Septiembre fue un mes lleno de celebraciones dentro de la comunidad judaica de Zona Norte. Con la conmemoración del año nuevo en Rosh Hashanah se encontraron más de 250 personas en el club náutico Hacoaj, un ochenta por ciento más que los que se habían encontrado el año pasado. Es una comunidad activa que se organiza, repartiendo la responsabilidad de hospedaje de los eventos, mientras esperan la obra de Judaica Norte, el templo donde podrán concentrar actividades de educación sobre la tradición hebrea y otras actividades pluriculturales abiertas, cuya obra comenzará a fines de este año.
Esta comunidad se junta regularmente todos los primeros viernes de cada mes para celebrar el Shabat, donde reciben lecciones para aplicar en la vida a través de la reflexión y la acción. Como aún el centro Judaica Norte no está listo para recibirlos, el colegio Northlands les abre las puertas de sus salones para reunirse mensualmente. A estas reuniones también se suele acercar el rabino Sergio Bergman, fundador de la comunidad y referente ideológico del proyecto, para dar su lección.
Hoy en día las actividades a las que se dedica esta comunidad, compuesta tanto por familias judías como por matrimonios interreligiosos, son las de educar a través de cursos la tradición hebrea. En este momento son tres los cursos que se dictan rotativamente en las casas de los participantes, cursos que el día en que se inaugure Judaica Norte serán concentrados en el templo: la kabbalah, el estudio de textos, mística y pensamientos judíos que se realizan semanalmente con el rabino, aunque no son exclusivos para los judíos, sino que pueden participar personas de cualquier religión; también se dictan los cursos de Bar y Bat Mitzvá, el estudio y preparación para el momento en que los niños pasan a ser adultos; y Judaica Kids, un espacio de educación de la tradición hebrea para los niños que asisten a colegios laicos a través del juego.
Pero si bien este templo que se está construyendo cuenta con una importante responsabilidad religiosa para con la comunidad judía, también se espera que sea un espacio abierto que sirva como un polo dedicado a la cultura y apoyo social para toda la comunidad de zona norte, indiferentemente de su religión. Hoy la comunidad ya tiene un sistema de voluntariados que se adhieren a las causas sociales que realizan otras organizaciones de la zona, como la causa de la Casa Angelman, una ONG que da respuesta a los desafíos que enfrentan familias con hijos con Síndrome de Angelman y de otros diagnósticos similares. Y de la misma forma también se abrirán las puertas de Judaica Norte a la vida cultural y el arte. La comunidad ya mostró su interés por participar en este tipo de eventos este año con su apoyo a MobArt, un mercado de arte moderno que reúne artistas emergentes y consagrados, desarrollado por Personally SA.
El proyecto está a cargo de los estudios de arquitectura ABV y Sohft, y Mariano Boruchowitz, uno de los arquitectos a cargo de las obras del templo Judaica Norte, comentó a Gallaretas que esperan empezar las obras del templo antes de fin de año, y que si bien no tienen una fecha definida en la que pretenden tener terminado el edificio, esperan que para fines del 2016 ya esté funcionando, al menos en una primera etapa.
Ubicado dentro del centro cívico de Nordelta, frente a la Iglesia Sagrada Familia (que ya se puede ver desde el acceso Bancalari) pero virando en el sentido opuesto (se orienta hacia el este), se construirá Judaica Norte. El edificio consistirá en un espacio de unos 2000 metros cuadrados, donde se podrán reunir cerca de 300 personas para celebrar las altas fiestas de Rosh Hashanah y Yom Kippur. La obra se encarará para tener lista en una primera instancia unos 1200 metros cuadrados, abiertos y funcionando para la comunidad, mientras se termina la obra restante. El edificio contará además del templo donde se celebrarán las grandes fiestas y el Shabat, con un salón de eventos múltiples disponible para el alquiler y aulas, donde estarán teniendo lugar los cursos que hoy la comunidad realiza de manera itinerante.
La comunidad mientras se prepara para el templo sigue funcionando activamente, y aún las celebraciones que se vienen antes de la inauguración de Judaica Norte se celebrarán en comunidad aunque no tengan el edificio que están preparando. Sin embargo, esperan que el año próximo, por medio de la difusión boca en boca que hace la comunidad, la convocatoria sea todavía más grande que la última.
Por Pedro Canton Corbelle