prejuicios que hay sobre la política, pero no me quiero recriminar a mismo dentro de unos años que pude hacer algo y no lo hice.
-Y tu familia, ¿cómo se toma la campaña?
-Al principio se mostraban reticentes, porque esto requiere muchísimo tiempo, porque es un cambio fuerte en mi vida. Pero, ¿qué otra opción tengo que no sea quedarme despotricando en solitario? Esa no es una opción para mí. Mi conciencia me indica que tengo que hacer el esfuerzo. Hoy la agenda me la marca la campaña, y termino trabajando, porque no puedo dejar de lado mi trabajo, claro, en un café, entre una reunión y otra, o por la noche. Pero así son estas semanas de vorágine de campaña. Y mi mujer me ve contento con lo que hago, y entonces me apoya, ¡aunque esté contando los días para que termine la campaña! Pero esto es así, y es enormemente satisfactorio. Porque cuanto me llama un vecino de Villa Nueva que vi una sola vez en la vida y recurre a mí por un problema que tiene y no puede dar con la solución, y me plantea si lo puedo contactar con un funcionario, para mi es una satisfacción personal muy grande. Me siento útil, y a los 47 años, ya tengo otras cosas resueltas: el trabajo, la casa, la familia. Ya soy contador, ya hice el master en finanzas, los postgrados, tengo mucho trabajo. Ahora lo natural es pensar que tengo que hacer algo más para sentirme bien. Y es esto que estoy haciendo.